Una familia, muy grave
La explosión del comercio donde se cargaban tubos de oxígeno y matafuegos en Virrey del Pino dejó a una familia en grave estado, entre otros heridos delicados: un bebé de 18 meses y sus padres permanecen internados en la sala de terapia intensiva del Hospital de Niños de San Justo y el hospital Simplemente Evita, de González Catán. Todos ellos tienen las vías respiratorias muy comprometidas y luchan por sobrevivir.
Se trata de Jorge Pablo González Rivero y Belén Gonzalía, ambos de unos 30 años, junto con su hijo, Franco. Los tres se encontraban en el supermercado lindero al local donde se produjo la explosión. El pequeño fue derivado a San Justo, mientras que sus padres permanecen en González Catán. En tanto, otros adultos que están graves son Eduardo González y Arnulfo López Rojas, empleados del supermercado. Este último, presenta un traumatismo cervical, según le informó a LA NACION el jefe de la guardia del Simplemente Evita, Leonardo del Río.
"Los médicos nos dijeron que está muy mal y no saben si evolucionará bien. Tenemos que esperar, tener paciencia y esperar", dijo Araceli, la hija de López Rojas. Este hombre que hoy lucha por su vida había comenzado a trabajar hace pocos meses en el supermercado que fue alcanzado por las llamas. Anoche, el estado de los heridos era "reservado", según indicaron las fuentes médicas.
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