Un estilo que marcó la ciudad
El Brutalismo tuvo implacable incidencia sobre la definición del paisaje de la ciudad, tapizado de insolentes medianeras, o erizado de torres de perímetro libre que cambiaron su fisonomía.
La arquitectura argentina que floreció en las dos últimas décadas del siglo XIX, y primeros tres cuartos del siglo XX, tuvo gran consistencia. Fue creadora de una indefinible, pero palpable identidad.
Pocas ciudades del mundo como Buenos Aires desarrollaron una especial cultura arquitectónica, con producción pareja y de calidad, donde se materializaron muchos ejemplos de interés, varias obras sobresalientes y algunas piezas de resistencia dignas de figurar de manera destacada en la arquitectura occidental del período.
Sin embargo, ignorando su espléndido y heterogéneo patrimonio, la ciudad muchas veces descuidó, agredió o destruyó por oleadas e inexplicablemente su mejor herencia.
Las mejores obras del período son fruto de un enriquecedor sistema de concursos públicos y privados que lograron corporizar edificios institucionales donde se combinan carácter y monumentalidad, rasgos inusuales para la modernidad. Las obras cumbres del Brutalismo de Buenos Aires son también monumentos nacionales y mundiales.
El autor es vocal de la Comisión Nacional de Monumentos