Una tarea difícil para controlar subsidios
Las tarjetas SUBE no asociadas al DNI impiden el cruce de datos para otorgarlos
En diciembre de 2012, el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, anunció que desde el primer día de este año las tarifas diferenciadas que gozan algunos usuarios del Sistema Único de Boleto Electrónico se acreditarían de manera automática.
Los beneficiarios de los boletos subsidiados serían jubilados y pensionados, empleadas domésticas, estudiantes primarios y secundarios; beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo, asignación por embarazo y programa de Jefes de Hogar, y ex combatientes de Malvinas.
Según el anuncio, la aplicación del descuento se efectuaría de manera automática por el cruce de información que el sistema realiza entre los usuarios de SUBE, su número de DNI y las distintas bases de información que maneja el gobierno nacional. Pero aquí surge un contrapunto, ya que ahora no es necesario presentar el DNI al adquirir una nueva tarjeta.
"Se compra directamente sin documento, cambió la idea del principio. Si perdiste la tarjeta la das de baja y la nueva la registrás a tu nombre en la Web", explicaron desde el área que controla el SUBE.
El usuario ya no tiene obligación de ingresar sus datos en el sitio oficial y, se comprobó, pueden tener en su poder más de una tarjeta. "Queda a criterio de cada usuario. Si no la registra, no podrá hacer reclamos de saldo o de otro tipo. Pero la mayoría de las personas lo hace", dicen en SUBE.
Así, resulta una incógnita cómo podrá el gobierno nacional modificar su política de subsidios a la oferta (a las empresas transportistas) por otra de subsidio a la demanda (a cada usuario), tal como había prometido.