Dos investigadores alemanes en guerra en torno de Troya
Ambos pertenecen a la Universidad de Tübingen
NUEVA YORK (The New York Times).- Acaba de estallar una nueva guerra de Troya. Los papeles de los guerreros Aquiles y Héctor son protagonizados por dos respetados profesores de la misma universidad alemana que no podrían diferir más completa y vehementemente sobre su interpretación de las ruinas que se descubrieron en la región occidental de Turquía, donde se cree que ocurrió el sitio del siglo XIII inmortalizado por Homero.
El arqueólogo que ha dirigido las excavaciones allí desde 1988 sostiene que ha encontrado evidencia de que Troya era una ciudad mucho más grande y populosa de lo que se creía. Las excavaciones, dice, descubren los bordes de una ciudad densamente poblada que llegaba hasta unos 400 metros más abajo sobre la ladera.
Esta Troya más extendida, con una población estimada de hasta 10.000 personas, habría sido un centro comercial y un punto estratégico entre los mares Egeo y Negro. Parecía ser un lugar por el que valía la pena pelear.
El otro historiador quiere saber dónde están las pruebas. Acusa al arqueólogo de fraude y argumenta que las excavaciones no ofrecen evidencia firme de semejante ciudad fuera de la acrópolis. Como mucho, insiste, Troya en ese período fue el asiento de un príncipe, un castillo y poco más.
La discusión entre ambos profesores de la Universidad de Tübingen, los doctores Manfred Korfmann, el arqueólogo, y Frank Kolb, el historiador, no hace mucho por aclarar las tradicionales preguntas acerca de Troya. ¿Fue la guerra homérica en parte historia o sólo poesía? ¿Hubo alguna vez una mujer como Helena, cuyo rostro podría haber atraído mil barcos?
Tratándose de Troya, sin embargo, la controversia no es nueva. Heinrich Schliemann, el talentoso amateur que realizó excavaciones allí, en la década de 1870, tenía el hábito de mezclar la fantasía y la realidad. En cualquier caso, las hostilidades entre los doctores Korfmann y Kolb surgieron el año último, y no hay un armisticio a la vista.
Al ver una exposición preparada por Korfmann acerca de cómo podía haber sido la Troya extendida, Kolb lo llamó el Von DŠniken de la arqueología y lo acusó de presentar una visión distorsionada de la evidencia.
Sin embargo, Korfmann persiste: "Nuestro trabajo es revisado por un equipo de investigadores independientes cada año, y nunca recibimos una calificación negativa", dijo durante una conversación telefónica desde Tübingen.
El arqueólogo también defendió como legítima la práctica de incluir la conjetura y la interpretación en sus informes. "Sin hipótesis, no puede haber progreso científico ni académico", dijo el año último en una entrevista con una revista alemana.
Divididos entre Kolb y Korfmann, los investigadores están esperando quién será Aquiles, el vencedor de la guerra troyana.