Tras una larga lucha, los vecinos de Floresta disfrutan del predio del viejo corralón
Con una inversión de $64 millones, el espacio fue transformado en una plaza; habrá actividades culturales
Los vecinos de Floresta empezaron a disfrutar de una nueva postal en el barrio. El viejo "corralón", un histórico predio sobre la avenida Gaona que supo ser el albergue de los carros y los caballos que integraban la cuadrilla de limpieza de la ciudad, cambió su cara. Los colores llamativos y la limpieza le ganaron al gris del abandono. Ayer, el espacio quedó reabierto como plaza para que niños y grandes aprovechen actividades de esparcimiento, deportivas y culturales.
Del centenario corralón permanecen en pie algunas de las estructuras de hierro. También, un par de galpones que funcionaban como caballeriza y que tuvieron que ser restaurados. Ahora forman parte de un conjunto que reúne metegoles, canchitas para realizar distintos tipos de deportes y 3000 m2 más de espacio verde, a los que se sumaron unos 45 árboles. Los 2000 m2 de adoquinado que nacieron con el predio allá por 1911 volvieron a salir a la luz luego de haber sido tapados con asfalto y se observan tanto en el acceso principal que corta transversalmente al parque como en los caminos internos.
En un sector de la plaza hay un pequeño anfiteatro al aire libre. Y, como se había programado, se construyó un gimnasio techado de 700 m2 para que lo utilicen los alumnos de la Escuela Media Nº 8, que está en la misma manzana. Antes, los estudiantes debían caminar unas 15 cuadras para las actividades de educación física.
Junto a los juegos infantiles se colocaron mesas diseñadas para practicar ajedrez. También hay un circuito de cuatro postas aeróbicas con 16 equipos de uso gratuito, accesibles y disponibles sin límite horario, ya que algunas están por fuera del enrejado perimetral.
En uno de los extremos de la plaza del corralón se alza el conjunto escultórico en memoria de los jóvenes asesinados en 2001 por un suboficial, en lo que se dio a conocer como la Masacre de Floresta. "Hicimos un camino de la reflexión en torno a esas esculturas", explicó a LA NACION Alicia Aguilá, directora de obras comunales.
Del lado que da hacia la calle Sanabria hay dos naves en las que se desarrollarán actividades culturales y expresiones artísticas tal como pedían los vecinos. Pero el presidente de la comuna 10, Daniel D'ippolito, indicó que será necesario que todo grupo que quiera participar de la programación -que será articulada con la Dirección de Cultura de la ciudad o con el Ministerio de Educación- deberá contar con personería jurídica. "El uso del lugar tiene que estar regulado para que no haya problemas", agregó. Y recordó que la lucha por la recuperación del predio la dieron frentistas que se sentían damnificados por el descontrol que había en el lugar.
Parte de la obra incluyó la restauración de la casona histórica. "Vamos a seguir pidiendo para que allí se mantenga un espacio de la memoria permanente, algo así como un centro de interpretación de la plaza. Hay mucha historia", comentó Mabel Sampaolo, que integra la Asamblea barrial de Floresta y ve con buenos ojos cómo quedó el resto del predio. Desde que en 2005 el inmueble fue recuperado por la comunidad, los vecinos reclamaron por la concreción de un proyecto por un espacio recreativo, educativo, de memoria y cultural en el marco de una plaza.
La historia
Unos años atrás, el uso del corralón estaba fuera de control. Se ofrecían actividades y distintas expresiones artísticas, pero había quejas de la gente porque, por ejemplo, algunas personas dormían allí. Solo en diciembre de 2015 hubo 16 denuncias ante la fiscalía por ruidos molestos que se producían hasta altas horas de la madrugada.
En 2016, autoridades de la ciudad firmaron un acta acuerdo para avanzar con el proyecto de la plaza pública, pero un grupo de artistas presentó un recurso de amparo para permanecer en el espacio. La causa judicial derivó en un desalojo, que se concretó finalmente, en medio de mucha tensión, a comienzos de 2017. Un año después empezaron las obras para la puesta en valor del lugar, con la intervención de 9400 m2 y una inversión inicial de 64 millones de pesos.
La plaza estará abierta de 8 a 20 durante los meses de bajas temperaturas y se extenderá hasta las 22 cuando el termómetro vuelva a subir. "La gestión de la comuna en cercanía con los vecinos ha sido fundamental para integrar en un mismo espacio todas las voces y la mayor cantidad de actividades posibles, ya sean recreativas, deportivas y culturales", afirmó Facundo Carrillo, secretario de Atención y Gestión Ciudadana.