El regreso del Atlantis puso fin a una era espacial
El programa de los transbordadores de la NASA se despidió tras 135 misiones, durante 30 años, en las que fueron enviados 385 astronautas y 179 satélites
El fin de una era espacial, la de los transbordadores de la NASA, se materializaró hoy, con el aterrizaje de la nave Atlantis, en el Centro Espacial Cabo Kennedy , en Florida, EE.UU. justo 42 años después de que los astronautas Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins dejaran atrás la Luna y el vuelo más importante de la exploración espacial a bordo de mítica Apolo 11.
El Atlantis aterrizó sin problemas antes del amanecer en Florida con cuatro astronautas a bordo. Las ruedas de la nave tocaron la pista del Centro espacial Kennedy, cerca de Cabo Cañaveral, cinco minutos antes de las siete de la mañana.
Propuestos por la Agencia Espacial Estadounidense en 1972 al presidente Richard Nixon como una serie de naves cargueras reutilizables que despegaban como un cohete y aterrizaban como un avión, con el fin de enviar satélites y trasladar periódicamente y de manera económica astronautas al espacio, los transbordadores nunca operaron de forma tan regular y barata como se esperaba. Cada vuelo cuesta hoy unos 450 millones de dólares y se necesitan meses de reacondicionamiento antes de emprender otro.
Nacida como una nave casi salida de un relato de ciencia ficción, el transbordador espacial o space shuttle sale de escena después de 135 misiones conducidas en 30 años, durante los cuales recorrió 864.440.000 kilómetros acumulados por cinco naves, lo que significan más de 2248 viajes a la Luna o casi seis travesías al Sol. Llevó al espacio a 385 tripulantes y transportó 179 satélites y 1700 toneladas de materiales, comida, y equipamiento general para hacer posible un sueño del hombre: tener una estación espacial.
Denominados oficialmente Space Transportation System (STS, sistema de transporte espacial), el programa de los transbordadores estadounidenses dio sus primeros pasos en 1975 cuando se terminó de construir el Columbia, que recién tuvo su vuelo espacial de bautismo el 12 de abril de 1981, llevando dos astronautas que en aquella misión colocaron en órbita el satélite TDRS-A, el primer paso a la exploración comercial del espacio exterior.
En 1982 el Challenger se unió a la flota de transbordadores de la NASA y a éste siguieron el Discovery, que realizó su primer vuelo espacial en 1984; el Atlantis, en 1985 y el Endeavour, en servicio desde 1992. La nave Enterprise, fue construida sólo para realizar pruebas de vuelo.
La NASA vivió varios años de éxitos continuados hasta que, el 26 de enero de 1986, el Challenger, que había viajado al espacio en diez ocasiones, se desintegró a los 73 segundos del despegue por un fallo en el cohete propulsor. En el accidente murieron los siete tripulantes, entre ellos Christa McAuliffe, de 37 años, que iba a convertirse en la primera profesora en volar al espacio. El transbordador permaneció paralizado durante casi tres años y reinició sus expediciones en septiembre de 1988 con el vuelo del Discovery.
Uno de los puntos álgidos de la historia del transbordador tuvo lugar en 1990, cuando el Discovery desplegó el primer telescopio espacial, el Hubble, que revolucionó la historia de la astronomía. El piloto de la nave era Charles Bolden, actual director de la NASA y primer negro en ocupar este cargo.
A fines de diciembre de 1993, el Endeavour efectuó la primera misión de mantenimiento del telescopio con el fin de corregir un defecto de concavidad que presentaba el Hubble en un espejo, de hecho inutilizable. El transbordador efectuaría otras cuatro misiones de mantenimiento del telescopio, la última de ellas en 2009.
El vuelo del Discovery, en febrero de 1995, marcó el inicio de una estrecha colaboración espacial ruso-estadounidense, ya que viajó por primera vez un cosmonauta ruso en una nave de EE.UU. Tres meses más tarde, el Atlantis realizó la primera de nueve misiones a la MIR incluyendo en ese vuelo a cuatro rusos y un estadounidense.
La construcción de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) comenzó en 1998, cuyo primer módulo Zarya (ruso) fue puesto en órbita por un cohete ruso Protón en noviembre de ese año, supuso para el transbordador estadounidense su misión de mayor importancia.
Los lanzamientos de transbordadores ya eran cosa común, pero el 1° de febrero de 2003 se produjo una nueva catástrofe que conmocionó al mundo: el Columbia se desintegró cuando reingresaba a la atmósfera terrestre, y sus siete tripulantes murieron. La causa del accidente fue que el desprendimiento de espuma aislante que cubre el tanque externo dañó de muerte las lozas térmicas situadas en la "panza", del transbordador, que lo protegían del reingreso a la Tierra, cuando la temperatura alcanza los 2000 grados centígrados.
