Exponen soluciones tecnológicas desarrolladas en la Argentina

Si es cierto que basta una idea para cambiar el mundo, las más de 250 plasmadas en proyectos que desde el miércoles y hasta el viernes se expondrán en la segunda edición del concurso Innovar, en el Centro Cultural Borges, son un genuino tributo a la creatividad local.

Un generador de pulsos de rayos X que permite radiografiar piezas metálicas de varios centímetros de espesor, herramientas biotecnológicas para el mejoramiento de plantas, un sistema informatizado para evaluar la vista, un biosensor para la detección de la enfermedad de Chagas, un robot para inspecciones remotas, una estación meteorológica automática, una nariz y lengua electrónicas, una máquina para la cosecha de naranjas, y hasta un avión de pequeño porte son sólo algunos de los "productos que expresan nuevas maneras de ver lo cotidiano" diseñados por investigadores, estudiantes, profesionales o pequeñas y medianas empresas, y para los que el concurso es una gran plataforma de lanzamiento.

La diseñadora industrial Vera Kade tiene 26 años y es autora, junto con Ezequiel Castro y Javier Bertani, de una cocina solar para camping. "Los modelos de cocina solar que había eran experimentos caseros -cuenta-. Nosotros hicimos un diseño que consiste en un termo negro con una pantalla alrededor. Cuando se despliega, se forma una especie de cono en el medio del cual va el recipiente. El cono concentra los rayos en el eje, donde se junta todo el calor. En un día despejado, a los 45 minutos puede alcanzar una temperatura de 90°, que para hacer mate es ideal."

Vera espera que esta exposición ayude a dar a conocer este desarrollo y muchos otros que por falta de conocimiento es difícil que lleguen al mercado.

La convocatoria 2006, que ofrece premios a trabajos patentados o patentables encuadrados en siete categorías -producto innovador, concepto innovador, investigación aplicada, proyectos generados en escuelas técnicas industriales y agropecuarias, trabajos de innovación agricologanadera, gran premio y Fomicro (que otorga créditos del Banco de la Nación por 500.000 pesos)- revela un panorama insospechado de la innovación en el país.

"El año último se evaluaron 900 proyectos, pero se expusieron 70; este año se evaluaron 715, pero se exponen más de 250", explica el economista Pablo Sierra, coordinador del concurso organizado por la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.

Hace muchos años que Iván González se sintió impulsado a encontrar una solución a la acelerada deforestación actual. El resultado de esa inquietud es una pintura que no contamina ni es tóxica y simula la madera. "Surgió de la necesidad de suplantar un recurso natural y la expectativa es que a corto plazo la reemplace en las aplicaciones donde no es necesaria", cuenta, y subraya que en la exposición hará demostraciones in situ para poner en evidencia las virtudes de su creación.

Más que un concurso aislado, el programa Innovar intenta convertirse en un espacio permanente capaz de ofrecer soluciones a los problemas que deben enfrentar y resolver los emprendedores para que sus creaciones lleguen y se difundan en el mercado, y que ofrezca asistencia ágil a las innovaciones en todo el país. Este año se evaluaron 120 trabajos relacionados con el agro, 80 en la categoría investigación, 350 en producto innovador, 215 en concepto innovador y 50 de escuelas técnicas y agrotécnicas. Cada uno fue valorado por especialistas que analizaron su viabilidad técnica, pero también económica.

Pablo Chami, Gustavo García y Diego Torreira, por ejemplo, proponen convertir a cualquier amante del fútbol en un consumado DT: desarrollaron la nueva generación del metegol. "Nos juntamos tres amigos con profesiones muy disímiles (uno es coiffeur, otro gastronómico y yo profesional de seguros) y quisimos darle un diseño industrial con características únicas en el mundo al metegol -explica Chami-. Le pusimos el manejo del arquero desde atrás de la cancha, además tiene un imán en los pies por lo que la pelota, que tiene limaduras de hierro, se le adhiere, lo que permite disparar con mucha vehemencia. También se pueden cambiar los jugadores de lugar y ensayar distintas estrategias."

Martín Belzunce, de 23 años, recientemente graduado en la Universidad Tecnológica Nacional como ingeniero electrónico, diseñó junto con un compañero de estudios, Nahuel González, un mouse para personas con discapacidad motora en los miembros superiores. "Tiene un sensor electrónico que permite mover el cursor con la cabeza", explica Belzunce. Y aclara que si bien existen otros modelos, esta alternativa es más económica. "Lo que esperamos es que a través de la muestra encontremos algún interesado en producirlo y que le llegue a la gente que lo necesita", concluye.

"En las actuales condiciones de la producción y el desarrollo económico, la innovación tecnológica comprende conocimientos vinculados con la ciencia y la tecnología, la investigación aplicada y el desarrollo experimental, pero también con lo organizativo, lo comercial y lo financiero", subraya Sierra.

Para los creadores que están presentes en esta muestra no sólo son importantes los premios en sí, sino también la posibilidad de exponer su trabajo y recibir propuestas de desarrollo o ayuda para concretarlo. "Por ejemplo -destaca Sierra-, la cadena Home Depot, que compra cien millones de dólares en productos en América latina, tiene un programa llamado 100 innovaciones. Ellos se enteraron del concurso, nos llamaron y ya empezamos a discutir una especie de acuerdo."