Habilidades sociales, una destreza humana
Monos y orangutanes no las poseen
WASHINGTON.- Aún antes del preescolar, los niños pequeños tienen habilidades de aprendizaje social más complejas que sus parientes primates más cercanos, según un trabajo que se publica en el número de hoy de la revista científica Science .
En el experimento, los simios mordían y trataban de romper un tubo para obtener la comida que había adentro, mientras que los niños seguían el ejemplo del experimentador y metían la mano. Esta destreza innata les permite progresar a lo largo de la vida.
"Comparamos tres especies para determinar qué habilidades y destrezas son claramente humanas", explicó Esther Herrmann, del Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology, en Leipzig, Alemania, autora principal del trabajo. "Las aptitudes sociales son fundamentales para el aprendizaje -dijo Herrmann-. Los niños son mucho mejores que los simios para entender comunicaciones no verbales, imitar la solución de otro a un problema y comprender las intenciones de otros."
Esta es la primera prueba exhaustiva que compara las habilidades sociales y físicas de niños, chimpancés y orangutanes. Según la investigadora, estos hallazgos ofrecen una importante comprensión de la evolución de la cognición humana. Los hallazgos apoyan la hipótesis de que los humanos tienen habilidades únicas para interactuar en grupos culturales, dijo Herrmann.
Utilizando una serie de pruebas, los científicos compararon aproximadamente 230 sujetos -chimpancés, orangutanes, y niños de 2 años y medio- y encontraron que todos tenían aptitudes cognitivas físicas de espacio, de cantidad y causalidad similares. Pero en las habilidades de comunicación, aprendizaje social y teoría de la mente, los niños respondieron correctamente en aproximadamente el 74 por ciento de las pruebas, mientras que las dos especies de simios respondieron acertadamente sólo un 33 por ciento del tiempo.
Los investigadores eligieron estudiar niños a una edad en la que tienen más o menos el mismo nivel de aptitud física que los chimpancés. Los niños de dos años y medio de edad son lo suficientemente grandes como para lidiar con estas tareas y aún no han aprendido mucho, por lo que permiten una buena comparación, dijo Herrmann.
En una prueba de aprendizaje social, un investigador demostró cómo destapar un tubo de plástico para obtener comida o un juguete de adentro. Los niños observaron y copiaron. Los chimpancés no imitaron al investigador y en cambio trataron de romper el tubo o sacar los contenidos con sus dientes.