No habría más vuelos durante dos años y medio. Una comisión de investigación designada para analizar las causas del accidente criticó con dureza a la NASA y le formuló drásticas recomendaciones para mejorar las condiciones de seguridad.
Pero en julio de 2005, en su primer vuelo tras la paralización del programa, el Discovery perdió un fragmento de grandes dimensiones de espuma aislante en el momento del lanzamiento, sin llegar a dañar el escudo térmico del orbitador. Este mismo problema estuvo en el origen del accidente del Columbia.
Los transbordadores permanecerían nuevamente en los hangares durante un año, hasta que el 4 de julio de 2006 se retomaron los vuelos, con un remozado Discovery, tras nuevas medidas tendientes a brindar máxima seguridad a la tripulación.
En 2008 la NASA comunicó su intención de retirar la flotilla de transbordadores y sustituirlos por cápsulas con cohetes desechables como parte del programa Constellation. Pero este nuevo programa fue cancelado por el presidente Barack Obama con miras a una nueva meta espacial.
La semana pasada, el presidente Obama defendió su nueva visión del programa espacial, en el que la NASA planea construir una nueva nave capaz de recorrer largas distancias con la esperanza de llegar algún día a Marte o un asteroide cercano. Entre tanto, compañías comerciales están desarrollando una nave para llevar carga y astronautas a la órbita baja terrestre y a la estación.
"Aún somos líderes en exploración espacial. El transbordador realizó un trabajo extraordinario en experimentos en órbita baja, en la Estación Espacial Internacional, transportando carga. Fue un logro extraordinario y estamos muy orgullosos del trabajo que hizo. Pero ahora lo que necesitamos es un nuevo avance tecnológico. Comencemos a ampliar los límites para no hacer lo mismo una y otra vez, sino en su lugar comenzar a pensar acerca del próximo horizonte, la próxima frontera allí afuera", indicó Obama en un discurso en la Casa Blanca.
El canadiense Robert Thrisk, veterano de la misión STS-78, centrada en investigación científica, y que también formó parte de la expedición 20/21 de la ISS, donde pasó seis meses en órbita a unos 380 kilómetros de la Tierra, señaló que Marte es "el siguiente paso lógico a perseguir". "La gente joven tiene un futuro en Marte y les pasamos la antorcha" de la exploración.
Si bien no está claro cuál será el futuro de los programas de la NASA, en especial con la economía de Estados Unidos severamente afectada por la recesión y el déficit fiscal, el jefe de la agencia, Charles Bolden, aseguró que la aventura espacial norteamericana "va a continuar". "Como ex astronauta y actual administrador de la NASA -indicó Bolden a principios de este mes-, puedo decir que el liderazgo estadounidense en el espacio va a continuar por al menos otro medio siglo, porque nosotros echamos las bases del éxito y el fracaso no es una opción".
En su sitio de Internet, la NASA prometió que la cancelación del programa del transbordador espacial "no significa el final de la agencia y ni siquiera el final de la NASA enviando seres humanos al espacio" ya que tiene "un robusto programa de exploración, desarrollo de tecnología y de investigación científica que durará por años".
En el último viaje de un transbordador espacial, el comandante del Atlantis, Chris Ferguson, llevó a la Estación Espacial un símbolo muy especial para los estadounidenses. Depositó una bandera estadounidense que viajó en el primer vuelo del transbordador en 1981 y que permanecerá en la estación orbital hasta que los estadounidenses sean enviados al espacio de nuevo desde EE.UU.
El regreso del transbordador Atlantis el 21 de Julio del 2011
Curiosidades
En los 30 años de vuelos de transbordadores espaciales estadounidenses, se alcanzaron varios récords y hubo algunos hechos curiosos. Aquí, algunos de ellos:
La misión más larga: duró 17 días, 15 horas, 53 minutos y 18 segundos, y fue cuando el Columbia orbitó alrededor de la Tierra 279 veces entre el 19 de noviembre y el 7 de diciembre de 1996.
La distancia más larga cubierta: El Discovery, el transbordador que más voló, estuvo 365 días en órbita y viajó unos 240 millones de kilómetros.
La mayor cantidad de astronautas transportados: El Discovery trasladó al espacio a un total de 252 astronautas en 39 misiones por casi 27 años.
El miembro más viejo de una tripulación: Fue el senador estadounidense John Glenn, que tenía 77 años cuando formó parte de la misión número 25 del Discovery entre octubre y noviembre de 1998.
La carga más curiosa: 3300 abejas viajaron a bordo del Challenger en abril de 1984 para testear su comportamiento con gravedad cero.
La primera piloto mujer: Eileen Marie Collins voló el Discovery en febrero de 1995 y más tarde, en 1999, fue también la primera comandante mujer de un transbordador espacial a bordo del Columbia.