Coronavirus en la Argentina. Detectan picos descontrolados de presión arterial en hipertensos
La pandemia desatada por el nuevo coronavirus también se introdujo en los consultorios de hipertensión. Aunque todavía no hay estudios formales que lo hayan analizado, referentes locales vienen observando desde el comienzo del aislamiento que alrededor de ocho de cada diez mujeres y cinco de cada diez hombres mayores de 50 o 60 años presentan picos altísimos, pero esporádicos, de presión arterial sistólica (máxima) de hasta 200 o 220 mmHg (milímetros de mercurio), cuando no debería exceder los 140 mmHg.
El fenómeno, que aparece en la consulta, pero también en las mediciones tomadas en casa con equipo automáticos de 24 horas, intriga a los médicos. "Lo interesante es que no parece hipertensión de alerta o ‘guardapolvo blanco’ (cuando concurren a la consulta), sino asociada con síntomas de ataque de pánico. Todos los casos son parecidos –refiere Carol Kotliar, jefa del Centro de Hipertensión del Hospital Austral–. En los estudios de 24 horas también registran esos picos, pero el valor de la hora previa y posterior es normal".
Lo que desconcierta a Kotliar es que se trata de pacientes que estaban bien controlados, varios con dos medicaciones, y que exhiben alteraciones paroxísticas, de alrededor de una hora, en la que su presión puede llegar a valores muy elevados. "Se presentan aislados y conviven con mediciones normales", subraya.
Kotliar no es la única que lo detectó. También Camilo Sánchez, del Servicio de Hipertensión de la Fundación Favaloro, está observando cifras más altas de presión arterial en sus pacientes que estaban controlados y totalmente asintomáticos. "Cada dos o tres meses nos visitan y revisamos todos sus parámetros –cuenta–. Pero en este tiempo se desequilibraron: llegan a 180 mmgHg o más. Esos valores los he encontrado tanto en el consultorio como en la casa".
A Daniel La Greca, jefe de Hipertensión del Hospital Churruca Visca, también lo consultan entre 10 y 12 pacientes por día por este motivo. "Se despiertan de noche, se sienten mal, tienen miedo y les sube la presión. Cuando se la toman, ven que tienen 200", cuenta.
Un enigma
Lo que todavía no alcanza a dilucidarse es qué es lo que está originando este comportamiento errático en pacientes bien controlados, una observación que motiva discusiones no solo aquí, sino también en otros países, como España. "Allá, lo atribuyen a ataques de pánico", destaca Kotliar.
Para Sánchez, podría estar vinculado con un sedentarismo exagerado o a una alimentación con más sal. "No sabemos la causa, pero sí está claro que las personas no salen, están en sus casas, cuando antes iban a caminar, a un gimnasio o a hacer deporte, y esto podría estar vinculado con una mayor presión psicológica", afirma.
La Greca se inclina por culpar a los efectos psicológicos y emocionales del encierro. "El hipertenso tiene dos factores que pueden perturbarlo: uno es la ingesta de sal, pero si está controlado, eso está descartado –dice–. Y otro, los nervios, que hacen que la presión suba. No pueden encontrarse con su familia, se quedan solos y a las seis de la tarde les falta el aire, se sienten mal. Es esperable, especialmente en personas mayores: por arriba de los 60 o 65 años, tienen miedo de salir y contagiarse, miedo a la muerte".
Para Kotliar, el cuadro que observa es un paroxismo que no llega a cumplir con todos los requisitos del ataque de pánico. "Éste un momento en que todos tienen algo –comenta–. Contracturas, no duermen bien, a veces sienten falta de aire... Están muy conscientes de su cuerpo y le prestan mucha más atención que en otra circunstancia. Solo a nivel de hipótesis, podría ser que se produzcan pequeñas apneas de origen psicológico, no percibidas por la persona cuando está despierta, que estimulan el sistema nervioso simpático. Esto fue descripto hace muchos años por referentes en hipertensión como Norman Kaplan o Thomas Pickering. Yo hago primero la revisación física con el paciente acostado en la camilla y, después de algunos minutos, mido la presión arterial con un equipo automático tres veces. Pero ahora tengo que medirla seis, siete u ocho por los valores que encuentro".
La hipertensión no controlada es uno de los factores de riesgo de complicaciones en Covid-19. Y aunque no se sabe con precisión la trascendencia de estos episodios, para los médicos es un llamado de alerta. "Los hipertensos que no están bien controlados suman riesgo ante una infección con SARS-CoV-2 –afirma Sánchez–. Por eso es importante que el paciente sepa que está con presiones normales, porque así el riesgo al infectarse de enfermedad pulmonar disminuye". Kotliar coincide en no hay que demorar los controles ni suspender la medicación.
La hipertensión es considerada una epidemia silenciosa y una de las principales causas de mortalidad cardiovascular. En la Argentina, se calcula que uno de cada tres la sufre, uno de cada tres de éstos lo desconoce, y solo uno de cada cuatro está adecuadamente controlado.