Descubren en México la escultura de un águila tallada hace 600 años
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Arqueólogos descubrieron una obra de arte que data de hace 600 años. La pieza está grabada en bajorrelieve y simula ser una águila gigante. Y todo indica que es la más grande encontrada hasta el momento en el Templo Mayor, en México.
El equipo de investigaciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia de ese país, junto con los miembros del proyecto llamado Templo Mayor, se encontraron con la pieza que podría ser la más grande y simbólicamente significativa de ese lugar.
Se trata de un águila que fue tallada en una roca volcánica rojiza. La escultura del águila de 1,06 por 0,70 metros es la pieza más ancha de entre 67 elementos similares encontrados en el Templo Mayor, diseñado en la era prehispánica y moderna.
“Es una pieza muy hermosa que muestra los grandes secretos que el Templo de Tenochtitlán aún no nos ha revelado”, dijo la ministra de Cultura mexicana, Alejandra Frausto Guerrero, a través de un comunicado.
Según los investigadores, los artesanos pudieron haber grabado la pieza a mediados del siglo XV, durante el reinado de Moctezuma I (1440-1469). La escultura está tallada en el piso en el eje central de una capilla dedicada al dios del sol y la guerra, Huitzilopochtli, pero también hacia un monumento en honor a la diosa de la luna Coyolxauhqui.
Si bien las autoridades señalan que el descubrimiento se hizo en febrero del año pasado, decidieron hacer público el hallazgo recién que fue terminada la investigación para dar precisiones del hecho.
Los estudiosos hacen hincapié en la relevancia del descubrimiento no solo por su tamaño y decoración, sino por su ubicación en la base del edificio más importante del mundo azteca. La pieza también está cerca del Cuauhxicalco, una estructura circular cuyo nombre significa “lugar de la Copa del Águila” y donde los documentos del siglo XVI indican que los gobernantes aztecas fueron incinerados.
El piso de la plaza donde fue encontrada el águila estuvo cubierto desde la época precolombina durante las expansiones del Templo Mayor. “Por eso está tan bien conservado”, dijo Rodolfo Aguilar Tapia, director del equipo de investigación. “Es un elemento que nunca vieron los españoles”, agregó.
Sostiene Aguilar Tapia que una de estas representaciones se encuentra en la página 50 del Codex Borgia, donde un águila real se alza sobre un mezquite, un árbol que se creía que crecía a partir de una deidad de piel desollada. “Lo que nos interesa es que en cuanto a iconografía, esta imagen es muy similar al bajorrelieve encontrado en el trabajo de campo. Ambas representaciones tienen plumas en forma de cuchillo que emulan las que se usan en los sacrificios rituales. Esto nos recuerda el nombre nahua de la rapaz: Águila de obsidiana”, agregó el experto.
Para los aztecas, dicen, el ave de rapiña tenía una estrecha relación con la guerra y el sacrificio. También fue considerado como el nahual del Sol o el espíritu cambiante y, por lo tanto, como la deidad tutelar de Huitzilopochtli.
Por último, aseguran que una vez que finalicen las investigaciones volverán a colocar las piezas en su ubicación exacta original, pero el Templo Mayor se aggiornará para exhibirlas al público.