Hallazgo de agua en la Luna: cómo es SOFIA, el avión de la NASA clave en el descubrimiento
Gran parte del mérito del hallazgo de agua en la Luna, revelado este lunes por la NASA, se debe a un avión. Se trata del Observatorio Estratosférico para Astronomía Infrarroja, denominado SOFIA por sus siglas en inglés, que pertenece a la agencia espacial estadounidense.
Nuestro observatorio @SOFIATelescope ha detectado por primera vez agua en el lado de la Luna iluminado por el Sol. Esto indica que el agua podría estar distribuida por toda la superficie lunar, no solo en lugares fríos y en la sombra.Aprende más [R] https://t.co/5rQlu5wFZ6pic.twitter.com/bsY4pDb1IH&— NASA en español (@NASA_es) October 26, 2020
Durante los últimos 20 años, diversas misiones orbitales y de impacto confirmaron la existencia de hielo en cráteres permanentemente sombreados y también evidencia de hidratación en lugares soleados. Sin embargo, ninguno de estos proyectos pudo distinguir definitivamente la forma en la que estaba presente. Hasta que llegó SOFIA, que logró detectar las moléculas de agua y ofreció una nueva forma de mirar la Luna.
Características del Observatorio SOFIA
SOFIA es un avión Boeing 747SP que puede volar a altitudes de hasta casi 14.000 metros. La aeronave está modificada con un telescopio de 2,7 metros de diámetro y alcanza más del 99% del vapor de agua en la atmósfera de la Tierra para obtener una vista más clara del universo infrarrojo, según describe la agencia DPA.
Con su cámara infrarroja de objeto débil para el telescopio, SOFIA pudo captar la longitud de onda específicaúnica de las moléculas de agua, a 6,1 micrones, y descubrió una concentración relativamente sorprendente en el soleado cráter Clavius.
A fines de septiembre, SOFIA llegó a Hamburgo, Alemania, para el mantenimiento programado en las instalaciones de Lufthansa Technik. Según especificaron en la página oficial de la NASA, se espera que las tareas de mantenimiento se completen a principios del año próximo.
Los trabajos incluyen inspecciones y mantenimiento programados en coordinación con el personal de vuelo, aeronaves y científico del Centro de Investigación de Vuelo Armstrong y el Centro de Investigación Ames de la NASA, además de actualizaciones al telescopio del observatorio volador.