Tiro Federal: el arquitecto danés a cargo dice que "hay muchas posibilidades en curso"
El arquitecto danés Bjarke Ingels pasó menos de 24 horas en Buenos Aires para sellar el acuerdo que lo transformará en el autor del proyecto de uno de los lotes del ex Tiro Federal. El director de BIG (Bjarke Ingels Group) uno de los estudios más reconocidos del mundo, se reunió con los desarrolladores que le compraron a la Ciudad el terreno por $ 5600 millones: representantes del grupo Weirthein y Real Estate Developers (RED).
Mientras el autor del búnker de Google en San Francisco y la torre del World Trade Center en NY daba una clase magistral exclusiva en la sede de la Secretaría de Desarrollo Urbano porteña, parte de su equipo recorría la Villa 31. "La idea de innovar desde la arquitectura pública no es de lo más corriente, por eso me interesa mucho el proceso de reconversión en esta urbanización tan particular, donde en vez de construir algo nuevo se optó por refuncionalizar el lugar y respetar la impronta de esas casas que la gente construyó con sus propias manos. Además, mudar sedes del gobierno a estas zonas vulnerables también es una forma de reactivación. Un master plan puede tener las mejores intenciones, pero si no se hace realidad no tiene ningún sentido", destacó.
"Estoy ansioso por contribuir a la activación de los espacios públicos", señaló Ingels durante la entrevista con LA NACION. "Hace un tiempo que venimos pensando en el proyecto, hay muchas posibilidades en curso", subrayó.
Kristian Hindsberg, Senior Designer del estudio, visitó la zona de Retiro acompañado por Álvaro García Resta, secretario de Desarrollo Urbano. Tomó fotos, conoció las obras y el proyecto de integración social. Y al final del trayecto subió una historia a Instagram. "Gracias por la visita, un proyecto inspirador", publicó.
Es la tercera vez que el arquitecto danés, de 46 años y admirador de la obra de Clorindo Testa, Buenos Aires. "Vine a la Bienal Internacional de Arquitectura en 2017 y conocí el proyecto del Parque de la Innovación, muy interesante", contó. También visitó el Cementerio de la Recoleta ("una necrópolis") y comió un asado con Francis Mallman y Bono, el líder de U2. Ingels también es un rock star, tiene más de 720 mil seguidores en redes sociales y Netflix le dedicó un capítulo de su documental Abstract.
Durante la conferencia mostró parte de sus últimas obras y explicó cuál es el punto de partida de los procesos de diseño: "La gente que ocupa los lugares de trabajo, los vecinos de los barrios, los habitantes de las ciudades. La identidad de los espacios está definida por el factor humano", subrayó. En este sentido, describió la sede de Google en San Francisco como un barrio pensado para transformarse en comunidad. "Cuando las compañías emplean a 30 mil personas no pueden ocupar un edificio, hay que pensar en términos de urbanizaciones conectadas, con servicios y vistas al paisaje", señaló.
Escuchar a los vecinos también fue clave en Nueva York. "Contratamos una consultora para ponerle nombre al complejo residencial de Manhattan. Quedó Via 57, pero todo el mundo se refiere al edificio como La Pirámide. Es mucho mejor, y así lo llamamos en el estudio".
Otro ejemplo es The Dryline, también en Manhattan, donde entrevistaron a la gente para conocer sus necesidades, sueños y deseos. "El proyecto aborda las vulnerabilidades estructurales y ambientales que el huracán Sandy expuso en las comunidades de toda la región y desarrolla soluciones financiables para proteger a los residentes de futuros eventos climáticos. Es un proyecto social que involucra un área urbana increíblemente densa, vibrante y vulnerable. Sería una lástima si solo nos quedamos en la idea de protección. El emprendimiento dialoga directamente con las comunidades y organizaciones de las zonas costeras. Cada sector aportó lo suyo a este diseño colectivo, un Frankenstein pero en el buen sentido, una construcción comunitaria", dice el arquitecto. Y remata: "Las mejores ideas vienen desde la motivación, desde las administraciones que empoderan la participación".
Hijo de un ingeniero y una odontóloga, Bjarke creció en Copenhage, en una familia de clase media que lo alentaba a estudiar piano y a dibujar. "Era mi super poder", confirma hoy a los 46 años. Casado con una arquitecta española y papá de Darwin, de dos años, encuentra su inspiración en situaciones comunes y corrientes. Como la serie The Wire, el policial que relaciona con el periodismo: "Cuando hay una historia interesante por descubrir y se investiga en profundidad cualquier tema puede ser fascinante", compara.
Entre sus proyectos revolucionarios, Ingels también dio detalles de la pista de esquí montada sobre la terraza de una planta procesadora de residuos en Copenhague. "La estrené con mi hermano, para él no existe otra mejor", señaló sobre los 9 mil m2 de senderos de CopenHill, el proyecto alineado con el objetivo de convertir a Copenhague en la primera ciudad neutral en emisiones de carbono del mundo para 2025. Debajo de las laderas verdes se encuentran los hornos, el vapor y las turbinas que convierten 440 mil toneladas de desechos anuales en suficiente energía limpia para suministrar electricidad y calefacción urbana a 150 mil hogares.
El urbanismo del futuro, para Ingels, se podría resumir en una frase: "Vivimos el impacto de la tecnología y estamos obsesionados por la revolución digital y la Internet de las cosas. Sin embargo, un edificio no hará la diferencia. La verdadera diferencia en las próximas décadas estará en manos de la explosión que manifestarán las urbanizaciones". En este sentido, el master plan que desarrolló para Toyota Woven City, en la ciudad de Susono (Japón), es una auténtica incubadora urbana que impulsa el desarrollo, promueve la conectividad en formatos alternativos, alienta el diálogo con la naturaleza y el equilibrio ambiental. Un experimento de laboratorio que plantea un cambio de mentalidad: "Robótica para la vida cotidiana, naturaleza y energía solar", enumera.
"Fue muy rico el intercambio con Ingels sobre el futuro de las ciudades y la innovación en sustentabilidad y medio ambiente. Su visión y creatividad nos inspira para seguir pensando proyectos transformadores para la Ciudad", sostuvo García Resta, su anfitrión porteño, al final de la jornada.