Usuarios, resignados y enojados
Resignación. La palabra resume el sentir de los usuarios de ómnibus que ayer desayunaron con el anuncio de un inminente aumento del 66% en las tarifas del servicio en el área metropolitana.
En una recorrida realizada por LA NACION en las terminales de Retiro y Constitución se pudo constatar que si bien algunos usuarios afirmaron que podían entender la necesidad de incrementar en alguna medida el valor del boleto, muchos se mostraron enojados ante la magnitud del aumento.
"Entiendo que tengan que aumentar, lo que no entiendo es que de repente anuncien un 66%. Los sueldos nunca aumentan así. No entiendo por qué tiene que ser así", se quejaba Marisel Paredes, empleada de comercio.
"Estuvieron sosteniendo las tarifas bajas mucho tiempo y ahora tienen que aumentar; lo entiendo, pero lo hacen así de golpe y eso causa mucha bronca. Te sentís desprotegido, que se aprovechan de la situación. Siempre pierde el trabajador", contó Miguel Céspedes.
"Es mucho, si van a aumentar por lo menos deberían hacerlo de a poco. Estos aumentos deberían acompañar los aumentos de sueldos, pero eso no pasa y cada dos por tres aumenta todo, no se aguanta más", señaló Ana Vilar, empleada pública que viaja desde Pilar diariamente.
Muchos usuarios que combinan colectivo y subte para ir a sus trabajos, señalaron que es el segundo gran aumento que tienen que afrontar, ya que en noviembre ya hubo un incremento del 40% en la tarifa del subterráneo.
Este es el caso de Vicente Martínez, un técnico electrónico que esperaba un colectivo en Constitución. "Me parece demasiado. Antes iba aumentando de a poco; no ocurría que de un día para el otro el boleto pasara a costar más del doble. Y lo mismo pasó con el subte. Yo que utilizo ambos medios de transporte, me encontré con estos aumentos d sin aviso y sin explicación. Y parece que no hay nadie controlándolo y a nosotros sólo nos queda pagar."
Adriana Nores, una comerciante que todos los días viaja entre provincia y Capital, afirmó: "Los sueldos se están quedando muy atrás en relación a los gastos. Yo todos los días tengo que tomar un tren y un colectivo, y muchas veces le sumo el subte. Con todos los aumentos no hay bolsillo que aguante. La situación es asfixiante"
Gustavo Casado, quien todos los días toma dos colectivos para ir a trabajar en un banco, señaló: "Uno siente que, cuando falta plata, los políticos recurren a nuestro bolsillo y nosotros no podemos hacer nada".
Martín Cardoso, empleado que también viaja de provincia a Capital diariamente en colectivo y tren, también se manifestó en contra. "Me parece demasiado y no creo que se justifique. El transporte público debería ser lo más barato posible. Que aumente en las proporciones que aumenta mi sueldo sería más entendible."
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