Coronavirus: Omar Sued y Carlos Zala, los dos argentinos en el consejo asesor de la Sputnik V
"Ayer a la mañana me desayuné con la novedad de que el Fondo de Inversión Directa de Rusia había creado un comité internacional de expertos para hacer el seguimiento de la vacuna Sputnik V y me había incluido junto con un grupo de especialistas de diversos países".
El profesor Carlos Zala, docente de la cátedra de Microbiología de la Facultad de Medicina de la UBA, todavía no salía de su sorpresa después de que se anunciara la creación de un "Consejo internacional de expertos científicos sobre la vacuna Sputnik V".
Son 16 especialistas de la Argentina (2), Gran Bretaña (2), Alemania (1), India (1), Rusia (4), Estados Unidos (3), Francia (1), Suecia (1) y Croacia (1).
El otro argentino es Omar Sued, ampliamente conocido por ser el presidente de la Sociedad Argentina de Infectología e integrar el comité asesor del presidente Alberto Fernández para el control de la pandemia.
La intervención en este grupo es una tarea académica y ad honorem que les fue ofrecida de manera informal. "Hace meses, incluso antes de que se publicaran los resultados de Fase 1/2 en The Lancet, el Instituto Gamaleya hizo una convocatoria muy general para todos aquellos que quisieran vincularse de una forma más académica con el desarrollo de la vacuna. Desde ese momento empezamos una comunicación por mail, se hicieron webinarios, conferencias de prensa en los que todos participábamos y acercábamos nuestras inquietudes –cuenta–. Hace dos o tres semanas nos enviaron una carta de invitación, muy amable, que en mi caso acepté. No hubo designaciones por intereses políticos ni por mérito, porque seguramente debe haber otros profesionales que podrían merecerlo más que yo. Lo veo como una apertura interesante de canales alternativos para poder expandir el conocimiento acerca de la vacuna. Creo que es positivo y espero que funcione. Vamos a compartir experiencias con colegas de alrededor del mundo".
Docente de microbiología desde que era estudiante, Zala se graduó en la UBA, fue residente en el hospital Muñiz, se especializó en infectología, trabajó en investigación básica de la enfermedad de Chagas y cuando llegó la epidemia de VIH-Sida a la Argentina se trasladó a Canadá, donde hizo su doctorado con Julio Montaner.
Además, fue director de investigación clínica en la Fundación Huésped y estuvo en la Universidad Nortwestern de Chicago. En la actualidad, se desempeña como infectólogo en el Hospital Central de San Isidro, donde también hace investigación clínica.
También miembro de la Sociedad Argentina de Infectología, donde integra la comisión de VIH/Sida, Zala (de 63 años) creció en una familia de clase media que no tenía vinculación con la ciencia, pero tanto él como su hermana, Norma, hematóloga ya retirada, se dedicaron a la medicina. Tiene una hija, Lucía, de 14 años.
A partir de la información que reunió, Zala tiene confianza en la Sputnik V. "Es una plataforma ya ultraconocida –destaca–. Esta misma tecnología se ensayó con el VIH y no funcionó. Una hipótesis lo atribuyó a que generaba anticuerpos contra el adenovirus y creo que por eso pusieron una variante diferente en la segunda dosis. Fuera de eso, la proteína S [que despierta la respuesta inmunológica] la hacemos en la Argentina, se hace en todos lados. No hay secreto. Creo que los investigadores rusos fueron muy inteligentes en combinar los dos componentes. No me preocupa la seguridad de la vacuna, aunque hay que tener los datos, ni la aprobación en mayores de 60, que fueron un subgrupo. Sabemos que las personas mayores tienen ‘inmunosenescencia’, la respuesta de anticuerpos no alcanza el 100%; esto pasa con todas las vacunas, también con las de la gripe. En una primera instancia, no está mal limitar en el ensayo clínico el número de personas que uno a priori sabe que no van a tener una respuesta óptima. Después los sigue estudiando".
Sued, de 47 años, nació en la ciudad de San Pedro, Jujuy, y es el segundo de siete hermanos. Con la ayuda de una beca y de pequeños trabajos transitorios, se graduó de médico en la Universidad Nacional de Córdoba en 1995. Se decidió por la infectología cuando transitaba los últimos tramos de la carrera. En cuanto se recibió viajó a Buenos Aires para especializarse también en VIH/sida bajo la dirección de Pedro Cahn, su mentor.
Especialista en medicina interna y en enfermedades infecciosas (UBA, 2004), es máster en Manejo Integral del VIH-Sida y doctor en Medicina por la Universidad de Barcelona.
Casado con una médica y padre de dos hijos (Santiago e Ignacio), en su carrera tuvo experiencias inusuales, como trabajar en prisiones y ONG, y hasta como asesor en proyectos de VIH en Tanzania. Se doctoró en España y fue asesor regional de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Desde 2012, es director de investigaciones clínicas de la Fundación Huésped. Se dedica a la atención de personas con VIH desde 1997 en diversos ámbitos públicos y privados de la Argentina y España. Fue consultor en varios países de América Latina. De 2009 a 2012 fue asesor regional de la Organización Panamericana de la Salud.
Acerca de su tarea como integrante del nuevo consejo asesor, afirma que fue convocado por el Fondo Ruso de Inversión Directa "para compartir y discutir información con colegas de otros países". "Todavía no tenemos mucha información –aclara–. Tal vez en dos semanas se haga la primera reunión. Es un consejo informal y honorario. Ojalá nos permita tener acceso a información que se pueda compartir. Estamos esperando muy ansiosamente que se publiquen los resultados de la fase 3".