Así cambian los ojos de los astronautas tras un año en el espacio
Investigadores de la NASA diagnosticaron el Síndrome neuroocular asociado a los vuelos espaciales (SANS); de qué se trata
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Un estudio determinó que los ojos de los astronautas que realizan viajes de larga duración pueden sufrir una serie de daños y “cambios estructurales” agrupados en un diagnóstico conocido como Síndrome neuroocular asociado a los vuelos espaciales (SANS).
El trabajo publicado en la sección oftalmología de la Asociación Médica Estadounidense relevó los cambios oculares que padecieron Scott Kelly y Mikhail Kornienko, dos astronautas que pasaron 340 días en la Estación Espacial Internacional entre 2015 y 2016.
“De dos de los miembros de la tripulación de una misión de un año de duración, uno desarrolló un edema leve del disco óptico después de 270 días de vuelo espacial. En el otro miembro de la tripulación, el edema del disco óptico y los pliegues coroideos empeoraron progresivamente durante la misión”, dice el estudio.
Los problemas oculares que padecen tras un vuelo espacial no son nuevos y ya se los conocía como Síndrome de discapacidad visual y presión intracraneal, o VIIP, según publicó el diario As. Pero ahora los investigadores hablan de síndrome neuro ocular asociado a los vuelos espaciales (SANS), un conjunto de síntomas que sufre un gran porcentaje de los astronautas que pasan varios meses en el espacio y que provocan daños en la retina cuyo alcance aún se desconocen.
Los investigadores notaron múltiples cambios estructurales en los ojos de los astronautas a medida que pasan más tiempo en el espacio. En el caso de Scott Kelly y Mikhail Kornienko, ambos sufrieron edema leve del disco óptimo, algo que se recupera rápidamente, mientras que uno de ellos desarrolló además “progresivo de pliegues coroideos”, un daño que no suele recuperarse por completo.
De acuerdo con el artículo firmado por Brandon R. Macias, director del Laboratorio Cardiovascular y Ocular de la NASA, los datos sugieren que los cambios estructurales oculares que padecen los astronautas dependen de la duración del vuelo espacial.
“Sin embargo, todavía es necesario identificar los factores que contribuyen a la presentación variable de los hallazgos oculares. Se necesitan investigaciones con más participantes en misiones de un año para confirmar los hallazgos localizados presentados aquí”, concluye.