Tras dos años y medio de toma, la Sala Alberdi fue restituida a la Ciudad
Ante un fallo que ordenaba el desalojo y negociaciones infructuosas, los cuatro jóvenes que ocupaban el recinto lo liberaron; el gobierno porteño denunció robos de equipos y daños
Después de dos años y medio de toma, órdenes judiciales incumplidas y disturbios callejeros, la Ciudad recuperó ayer la Sala Alberdi del Centro Cultural San Martín para el uso público. Durante la madrugada, tres hombres y una mujer que mantenían ocupado ese recinto desde principios de enero abandonaron voluntariamente las instalaciones.
Ocurrió después de horas de tensión en el perímetro del edificio entre unos 500 manifestantes que respaldaban la toma y efectivos de la Policía Metropolitana. También, luego de una extensa negociación entre representantes de los asambleístas y del gobierno porteño, en la que las autoridades no cedieron a las pretensiones de los usurpadores, que pedían salir sin ser identificados.
La liberación de la Sala Alberdi se precipitó a partir del viernes, con el fallo de la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Penal, Contravencional y de Faltas porteña que ordenó el desalojo del lugar, la identificación de los ocupantes y la restitución del bien al Estado porteño.
En el escrito, los camaristas instruyeron al juez de primera instancia Norberto Tavosnanska -que antes había desestimado el desalojo- a organizar el operativo. Si bien todavía no existía orden del magistrado, comenzaron las conversaciones entre el Ministerio Público Fiscal y las partes para intentar evitar un allanamiento por la fuerza.
Finalmente, y pese a que las exigencias de los usurpadores no fueron admitidas por la fiscal Claudia Barcia, poco antes de las cinco de la madrugada de ayer las cuatro personas que permanecían atrincheradas dentro de la sala dejaron el edificio. Según fuentes con acceso al expediente, se trata de tres hombres y una mujer; todos tienen menos de 30 años y uno de los hombres es de nacionalidad chilena. Ninguno posee antecedentes penales.
Anoche todo indicaba que ninguno de ellos había participado de la toma original de la Sala Alberdi, que comenzó en agosto de 2010, cuando profesores y alumnos denunciaron un intento de "privatización de la cultura" por parte de la administración de Mauricio Macri y ocuparon el lugar. Luego, se negaron reiteradamente a abandonarlo cuando el gobierno porteño -avalado por fallos judiciales- pretendió avanzar con la remodelación del recinto. Hasta que, con el inicio del año, la sala quedó cerrada con sus ocupantes adentro.
En conferencia de prensa, los ocupantes y sus defensores explicaron ayer que pretenden hallar una instancia para no ser procesados judicialmente, porque eso sería criminalizar una protesta cultural.
No obstante, según dijeron voceros de la fiscal a LA NACION, en las próximas horas los cuatro serán citados para notificarles que están imputados como presuntos responsables de los delitos de usurpación y de daños.
En ese sentido, ayer el Ministerio de Cultura se encontró con una Sala Alberdi devastada por los años de ocupación y la desidia de sus usurpadores. Instalaciones destruidas, butacas arrancadas y colocadas como barricadas para obstruir el ingreso, orina acumulada en botellones plásticos y papel higiénico con restos de materia fecal pintaban un panorama desolador en el recinto.
Incluso, según denunció el ministro Hernán Lombardi, fueron sustraídos micrófonos, consolas de luz y de sonido, y otros equipamientos. Los pianos también aparecieron rotos, en un entorno con pancartas con leyendas del tipo "el principal enemigo no es Lombardi ni Macri es algo mucho más grande" o "Somos artistas terroristas en lucha" y "La verdad estallará".
"Estamos trabajando en los inventarios, hubo mucho robo; algunos escritos suenan a amenaza. Enseguida se pondrá en obra la Sala Alberdi, pero no tenemos una fecha de reapertura. Entretanto, vamos a ir rehabilitando la actividad en el centro cultural, que debió suspenderse en el verano como consecuencia del acampe en la plaza seca, que impedía el acceso al edificio", dijo Lombardi a LA NACION.
Como se recordará, a principios de enero unas 50 personas ocuparon el acceso al edificio para hacerles "el aguante" a quienes permanecían en el sexto piso, que en ese momento eran seis, según informes judiciales de ese momento. El campamento fue levantado a mediados de este mes, luego de un enfrentamiento entre los manifestantes y la Policía Metropolitana.
El jefe de gobierno también celebró la recuperación de la sala y deploró los destrozos que sufrió el lugar. "Es perverso decir que esto es representar a la cultura; destrozar un centro cultural, robarse equipos y consolas. Genera mucha tristeza ver algo así", afirmó Macri, que confirmó que la Ciudad reparará la sala para ponerla en funcionamiento y que vuelva a ser "para todos los porteños, para todos los argentinos y para todos los que quieren disfrutar de la oferta cultural".
Como se recordará, a principios de febrero, cuando culminó la feria judicial, la fiscalía solicitó el desalojo y la detención de los ocupantes de la Sala Alberdi.
El juez Tavosnanska no hizo lugar al pedido del Ministerio Público, que apeló la decisión.
El viernes pasado, la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Penal, Contravencional y de Faltas porteña revocó el fallo de primera instancia, ordenó el desalojo y la restitución del bien a la Ciudad.
Asimismo, rechazó un planteo de inconstitucionalidad elevado por el defensor oficial Gustavo Aboso. El letrado había sostenido que el delito imputado a los ocupantes no podía ser tipificado como usurpación.