Ayer, los astrónomos degradaron a Plutón a la categoría de "planeta enano"
Votaron entre 400 y 500 científicos y aprobaron la decisión por aplastante mayoría; repercusiones
No todos los días se es testigo de un cambio de rumbo que obliga a corregir los libros de texto. Tal vez por eso los astrónomos que ayer colmaron las salas de la XXVI Asamblea General de la Unión Astronómica Internacional, en Praga, tuvieron la sensación de estar participando de una revolución... ¡y de proporciones cósmicas!
Ocurre que, tras una votación aplastante, se redefinió completamente el sistema solar: de aquí en más, la familia de nuestra estrella doméstica estará integrada por ocho "planetas" -Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno-; tres "planetas enanos" -Plutón, Ceres, y 2003UB313 (apodado Xena)- y decenas de miles de "cuerpos menores" -cometas, asteroides y todos los otros cuerpos que orbitan en torno del sol-.
"Es decir que Plutón pasó a formar parte de una nueva categoría, la de «planetas enanos», que incluye a aquellos cuerpos con suficiente masa para ser esféricos, pero que no «barrieron» su entorno -explica Iván Bustos Fierro, investigador del Observatorio Astronómico de Córdoba-. Es lo que ocurre con Ceres, que aunque es el mayor objeto del cinturón de asteroides, está acompañado de otros similares."
Según Gonzalo Tancredi, astrónomo de la Universidad de la República, Uruguay, y uno de los promotores del cambio de denominación, la diferencia entre un "planeta" y un "planeta enano" es que en las cercanías del último existen objetos de tamaño comparable. En el caso de Plutón, son su luna, Caronte, y dos satélites más chicos (Hydra y Nix). Para Tancredi, la comunidad científica coincidió en que la denominación aplicada a Plutón durante 75 años no era correcta. Es más: los planetas enanos son un grupo aparte y no un subgrupo de los planetas, a secas.
Precisamente, la denominación de "planeta enano" fue muy debatida en la reunión de Praga -incluso había una moción para reemplazarla por "planetino"- y creó confusión a los propios astrónomos: entre los consultados por LA NACION, mientras algunos consideraban que Plutón seguía siendo un "planeta" (aunque enano), otros lo negaban de plano. Y entre los astrónomos encuestados informalmente por la Universidad Johns Hopkins, de los Estados Unidos, sólo uno dijo que estaba conforme con la decisión de la Unión Astronómica Internacional. La mayoría consideró que la decisión de quitar su status planetario a Plutón no acallará el debate en marcha sobre cómo definir un planeta y si el término debe aplicarse o no al cuerpo helado descubierto el 18 de febrero de 1930 por el astrónomo estadounidense Clyde William Tombaugh (1906-1997) en las afueras del sistema solar.
"El público hace un drama, mientras que para nosotros es una decisión bien fría y sin pasión -afirma, por su parte, Olivier Hainaut, astrónomo belga del Observatorio Cerro Paranal, en el norte de Chile-. Lo que pasa es que nuestro conocimiento del sistema solar está mejorando, de modo que también tenemos que mejorar nuestro vocabulario para que sea más preciso."
Hainaut recuerda que en la antigüedad se consideraba planeta a cualquier cosa que se moviera en el cielo, incluyendo al Sol y la Luna. "Eso fue antes de Copérnico y Galileo -subraya-. Con la revolución heliocéntrica nos dimos cuenta de que el Sol estaba en el centro del sistema solar. En 1800 se descubrieron los asteroides, en el 92, los objetos transneptunianos... Hoy sabemos que hay más de cien mil objetos dentro del sistema solar. El sistema solar está «lleno», lleno de cosas, y tiene muchos tipos de objetos, así que ahora tenemos que acordar definiciones para cada uno. Esta nueva nomenclatura refleja estos cambios. ¡Es fantástico! Porque quiere decir que hay avances en el conocimiento. Por otro lado, hemos sacado un planeta, pero hemos incorporado cien mil cuerpos."
Para Alejandro Gangui, investigador del Instituto de Astronomía y Física del Espacio, de la UBA y el Conicet, a Plutón se lo incluyó en la lista de planetas sin siquiera considerar sus rasgos extraños, como su pequeño tamaño y su órbita excéntrica, muy inclinada comparada con las de los ocho planetas clásicos. "Nunca fue de la misma «clase social» que los otros -dice Gangui-. La mitad del tiempo está fuera de la órbita de Neptuno y la otra mitad adentro. No tenía la «estirpe» de los demás. ¡Y ahora se lo excluye de la lista! Una sonda -la New Horizons- fue lanzada a su encuentro pensando que al llegar, en 2015, encontraría el último planeta de nuestra periferia solar, pero cuando lo haga verá tan sólo un triste «planeta enano» que ha perdido sus blasones. Venetia Burney, la escolar inglesa de 11 años que sugirió el nombre de Plutón, hoy estaría tan triste como muchos de nosotros. Plutón será nuestro «planeta emérito»."
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