El animal que tolera la radiación de Chernobyl y dejó asombrados a los científicos
Los especialistas de la Universidad de Nueva York realizaron el estudio con una especie de animal que no sufrió ningún daño en la explosión del centro nuclear
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Hace cuarenta años que ocurrió el desastre del centro nuclear de Chernobyl y aún hoy los científicos siguen estudiando los efectos de la radiación en la naturaleza. En este sentido, un nuevo estudio llevado adelante por los investigadores de la Universidad de Nueva York (NYU) sorprendió a la comunidad académica al descubrir que un animal que se expuso a la radiación no sufrió ningún daño.
Si bien aún no se sabe a ciencia cierta los efectos del desastre ocasionado en el pueblo local, existe una especie de animal que se comprobó que es resistente a la radiación ionizante. Para sorpresa de todos los especialistas, se trata del gusano, más precisamente, de la especie oschieus tipulae.
Los mismos fueron recolectados del suelo de Chernobyl y trasladados a Nueva York para ser estudiado por los científicos. El resultado del estudio determinó que no se descubrieron signos de daños por la radiación en el ADN de estos animales.
Quien se refirió a este tema fue Sophia Tintori, asociada postdoctoral en el Departamento de Biología de la Universidad de Nueva York y una de las autoras principales del estudio, publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS). “Chernobyl fue una tragedia de escala incomprensible, pero aún no sabemos No tenemos una idea muy clara de los efectos del desastre en las poblaciones locales”, introdujo y luego añadió: “¿El repentino cambio ambiental seleccionó especies, o incluso individuos dentro de una especie, que son naturalmente más resistentes a la radiación ionizante?”.
En este sentido, Matthew Rockman, profesor de biología en la Universidad de Nueva York y otro de los autores principal del estudio, refirió a los oschieus tipulae. “Estos gusanos viven en todas partes y viven rápidamente, por lo que pasan por docenas de generaciones de evolución, mientras un vertebrado típico todavía se está poniendo los zapatos”, indicó.
“Podemos crio-preservar gusanos y luego descongelarlos para estudiarlos más adelante. Eso significa que podemos detener la evolución en el laboratorio, algo imposible con la mayoría de los otros modelos animales, y muy valioso cuando queremos comparar animales que han experimentado diferentes historias evolutivas”, continuó el especialista.
Asimismo, Tintori agregó: “Había visto imágenes de la zona de exclusión y me sorprendió lo exuberante y cubierta de maleza que parecía; nunca había pensado que estuviera repleta de vida. Si quiero encontrar gusanos que sean particularmente tolerantes a la exposición a la radiación, este es un paisaje que quizás ya se haya seleccionado para eso”.
Si bien lograron capturar gusanos que se adaptaron a la radiación, esto no asegura que el lugar esté apto para que los seres humanos regresen; pero tampoco quita que existan más animales que pudieron adaptarse a este desastre.
“Esto no significa que Chernobyl sea seguro; más bien significa que los nematodos son animales realmente resistentes y pueden soportar condiciones extremas. Tampoco sabemos cuánto tiempo estuvo cada uno de los gusanos que recolectamos en la zona, así que no podemos estar seguros exactamente de qué nivel de exposición recibieron cada gusano y sus ancestros durante las últimas cuatro décadas”, concluyó Sophia Tintori, tras este gran descubrimiento.