La capa de ozono sigue en recuperación y aseguran que las acciones humanas ayudan a lograrlo
Según un estudio publicado por la revista Nature, la cooperación internacional que ha regulado el uso de químicos que disminuyen la capa de ozono está ayudando a normalizar la corriente de aire del sur después de décadas de disrupción causada por los humanos. Los científicos aseguran que si los gobiernos actúan de forma coordinada, existe la forma de reparar ciertos sistemas climáticos dañados.
La corriente de aire del sur es un viento poderoso que influencia los patrones climáticos y las corrientes oceánicas en el hemisferio sur, en especial, durante el verano. Hasta alrededor del año dos mil, esta corriente venía modificando su curso habitual cada vez más hacia el sur a un ritmo de un grado de latitud por década. Este cambio de rumbo venía afectando el recorrido de las tormentas y de las lluvias sobre América del Sur, África oriental y Australia.
De acuerdo con la nota publicada en el periódico británico The Guardian, la ciencia demostró que este desvío se debió principalmente a la disminución de la capa de ozono causada por el uso de químicos artificiales que se utilizan en heladeras, aerosoles y en distintos procesos industriales. A su vez, estos productos químicos provocaron un agujero cada vez más grande sobre el polo sur que terminó afectando a los patrones del viento.
Pero a partir de la firma del protocolo de Montreal de las Naciones Unidas en 1987, los productos químicos identificados como malignos comenzaron a eliminarse gradualmente. De acuerdo con el artículo de la revista Nature, las medidas tomadas a partir de la reunión de 1987 han permitido pausar el movimiento de la corriente de aire del sur tanto que hasta incluso el agujero de ozono ha comenzado a cerrarse. En septiembre de 2019, las imágenes satelitales revelaron que el agujero de ozono se había reducido a 16,4 millones de kilómetros cuadrados, que es la menor extensión desde 1982.
"Esto demuestra que el protocolo de Montreal ha logrado la recuperación de la capa de ozono", aseguró la autora principal del estudio, Antara Banerjee, que trabaja en la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica y es miembro de la Universidad de Boulder, en Colorado, Estados Unidos.
Cómo afecta esto a cada región
El efecto cambia en función de la región afectada. En la Patagonia -argentina y chilena- se espera que haya más lluvias y menos luz ultravioleta dañina. En cuanto al centro del continente -Uruguay, Paraguay, sur de Brasil y norte de nuestro país- los resultados muestran un panorama más preocupante. Debido a que la disminución de la capa de ozono trae más lluvias, y con el adelgazamiento la región había extendido sus territorios para la producción agrícola hacia zonas desérticas. En el caso de Australia, las conclusiones del estudio son una buena noticia: se espera que haya menos sequía porque la disminución de la capa de ozono devolverá las lluvias al continente.
Ahora bien, si esto es suficiente para compensar el aumento de las emisiones de carbono es otra cuestión. Que la capa de ozono haya comenzado a restaurarse no implica que los patrones climáticos del hemisferio sur vuelvan a la normalidad porque otras emisiones industriales, como el dióxido de carbono y el metano, continúan ejerciendo una fuerza en la dirección opuesta.
"Existe una tensión entre la recuperación del ozono y el aumento del CO2. Por eso solo observamos una pausa. En el futuro, el factor de ozono podría dominar la escena y la corriente de aire del sur se movería, así, hacia el ecuador. Sin embargo, una vez lograda la recuperación, el CO2 podría empujarla hacia el sur nuevamente", explica Banerjee en el artículo.