Advierten sobre el riesgo de la hipoacusia
Los adolescentes son los más expuestos
Se estima que uno de cada cinco individuos que escuchan música por más de tres horas diarias a 95 decibeles sufrirá hipoacusia al cabo de 20 años, sobre todo si utiliza auriculares que se insertan en el oído externo, advierte una información difundida por el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires.
Una conversación en condiciones normales, afirman los especialistas, alcanza entre los 40 y 60 decibeles, el ruido de una aspiradora asciende a 70, mientras que el sonido de un concierto ronda los 110.
"La principal recomendación es no aturdirse y evitar exponerse a altos decibeles por tiempos prolongados, porque si bien en los adolescentes el daño puede no percibirse, en el mediano y largo plazo existe un riesgo elevado de hipoacusia", detalló el ministro Alejandro Collia.
Consultas en alza
Frente al aumento de consultas por daños auditivos, los especialistas del ministerio de Salud provincial recomendaron tomar medidas para evitar la hipoacusia inducida por ruido, es decir, la pérdida de capacidad auditiva derivada de la exposición prolongada a sonidos superiores a los 60 decibeles.
"Los MP3, de uso frecuente sobre todo entre los adolescentes, tienen una descarga de decibeles que llega a los 130, mientras que la Organización Mundial de la Salud recomienda no superar los 60", detalló la otorrinolaringóloga Vanesa Etcheverry.
Los especialistas advirtieron que entre los adolescentes, al uso diario de MP3 y celulares se suma la concurrencia a boliches, fiestas o recitales, y los ruidos callejeros en las grandes ciudades que superan ampliamente los límites recomendados por la OMS.
Según Etcheverry, si bien en los primeros años el daño resulta imperceptible, luego de una década empiezan a percibirse serios problemas para escuchar. Personas que superan la tercera década de vida cuentan que, si bien oyen, no comprenden fácilmente lo que les están diciendo: "Cuando están en lugares ruidosos, como una reunión, perciben un susurro o ruido: saben que les están hablando, pero no captan el significado".
La Asociación Argentina de Otorrinolaringología y Fonoaudiología Pediátrica (Aaofp) advirtió también que: "El ruido interfiere en la comunicación, el aprendizaje, la concentración y el descanso". Los expertos señalan que la contaminación sonora también produce acúfenos, ansiedad, taquicardia, aumento del colesterol. Además, constituye un factor de riesgo de accidentes, bajo rendimiento intelectual y estrés.