Astronomía: los restos de un protoplaneta estarían ocultos dentro de la Tierra
Se trata de los restos del protoplaneta que habría dado nacimiento a la Luna, y que podría estar bajo la superficie de la Tierra
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Un protoplaneta que chocó contra la Tierra hace unos 4500 millones de años habría soltado un trozo de roca que luego se convirtió en la Luna. Ahora, según informó Science Magazine, los científicos creen que todavía se pueden encontrar restos de ese cuerpo celeste alojados en las profundidades de la Tierra.
Si los restos del protoplaneta, conocido como Theia, permanecieron después del impacto, eso podría explicar por qué dos gotas de piedra caliente del tamaño de un continente se encuentran ahora en las profundidades de la Tierra, una debajo de África y la otra debajo del Océano Pacífico. Si alguna vez estas enormes “manchas” fueran arrastradas a la superficie de la Tierra, serían unas 100 veces más altas que el Monte Everest, según explicó Live Science.
De acuerdo con algunas teorías publicadas por Science, el impacto de Theia fue el que formó la Luna y transformó la superficie de la Tierra en un océano de magma turbulento, y, para algunos científicos las gotas se habrían formado cuando ese océano se enfrió y se cristalizó. Otras ideas, en cambio, sugieren que las manchas contienen rocas terrestres que de alguna manera escaparon a los efectos del impacto y permanecieron durante millones de años cerca del centro del planeta.
Pero la semana pasada, en la Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria, Qian Yuan, un estudiante de doctorado en geodinámica en la Universidad Estatal de Arizona (ASU) en Tempe, presentó una hipótesis alternativa. Yuan propuso que, después del impacto de la formación de la luna, el material denso del manto de Theia descendió profundamente por debajo de la superficie de la Tierra, acumulándose en lo que ahora conocemos como “las gotas” o “las manchas”. Según los modelos de Yuan, las rocas entre un 1,5% y un 3,5% más densas que el manto de la Tierra no se mezclarían con la roca circundante. Más bien, se hundirían hasta el fondo del manto, cerca del núcleo interno. “Esta loca idea es al menos posible”, dijo Yuan a Science.
En 2019, un estudio que publicó la revista Geochemistry, avaló la idea de que el manto de Theia era más denso que el de la Tierra, entre un 2% y un 3,5% más denso. Los autores del estudio sacaron conclusiones sobre el tamaño y la composición química de Theia basándose en un análisis de las rocas lunares de Apolo, que, según encontraron, contenían una proporción mucho mayor de hidrógeno ligero a hidrógeno pesado que las rocas de la Tierra.
Se cree que, para suministrar a la Luna tanto hidrógeno ligero, Theia tiene que haber sido casi tan grande como la Tierra en el momento del impacto. Además, se presume que debe haber sido muy seca, ya que el agua formada en el espacio interestelar contendría una forma pesada de hidrógeno llamada deuterio, del que Theia carecía. En tanto, el interior del enorme protoplaneta habría tenido un manto denso y rico en hierro.
Siguiendo la teoría de Yuan, mientras que las rocas más ligeras se precipitaban hacia el espacio para formar la Luna, los trozos del manto rico en hierro se habrían precipitado hacia el núcleo de la Tierra a raíz del impacto de Theia, donde se asentaron y formaron las enigmáticas manchas. “Creo que la idea es completamente viable hasta que alguien me diga que no lo es”, dijo a Science Edward Garnero, un sismólogo de ASU Tempe.