Ya tiene fecha de finalización la obra que estuvo frenada siete meses: el primer parque lineal de la ciudad
El Gobierno porteño superó el amparo que había frenado el proyecto en la avenida Honorio Pueyrredón y retomó los trabajos; los detalles de la transformación y por qué se oponen vecinos
- 6 minutos de lectura'
En medio de la larga e intensa disputa entre el Gobierno porteño y vecinos de Caballito, las obras sobre la avenida Honorio Pueyrredón retomaron su curso siete meses después de que la Justicia las haya paralizado. La ciudad de Buenos Aires, de esta forma, sorteó el amparo judicial que impulsaron agrupaciones vecinales de la zona, no sin antes tener que acudir a la Legislatura porteña para aprobar una nueva ley que autorizara los cambios, situación que mantuvo en suspenso el proyecto apenas se habían levantado 100 metros de cemento.
De esta forma, avanza la supresión de los ocho carriles en dirección al sur entre la avenida Díaz Vélez y la calle Neuquén para construir el Parque Lineal, el primero de este tipo en la ciudad, que otorgará más espacio público al peatón y reducirá la superficie de circulación de vehículos, particulares y de transporte público.
En febrero, pocos días después de haber comenzado, la obra quedó paralizada. En ese momento la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad avaló el fallo de primera instancia del juez Víctor Tronfetti, titular del Juzgado en lo Contencioso, Administrativo y Tributario N°15, quien recibió el recurso ambiental solicitado por la agrupación SOS Caballito. La Sala III de la Cámara ordenó la intervención de la Legislatura para que se elabore una ley que autorizara los cambios en la avenida.
“La obra tuvo un amparo y una medida cautelar que la frenó, por lo que la Ciudad apeló. Se exigía una normativa de tránsito denominada calle de convivencia, un espacio donde convivan vehículos de transporte y peatones, que fue tratada y aprobada en la Legislatura”, explica Juan Vacas, subsecretario de Paisaje Urbano del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana, y uno de los mentores del proyecto Honorio Pueyrredón. Aunque en principio se exigía una nueva audiencia pública, la Justicia la desestimó cuando tomó intervención el Poder Legislativo. Aunque esta instancia de participación ciudadana no es vinculante, suele ser un espacio para que los vecinos manifiesten sus posturas en los diferentes proyectos.
“[La falta de audiencia pública] fue festejada por el Gobierno de la Ciudad ya que en la Legislatura contaba con los votos para aprobar la nueva ley que se exigía”, analiza Adrián Hernández, habitante de Caballito e integrante de la Asamblea en Defensa de Honorio que se opone al proyecto. “Lo que se hizo fue una consulta comunal, algo inexistente hasta ahora, e igual se impuso el rechazo”, cuenta. En ese ámbito “se excluyó a los vecinos que no figuraban con domicilio en el barrio y no se tuvieron en cuenta las opiniones porque tampoco era vinculante”.
Cómo será la obra
El Parque Lineal conectará el monumento al Cid Campeador con la plaza Giordano Bruno en ocho cuadras hacia el sur; en el otro sentido quedarán los carriles para la circulación de vehículos. Lanzado en septiembre del 2021, la idea original era ambiciosa porque incluía un anfiteatro, canchas de fútbol tenis y otros atractivos. La obra final tuvo un resideño y, aunque se priorizará el esparcimiento, algunos elementos del proyecto inicial se quitaron.
“La modificación es positiva y audaz. Tuvimos contacto directo con los vecinos en distintas instancias. Esta es una mirada hacia el futuro que pretende lograr aumentar los espacios absorbentes, verdes y de encuentro”, recalca Dino Buzzi, director de Planificación, Uso y Evaluación de la ciudad y el encargado de encabezar los estudios técnicos. Los frentistas, aclara, “tienen asegurada su calle de circulación”, es decir, la calle de convivencia avalada en la Legislatura, una traza de 3,5 metros de ancho que correrá frente a los domicilios.
Para Hernández, en cambio, dice: “El problema real es que los vecinos venimos explicando desde el día cero es que la obra es ilegítima”.
Entre otros contrapuntos, quienes se oponen aseguran que los cambios provocarán mayor concentración en un barrio con una elevada densidad poblacional. Además, afirman que el tránsito colapsará los accesos por las calles Rojas e Hidalgo, por donde se desvían los automóviles y colectivos, con el agravante de que Rojas cuenta con el paso a nivel del tren Sarmiento.
“Es decir, esto empeora la calidad de vida del barrio: afecta a los frentistas y a los habitantes laterales, a los comerciantes históricos que le instalarán un polo gastronómico; aumenta la conglomeración en uno de los barrios con mayor densidad e incrementa el tránsito en las calles paralelas y, por ende, su contaminación auditiva”, apunta el vecino. Y añade: “No somos kirchneristas, como nos dicen, acá hay mucho votante del PRO que no quiere la obra”.
Además de desmentir que la intención sea instalar un polo gastronómico y destacar que hubo tres audiencias públicas entre junio y julio, desde el Gobierno de la Ciudad remarcan que el nuevo espacio público contará con 9556 m² totales de áreas verdes nuevas, un acumulado de 304 árboles y siete dársenas de estacionamiento que beneficiará a un total de 84.383 vecinos y vecinas. Pese al historial de contratiempos vecinales y judiciales estipulan que la fecha probable de culminación del Parque Lineal será en junio de 2023.
Norberto Figueroa, un histórico comerciante de la zona y dueño del bar familiar Cutter’s, donde día y noche “la clientela de toda la vida” se sienta a comer y charlar los temas del día “como en los viejos tiempos”, se mantiene escéptico. No comulga con el accionar de las organizaciones, a quienes ve “más entretenidas en pelear que en encontrar soluciones”, pero también cree que la intención de fondo de la Ciudad “es barrer con los negocios del barrio que siempre estuvieron”.
“Comercialmente a nosotros no nos sirve y la gente del barrio tampoco quiere el proyecto. Desde el Gobierno de la Ciudad nunca se sentaron a hablar de forma genuina en los bares y en los comercios del barrio”, cuestiona el hombre de 72 años, que se define como un “viejo lobo de Caballito”.
Mientras habla lamenta la transformación de la avenida, el fin de Honorio Pueyrredón, “una obra espectacular que siempre tuvo un pavimento resistente que nunca se rompió”.
En diagonal al boliche de Norberto, que lleva abierto desde el año 1992 y está ubicado en la clásica avenida y la calle Felipe Vallese, hace no mucho abrió una famosa cadena de restaurantes de sushi. Cien metros a su izquierda hay otra de pizzas y, a la derecha, una de café. Sus improntas al estilo franquicias contrastan con la estética tradicional del barrio. Un indicio, anticipa el comerciante, de la transformación que podría tener Caballito en una de sus zonas más residenciales.