Encías enfermas: el mal más frecuente
El 96,8% de los argentinos adultos que consultan al odontólogo se cepilla los dientes incorrectamente
El resultado del primer estudio epidemiológico nacional sobre la salud de nuestras encías, difundido ayer, es alarmante: el 96,8% de la población adulta padece alguna enfermedad periodontal causada por falta de higiene bucal.
Encías enrojecidas e inflamadas, sangrados, mal aliento y un sabor extraño son sólo las primeras señales de que la calcificación de la placa bacteriana, que todos llamamos sarro , avanza sin obstáculos desde los dientes hacia las encías y sin detenerse hasta debilitar la inserción de los dientes en el hueso.
Justamente para conocer la cantidad de personas de entre 18 y 84 años de todo el país que padece las enfermedades periodontales con mayor prevalencia, es que la Confederación Odontológica de la República Argentina (CORA), la Sociedad Argentina de Periodontología (SAP) y la Asociación Odontológica Argentina (AOA) realizaron el Diagnóstico de la Necesidad de Tratamiento Periodontal en Adultos de la República Argentina.
El relevamiento se realizó según un método aprobado por la Organización Mundial de la Salud para evaluar las necesidades de tratamiento bucal de la población: el Indice Periodontal Comunitario (IPC).
Con él, el odontólogo evalúa rápidamente el estado de las encías del paciente con un cuestionario clínico-demográfico y una sonda calibrada.
Y así ocurrió entre marzo de 1999 y diciembre de 2000 en las 23 provincias y la ciudad de Buenos Aires. En total, participaron 3694 pacientes (2222 mujeres y 1472 varones) de entre 18 y 84 años que concurrieron espontáneamente al consultorio del odontólogo por una consulta general.
Falta de higiene
Si bien el 96,8% de los pacientes demostró padecer alguna de las enfermedades periodontales con mayor prevalencia (gingivitis y periodontitis) por falta de una adecuada limpieza bucal, la mayoría (65,2%) necesitaba la intervención profesional para eliminar el sarro en los dientes y en las encías.
En el 14,3% de los casos, además de la eliminación de los cálculos gingivales, era necesaria una intervención quirúrgica. Tan sólo el 17,3% de los pacientes podía frenar el avance del sarro en casa con sólo aplicar la técnica adecuada de cepillado, tres veces por día, durante dos minutos.
Si bien la mayoría de los pacientes (71,2%) dijo cepillarse dos veces por día y sólo un 13% usaba hilo dental una vez al día, todos coincidieron en desconocer la técnica adecuada para cepillarse los dientes (ver infografía) y los síntomas de las enfermedades gíngivo-periodontales.
En el caso de la gingivitis o inflamación de las encías, los signos son el enrojecimiento y la inflamación de las encías, el sangrado al cepillarse o al utilizar los elementos de limpieza interdental y el mal aliento y sabor.
En cambio, en la periodontitis, que es el avance de la gingivitis sobre las estructuras que sostienen a los dientes, los síntomas son más severos: alteraciones en la masticación, sensación de dientes más largos y raíces a la vista por la retracción de las encías, salida de pus y movilidad de los dientes.
"Ese proceso se puede detener si el paciente aprende cómo cepillarse correctamente los dientes y cumple con el tratamiento que le indica el odontólogo", sostuvo la doctora Mariel Gómez, de la SAP, que integró el equipo de cinco especialistas que elaboraron y dirigieron el estudio en el que colaboraron más de 60 examinadores con la ayuda de universidades y asociaciones profesionales de todo el país.
Con la edad...
Sin duda, el grupo de pacientes mayores de 40 años fue el que despertó la atención de los evaluadores. Presentó la mayor cantidad de casos en los que el extremo de la sonda utilizada para el estudio logró su máxima profundidad entre la encía y el diente: 5,5 mm.
"Observamos que a mayor edad aumenta la complejidad del tratamiento requerido", explicó el doctor Hugo Romanelli, de la AOA, que fue uno de los cinco especialistas que elaboraron y dirigieron el diagnóstico.
Al introducir la sonda entre la encía y el diente, los examinadores evaluaron si la encía sangra, si hay sarro y la profundidad de las bolsas para determinar la necesidad de tratamiento. "Si bien el 96,8% tenía sangrado al cepillarse por la infección en las encías, sólo el 12% consultó por el sangrado", destacó Gómez. Al respecto, todos los especialistas presentes insistieron en que "las encías sanas no sangran".
Si bien las enfermedades periodontales no evolucionan en todos los pacientes de la misma manera, entre los factores de riesgo se encuentran los cambios hormonales, genéticos y metabólicos; los medicamentos (en especial aquellos utilizados por las personas trasplantadas, los bloqueadores de calcio y los anticonvulsivos, entre otros), el hábito de higiene bucal, el tabaco y el estrés. Estos últimos, según Romanelli, son los que se pueden modificar para mejorar la salud de nuestras encías. El 40% de los pacientes era fumador.