El manejo del agua, en controversia
Instan a considerar los temas hídricos como una prioridad y a promover enfoques comunitarios
Finalmente, Kyoto, la ciudad de los dos mil templos y santuarios, vio desvanecerse el Tercer Foro Mundial del Agua en medio de la preocupación, la controversia y el escepticismo.
Mientras los científicos, funcionarios e integrantes de organizaciones no gubernamentales eran incapaces de sustraerse a la atracción de las pantallas gigantes que tapizaban las paredes del Centro Internacional de Convenciones, y vacilaban entre informarse en continuado sobre las alternativas de la guerra o abocarse a las decenas de sesiones que se realizaban en las tres sedes de la reunión, las dudas sobre la posibilidad de que los problemas planteados se traduzcan en soluciones efectivas comenzaron susurrándose y terminaron ganando el centro de la discusión.
"¿Por qué viajaron a Japón los líderes de gobierno? -preguntó sugestivamente el Fondo Mundial para la Vida Silvestre en volantes distribuidos profusamente-. En busca de soluciones a la crisis mundial del agua, ¿quién paga? ¿quién se beneficia?"
La presentación del informe Camdessus que propone un plan para financiar nueva infraestructura que permitiría reducir a la mitad la población sin acceso al agua y el saneamiento para 2015 fue la piedra de la discordia. "El Banco Mundial y el Consejo (Mundial del Agua) -dijo a Télam Patrick McCully, titular de la Red Internacional de Ríos y autodefinido como pacífico guerrillero del agua - dicen que precisamos 180.000 millones de dólares en investigación e infraestructura. Pero como el sector público no tiene esos recursos hay que traerlos del sector privado. Es una estrategia fraudulenta."
McCully calificó a varias de las corporaciones que financiaron el Foro de mafia y tecnoburócratas . Y aseguró que son un verdadero centro de lobby, ya que "sus miembros son todos representantes de empresas de ingeniería, de distribución de agua, de construcción de represas, agencias gubernamentales y financieras".
En una declaración de 29 puntos, pero sin mayores precisiones, los ministros reunidos en el foro recomendaron promover las acciones comunales, privilegiar a los más pobres y asegurar la transparencia y control de las acciones. También identificar prioridades en torno de los problemas del agua y reflejarlas en los planes de desarrollo sostenible de las naciones.
Fuera de discusión
Sin embargo, hay algo que no se discute: la demanda de agua aumenta, y lo hace a tres veces el ritmo de crecimiento de la población. Actualmente, alrededor de mil doscientos millones de personas carecen de acceso al agua segura y dos mil cuatrocientos millones carecen de saneamiento. Se calcula que más de dos millones de niños de menos de cinco años mueren anualmente por causas relacionadas.
Más allá de las discusiones, queda en claro que la gestión racional del agua es un tema crucial no sólo para la supervivencia, sino también para el desarrollo de las naciones.
Entre los problemas, figura la amenaza de contaminación por déficit de saneamiento, que afectan a gran parte de la población mundial y, en la Argentina, a más de cinco millones de personas.
Pero, como si esto fuera poco, todo indica que las reservas de agua se están bombeando más rápido de lo que alcanzan a recuperarse. Según una investigación del Instituto Worldwatch, de Washington, en el próximo cuarto de siglo el número de países que no alcanzarán a cubrir sus necesidades domésticas, industriales y agrícolas puede ascender sustancialmente.
En conjunto, los acuíferos almacenan el 97% del agua dulce del planeta. El agua escondida debajo de nuestros pies abastece a más de mil quinientos millones de personas, e irriga algunas de las tierras de cultivo más productivas, y a ríos y arroyos. Pero, según Payal Sampat, de Worldwatch, diversos estudios muestran que los pesticidas, fertilizantes nitrogenados, químicos industriales, y metales pesados los está contaminando.
"La contaminación de las aguas subterráneas es un acto irreversible que privará a las generaciones futuras de uno de los recursos básicos de la vida -afirma Sampat-. La mayor parte todavía es prístina, pero a menos que iniciemos una acción inmediata, no estará allí cuando la necesitemos."
El agua subterránea se recicla extremadamente despacio, demasiado para diluir los químicos tóxicos. Cuando ingresa en un acuífero, permanece allí por un promedio de 1400 años, comparado con sólo 16 días para los ríos. Sampat subraya que es preciso que las compañías tomen una mayor responsabilidad por sus descargas tóxicas. Y propone utilizar la política fiscal para estimular reducciones o reemplazo de químicos tóxicos. Como se hizo en los Países Bajos, donde se logró limpiar hasta el 99% de las descargas de metales pesados, tales como el mercurio y el arsénico, entre mediados 1976 y 1990.
Equilibrio natural
El agua también tiene una participación prioritaria en el equilibrio natural. "Los balances hídricos y sus deficiencias o excesos definen el tipo de clima de una región, pero en los casos extremos conducen a impactos hidrológicos -explica el doctor Osvaldo Canziani, investigador argentino que integra el Panel Intergubernamental de Cambio Climático-. Ya sea el agua demasiada o demasiado poca, constituye un problema ambiental. Por otro lado, su manejo apropiado es fundamental para el desarrollo y la seguridad de los sistemas naturales." Según el científico, en la Argentina y en las últimas décadas, se han incrementado notablemente los eventos extremos, probablemente como reflejo de los cambios climáticos globales.
Subraya Canziani: "Es preciso que nos encaminemos hacia una cultura del agua".
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