Turismo: Chacarita, Villa Crespo y Belgrano, un imán para los extranjeros
El circuito clásico de los viajeros internacionales en la ciudad se extiende y suma nuevos barrios; buscan experiencias alternativas más autóctonas; Colegiales, otro de los destinos elegidos
Si uno se detiene en una esquina de la calle Florida y escucha con atención el bullicio de las personas al pasar, las conversaciones que aparecen y desaparecen, seguramente oirá una variedad de idiomas. Lo más probable será escuchar portugués, inglés o algún otro. Pero este fenómeno no se da únicamente en las zonas céntricas: cada vez hay más turistas extranjeros que recorren las Barrancas de Belgrano, los bares de Chacarita y las calles de Villa Crespo.
Nunca hubo tantos visitantes en la ciudad como en el último año. Según datos del Ente de Turismo de la Ciudad, la cantidad de viajeros extranjeros no solo crece ininterrumpidamente desde 2016, sino que en 2019 alcanzó un estimado de 2,9 millones de personas, 8% más que en 2018. Este incremento se hizo visible también en distritos que no solían ser turísticos, como Chacarita, Villa Crespo, Colegiales y Belgrano, barrios que atraen a aquellos que buscan experiencias urbanas autóctonas y alternativas al circuito clásico.
Las principales tendencias, sin embargo, no cambiaron. Los brasileños siguen encabezando el listado de las nacionalidades que ingresan, con un 36% del total. El promedio de estadía de quienes vienen por vacaciones, de 6,6 días, también se mantuvo en los últimos años. Y Retiro, San Telmo, Recoleta, Palermo, Puerto Madero, San Nicolás y Monserrat aún son los barrios más concurridos.
A través de una herramienta estadística que usa big data de las empresas telefónicas, el Ente de Turismo porteño sabe por dónde se mueven las personas que tienen encendido el roaming de sus celulares con código extranjero. Eso les permite saber qué lugares visitan los viajeros de diferentes países y cómo son sus recorridos. "A los brasileños les encanta Florida. A los estadounidenses, Palermo por la tarde", dice una fuente del organismo.
Esta herramienta también los ayudó a confirmar algunas nuevas tendencias, como por ejemplo que el 46% de los turistas nacionales y el 31% de los internacionales que visitan la Plaza Armenia, Palermo, luego se dirigen a Belgrano. O que un 36% de los turistas nacionales y un 22% de los internacionales que pasean por esa plaza van después a Villa Crespo. Se observó además, aunque sin datos numéricos, un aumento de las visitas extranjeras en Chacarita y Colegiales.
La significativa activación de la llegada de extranjeros a nuevos barrios coincide con el desarrollo de las ofertas culturales, gastronómicas y comerciales de esas zonas.
"Buscamos en internet cuáles eran los mejores bares y nos apareció este. Nos gusta el lugar. Tanto la comida como el barrio dan la sensación de local, de que las personas viven acá -dijo Claire Parker, una estadounidense que visita junto a su marido La Fuerza, una icónica vermutería de Chacarita-. Estamos tomando algo y luego nos vamos a pasear y a comer algo por la zona".
Según comentó Nicolás Abatte, el encargado, antes a ese bar solo iban vecinos y algunos jóvenes de otros barrios porteños, en especial aquellos de estilo bohemio. Pero en julio de 2019 La Fuerza fue elegido por la revista Time como uno de los 100 lugares para visitar en el mundo. Fue el único establecimiento argentino en la lista. A partir de ese momento, recordó, la cantidad de personas que concurren al bar se multiplicó y empezaron a llegar extranjeros. La cifra volvió a crecer cuando la vermutería apareció en la revista de cabotaje de la aerolínea Gol.
"No es un lugar turístico y, sin embargo, los turistas vienen bastante. Ahora, el tiempo de espera es aproximadamente de 30 minutos todos los días", indicó Abatte. Situado en la esquina de Dorrego y Castillo, este bar con soda en sifón, comida tradicional y decoración sobria no es el único del barrio que está viviendo un auge de clientes.
