A los 101 años, murió la doctora Sacerdote de Lustig
Dedicó su vida a la investigación y su trabajo fue clave en la lucha contra la polio; hace poco había recibido la Medalla del Bicentenario como personalidad distinguida del país
A la edad de 101 años, falleció la doctora Eugenia Sacerdote de Lustig, apasionada investigadora que dedicó más de 40 años al estudio de las células vivas y cuyo trabajo fue clave en 1959 para controlar la epidemia de poliomielitis.
Su muerte, ocurrida el domingo último, despertó conmoción en el mundo de la ciencia y la medicina, en el que dejó una huella imborrable desde que comenzó con sus trabajos.
Con su prima hermana Rita Levi Montalcini (premio Nobel de Medicina 1986), fue una de las primeras mujeres en recibirse de médica en Italia. En 1939, emigró con su familia a nuestro país, donde comenzó a utilizar en la cátedra de Histología de la UBA el cultivo de células vivas in vitro, una técnica que permite el estudio de distintos tipos de virus y tumores.
Cuando estalló la epidemia de polio, la Organización Mundial de la Salud la envió a los Estados Unidos a interiorizarse sobre el trabajo del profesor Jonas Salk. A su regreso, convencida de la efectividad de la vacuna que conoció, se inoculó en público e hizo lo mismo con sus hijos a fin de convencer a la población de sus beneficios.
Investigadora del Conicet y jefa de Virología del Instituto Malbrán, dedicó más de 40 años al estudio de las células tumorales en el Instituto Angel Roffo. Hasta pasados los 80 años, trabajó en el laboratorio y fue la ceguera la que le impidió continuar utilizando el microscopio.
Su última distinción
Hace dos semanas, Sacerdote de Lustig había recibido una importante distinción. Se trata de la Medalla del Bicentenario, que el Senado otorga a personalidades distinguidas del país.
"Hago mías las palabras expresadas por el doctor Osvaldo Fustinoni, cuando le entregó a la doctora el Premio Hipócrates en 1991, la mayor distinción que un médico argentino puede recibir: «La vida de la doctora Lustig es la historia de una pasión». Creo que es la definición más sintética y elocuente de la vida de Eugenia", dijo en aquel momento la doctora Elisa Bal, directora del Area de Investigación en Oncología Experimental del Instituto Angel Roffo, de la UBA, y discípula de la investigadora superior del Conicet.
Los trabajos de Sacerdote de Lustig en el Roffo y en el Instituto Malbrán superaron las 180 publicaciones científicas.