Coronavirus en la Argentina. ¿Qué nos dicen (y qué no) los testeos rápidos de anticuerpos?
Todos los días, en el informe matinal del Ministerio de Salud, entre las diferentes estadísticas que se dan a conocer figura el número de tests realizados. Se refiere a las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR), que detectan material genético del virus en la garganta o en las fosas nasales. Los médicos las solicitan para diagnosticar Covid-19 en los casos sospechosos.
Pero el viernes último se lanzó una campaña de vigilancia sanitaria en la estación Constitución (que luego seguirá en otros lugares de alto tránsito, en distintos lugares de la Capital y las provincias), en la que emplearán 170.000 kits rápidos donados por China. ¿Qué indican estas otras pruebas? Detectan anticuerpos producidos por el sistema de defensa del organismo. En particular, dos tipos de inmunoglobulinas que en la mayor parte de las personas aparecen aproximadamente a la semana del comienzo de los síntomas.
Sin embargo, aunque estas proteínas muestran si la persona tuvo contacto con el virus y en algunos países planean utilizarlos para emitir "carnets de inmunidad", los expertos advierten que un resultado positivo en estos tests no basta para asegurar que una persona es inmune al nuevo coronavirus.
"Aún no podemos decir que el hecho de que un individuo desarrolle anticuerpos signifique que es inmune a la enfermedad y, en caso de que lo fuera, durante cuánto tiempo. Todavía no están hechos los estudios para evaluarlo", dijo Maria Van Kerkhove, epidemióloga norteamericana y directora técnica para Covid-19 del programa de Emergencias en Salud de la OMS, en la última conferencia de prensa de la organización internacional desde Ginebra.
"La PCR detecta el ácido nucleico del virus –explica el inmunólogo del Conicet y miembro de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos, Gabriel Rabinovich–. Cuando la PCR da negativa, significa que no tenés virus. Pero el kit rápido de anticuerpos no sirve para diagnosticar, sino para saber si esa persona está o estuvo cursando una infección".
Los kits detectan dos de los cinco tipos de "inmunoglobulinas" que producimos. La llamada M (IgM), que es la primera que "gatilla" el virus e indica que estamos cursando una infección temprana. Sus niveles en la sangre descienden muy rápido y a los pocos días se desencadena la producción de la inmunoglobulina G, que se puede mantener en el tiempo después de que el virus se erradicó.
Según explica el científico, el proceso infeccioso comienza con el ingreso del virus (el antígeno). Solo entre siete y nueve días más tarde aparecen los primeros anticuerpos, la "respuesta temprana": la IgM. Luego, entre el día noveno y décimocuarto, aparece la IgG.
"El virus activa los linfocitos B (un tipo de glóbulos blancos), que se diferencian en células plasmáticas, que a su vez producen anticuerpos –destaca Rabinovich–. Primero, producen las IgM, que luego pasan por el ganglio linfático, maduran, cambian de ‘isotipo’ y empiezan a producirse las IgG. Las personas que mantienen los niveles de IgG son las que van a tener cierta inmunidad. Si cae su nivel en la sangre, significa que esas inmunoglobulinas permitieron erradicar el antígeno, pero no generaron inmunidad a futuro".
Las pruebas realizadas hasta ahora en pacientes recuperados de Covid-19 no habilitan a asegurar que, como ocurre con el sarampión, las inmunoglobulinas producidas contra el virus se mantengan durante largo tiempo. "Estamos viendo qué sucede –dice Rabinovich–. De acuerdo con la literatura científica, un gran porcentaje de pacientes recuperados tiene anticuerpos y son neutralizantes, pero hay otros que no. Probablemente en esos pacientes operen otros mecanismos de inmunidad, que son los que actúan en ausencia de estos anticuerpos".
Estudios epidemiológicos
Para complicar aún más la situación, la lista de kits serológicos se alarga día a día (supera la docena), pero también se multiplican los problemas. No todos distinguen los anticuerpos que se generan en la primera fase de la infección de los que pueden permanecer durante largo tiempo. Y, de acuerdo con estudios realizados en distintos países, su fiabilidad es limitada. España, el Reino Unido y otros tuvieron inconvenientes con estos kits porque en la práctica detectaban un porcentaje bajo de las infecciones. Pruebas de verificación en varios países también encontraron baja sensibilidad (tasa de verdaderos positivos) y especificidad (verdaderos negativos).
El 8 de abril, la OMS recomendó que, basándose en la evidencia disponible, estos tests solo se usen para investigación y en ningún otro contexto, incluida la toma de decisiones clínicas. "Los mecanismos protectivos contra el SARS-CoV-2 todavía se desconocen –concluye Rabinovich–, porque queda ver en el tiempo si los pacientes que generan anticuerpos están protegidos o no. Creo que lo más importante es medir anticuerpos capaces de neutralizar el virus, y eso no lo dicen estos tests".