A pocas cuadras, sobre la vereda de un restaurante de tapas, una pareja que habla francés tomaba un Campari con jugo de naranja. "Vinimos a esta zona porque hay una feria de antigüedades que nos encanta [en Newbery y Fraga]. Disfrutamos de revolver el local y encontrar cosas únicas, geniales -detalló Anna Lechowska, polaca que vive en París-. Hoy estamos paseando por distintos bares. Este ya es el segundo y ahora vamos a buscar un tercero". Vino a Buenos Aires a visitar a su novio, de origen brasileño, que está viviendo en la ciudad. "En esta zona y en Villa Crespo la gente es linda, familiar. Eso lo diferencia de Palermo, que es más comercial", opinó Lechowska.
"Buenos Aires es una ciudad diversa y, en línea con lo que ocurre en otras ciudades globales como Nueva York, Londres o París, los turistas buscan conocer y recorrer cada vez más barrios y experimentar la vida de los locales", dijo Fernando Straface, secretario general y de Relaciones Internacionales de la Ciudad. Además de la apertura de nuevos atractivos, como bares, librerías y restaurantes, los comerciantes de la zona cuentan que en estos barrios se está viviendo una reivindicación de lo antiguo, lo histórico, aquello que prevalece en el tiempo.
Recomendación
En materia de librerías, The New York Times rescató a Falena, también en Chacarita, como uno de los lugares que debieran ser visitados en una estadía de 36 horas en Buenos Aires. La describió como "una librería y cafetería escondidas, donde un sofá profundo y una dispersión de sillones invitan a sacar algo de los estantes, que están repletos de todo".
Laura Ávila, dueña del Café San Bernardo, una casona antigua sobre la avenida Corrientes que desde 1912 funciona como cafetería, bar y club social en Villa Crespo, analizó: "La gente busca experiencias, busca historias. Muchos extranjeros vienen porque quieren conocer las costumbres locales, acercarse a la gente, y no solo conocer el Obelisco y pasear por La Boca".
Mientras que el primer salón de la cafetería parece un clásico bodegón de barrio, con una barra con cerveza tirada y una estantería antigua repleta de botellas y trofeos, el sector trasero es un galpón de juegos. Bajo un techo alto, siete mesas de pool, seis de ping pong y tres de billar están al servicio de los clientes. A pesar de que, según dicen los mozos y la dueña, hace varios años que reciben turistas, la cantidad ha aumentado en los últimos meses. "Es evidente. Los jóvenes empezaron a poner el ojo en Villa Crespo y, por lo tanto, en este café, que es un emblema histórico del barrio", dijo Ávila.
Todos los martes, a las 22, el Café San Bernardo organiza y publicita en sus redes sociales un torneo gratuito de ping pong. El martes pasado, según Ávila, asistieron unas 60 personas. "Antes de esa fecha, pasó algo muy raro: me escribieron por Facebook dos extranjeros, un hindú y un inglés, que querían participar del torneo", relató.
También recordó que el año pasado empezó a haber visitas guiadas a pie por Villa Crespo, organizadas por residentes del barrio que se disfrazaban de época y contaban historias del lugar mientras pasaban por distintos emblemas, como el conventillo La Paloma y el Club Atlanta. Estos recorridos terminaban en el Café San Bernardo. Según Ávila, la cantidad de turistas que concurren a esta actividad son una muestra evidente de que su querido barrio está cobrando interés.
En Belgrano, un barrio típicamente residencial, también empezaron a escucharse otros idiomas. Según información del Ente de Turismo, sus mayores atractivos turísticos son el Barrio Chino y la Plaza Barrancas de Belgrano. Esta última tiene una histórica glorieta, la Antonio Malvagni, donde todas las noches se enciende el tango. Esta famosa milonga al aire libre recibe tanto a locales como a extranjeros, un promedio total de 200 personas por noche. "Vienen muchísimos turistas, por lo menos un 30% del total", informó Pablo Etcheverry, el organizador. En temporada, como ahora, hay orquestas de tango en vivo de lunes a viernes.