Atomos y moléculas en primer plano
El Centro de Microscopías Avanzadas permitirá desarrollar investigación en medicina, física, química y biología
La Facultad de Ciencias Exactas de la UBA inaugura hoy un emprendimiento que es algo así como la glorificación de la lupa : un centro que reúne equipos capaces de lograr magnificaciones de hasta 500.000 aumentos y permite asomarse a esos infinitesimales mundos de Lilliput donde residen átomos y moléculas.
"Por la diversidad y capacidad de su instrumental y porque además trabajará en el desarrollo de nuevas soluciones en microscopía, el Centro de Microscopía Avanzada será único en América latina", explica el doctor Oscar Martínez, director del laboratorio de electrónica cuántica de la facultad y uno de los profesores que tienen a su cargo el proyecto. Los otros tres son Ernesto Calvo, Daniel Tomsik y Elizabeth Jares. La coordinación general está en manos de la doctora Lía Pietrasanta.
Este notable jardín de microscopios adquiere singular importancia si se tiene en cuenta que dos de las disciplinas científicas que se vislumbran con mayor proyección en las próximas décadas son la biología molecular y la nanotecnología, áreas de investigación que dependen de estudios imposibles de realizar a ojo desnudo .
Su concreción fue posible tanto por la capacidad y empuje de los investigadores argentinos como por el respeto profesional y la solidaridad que inspiran en la comunidad científica internacional.
"En mayo, cuando la idea ya estaba en marcha, una figura de primerísima línea como el doctor Carlos Bustamante, que conoce a Lía y sabe lo difícil que es empezar una carrera científica en la Argentina, quiso ayudarnos -cuenta la doctora Jares-. El nos donó este microscopio de fuerza atómica , un equipo que cuesta entre 150.000 y 200.000 dólares."
El ingenio opera como un antiguo tocadiscos, explica Pietrasanta, graduada en Bahía Blanca y doctorada en Gšttingen. "La muestra ocuparía el lugar del disco de pasta y la púa es un sensor que va leyendo la información.Una computadora luego transforma esos datos en una imagen tridimensional -prosigue-. La gran ventaja es que permite ver átomos y estudiar material biológico, como proteínas o ADN, en condiciones fisiológicas: sin necesidad de deshidratar la muestra."
Otro de los microscopios con que contará el nuevo centro fue gestionado por Gabriel Rosa, del Departamento de Biología.
"Lo donó la señora Janet Robertson, de Texas", cuenta Jares. Se trata de un equipo electrónico de transmisión que permite ver en detalle el interior de las células.
"Sirve para observar cortes delgados de muestras biológicas y no biológicas, y utiliza como fuente de iluminación electrones en lugar de fotones -explica Fernando Balducci-. El principio de funcionamiento es el de un proyector de diapositivas, donde la muestra es la diapositiva, el proyector son los electrones y hay una pantalla fluorescente que transforma esos electrones en fotones para que podamos ver la imagen."
Otro de los benefactores que hicieron posible este logro es el doctor Tom Jovin, director del Instituto Max Planck de Biofísica, en Gšttingen, Alemania.
Jovin -que nació y vivió hasta los quince años en la Argentina- donó varios microscopios y viajó al país especialmente para la ocasión.
Uno de los equipos es de diseño propio. "Todos los que trabajamos con microscopios diseñamos instrumentos, porque hay que adaptarlos a las necesidades de la investigación -cuenta, con singular modestia y acento sorprendentemente porteño-. El que hicimos en mi instituto es microscopía confocal , posee muy alta velocidad de adquisición de datos y permite medir muchas cosas en las moléculas: espectros, vida media... En la imagen final se ven colores que representan propiedades moleculares. Ya hablé con la firma que lo fabricará comercialmente para que envíe un prototipo de este equipo a Buenos Aires."
Gracias a la intervención de Jovin, la firma Carl Zeiss donará además tres microscopios ópticos muy completos.
"Entre los desarrollos locales figuran la microscopía de efecto de campo cercano , del laboratorio de Oscar Martínez, y un microscopio electroquímico de barrido con control óptico de altura, que permite, por ejemplo, medir oxígeno en la superficie de células vivas. Fue desarrollado por la doctora Carlota González-Inchauspe en el laboratorio de Electroquímica Molecular, en colaboración con investigadores de la Universidad de Bochum, Alemania -explica Calvo-. Estos desarrollos son pioneros en América latina, por eso es común encontrar aquí estudiantes y posdoctorandos europeos que nos visitan para realizar pasantías de investigación."
Aunque está en la Ciudad Universitaria, el nuevo centro ofrecerá desde hoy sus servicios a todo el sistema científico nacional, aseguran los investigadores. Su sitio en Internet es www.cma.fcen.uba.ar, y el teléfono, (011) 4576-3390/6, interno 807.
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