Vandalismo en cuarentena. Y ahora robaron los bronces del frente de Harrods en la calle Florida
"Es un espanto. Ya se robaron todos los bronces del frente de Harrods", se lamenta el presidente de la Asociación de Amigos de la Calle Florida, Héctor López Moreno, mientras observa el exterior del icónico edificio de la Belle Époque clausurado y cubierto con alambres de púas para evitar que ingresen al mismo. Harrods no fue ajeno ala ola de robos en calles y plazas que sufre la ciudad de Buenos Aires desde que comenzó la cuarentena. El objetivo es vender esas piezas de valor patrimonial en el mercado negro donde son fundidas.
En plena peatonal, en Florida al 800, y a primeras horas de la mañana, los delincuentes treparon a través de los barrotes de las cortinas exteriores de madera, se pararon sobre la marquesina, y se sacaron los bronces de la cornisa dejando expuestas las maderas que la sujetaban, detalló a LA NACION López Moreno, propietario del local de ropa masculina Glenmore, ubicado frente a Harrods. A todo esto se suma la paulatina desaparición de las pilastras de bronce adosadas al muro exterior y la rotura de los mármoles del frente.
Harrods fue una tienda departamental británica homónima a la Harrods de Londres. La de Buenos Aires fue la primera y única sucursal de la tienda inglesa fuera de su país de origen. Se estableció a principios del siglo XX en un edificio proyectado por los arquitectos Paul Bell Chambers y Louis Newbery Thomas. Fue construido con mármoles, bronces, hierro y roble de Eslovenia importados de Europa. Si bien en el 2018 hubo promesas de restaurarlo, el edificio continúa con sus persianas cerradas y sin movimiento desde hace dos décadas, afirman los dueños de los locales lindantes.
"Es una vergüenza. El encargado del edificio tuvo que poner un alambre de púa para que no se sigan trepando a robar -agregó el dueño de Glenmore, al que le robaron tres veces prendas de la vidriera-. En Florida no hay custodia policial, el gobierno no hace nada. Dicen que tienen cámaras de seguridad filmando pero no funcionan. Para colmo al hacer una denuncia nos dicen que tenemos que ir a la Villa 31 desde donde vemos salir los que nos vienen a robar", agregó.
Junto a otros comerciantes del paseo, el año pasado se encargaron de realizar una refacción parcial del exterior del edificio de siete pisos que ocupa casi una manzana entera del barrio de Retiro. "Por suerte el cartel que dice Harrods no se lo llevaron aún. Yo mismo me encargué de pedir que lo abulonen bien fuerte", dijo.
Alambre de púas
Por su parte Hugo Pontoriero, vecino del barrio de Retiro que hace pocas semanas denunció el robo al Monumento al General San Martín en la plaza que lleva ese nombre, dijo: "Florida es zona liberada. Tuvieron que poner alambre de púas como en la guerra para evitar que sigan robando en Harrods, un edificio protegido sin dudas por el valor patrimonial de las fachadas".
Luego de ser informados por LA NACION sobre el hecho, voceros de la Policía de la Ciudad dijeron que "el subcomisario de la Comunal 1 fue al lugar, habló con un kiosquero que le dijo que está siempre igual. Así que el hecho es algo viejo, no es reciente", apuntaron.
Sin embargo vecinos y comerciantes insisten en que la desaparición de la cornisa es una triste novedad recientemente acaecida que se suma al lento desguace. Por su parte el Ministerio de Ambiente y Espacio Público asegura no tener información al respecto. En cuanto a si se está efectuando una investigación para dar con los lugares donde se comercializa el bronce en forma ilegal, ambos organismos evitaron dar una respuesta.
El robo a Harrods se suma a los hurtos de picaportes y timbres de edificios privados, barandas de iglesias como la de San Nicolás de Bari, herrajes del Hotel Pulitzer y hasta asientos del Metrobús en la zona de Retiro. También durante los últimos meses se registraron faltantes de gran cantidad de cables de cobre de electricidad, con lo cual fuentes del Gobierno porteño admitieron que la situación actual es comparable a de la crisis del 2001 cuando la vandalización del espacio público era constante.
En cuanto a los monumentos emplazados en parques y plazas, fueron arrancadas de cuajo las cabezas de cinco personajes del Monumento a la España Civilizadora y Eterna en Costanera Sur, se llevaron los relieves alegóricos en el monumento al General San Martín antes mencionado, falta una sección del arco de la estatua el Arquero de San Sebastián en Plaza Chile, y también el de Heracles arquero frente al Museo de Bellas Artes. Pero también despareció el bastón presidencial en el monumento a Figueroa Alcorta en plaza Dante, entre otras esculturas vandalizadas en diversos puntos de la Ciudad y que incluyen unos 20 bustos de próceres que están siendo restaurados y ocultados del público en el predio de Monumentos y Obras de Arte de Palermo (MOA).
Allí, un total de 50 esculturas son custodiadas y puestas en valor. Aún no se decidió cual será su destino de estas, si volverán a la plazas y parques o si ante el peligro de ser nuevamente agredidas se las colocará en espacios controlados, entre ellos el Jardín Botánico, tal como lo sugiere la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos con superintendencia sobre 63 esculturas porteñas que fueron el año pasado declaradas Monumento Histórico Nacional.