En el viejo estacionamiento de la avenida Dorrego avanza la construcción del Paseo Gigena; se prevé que esté finalizado a finales de año
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Dos grúas amarillas se abanican a unos 50 metros de altura para distribuir la carga que demanda la obra. Se ubican en los extremos del lote, una más cerca de avenida Del Libertador y la otra pegada a la avenida Freyre, con todo el verde de los bosques de Palermo en el horizonte y el trote de los caballos de carrera que entrenan en el hipódromo, cruzando la calle. Los dos operarios que reparten hierros y cemento tienen el privilegio de ser los primeros en observar esa vista, similar a la que tendrá la terraza del nuevo proyecto que reemplazará al viejo estacionamiento de la avenida Dorrego.
El ruido de las máquinas perforadoras rompe la tranquilidad del parque desde temprano. Los trabajos comenzaron a concentrarse, desde hace algunas semanas, en los subsuelos de esa mole de hormigón que se convertirá en el Paseo Gigena, un conjunto arquitectónico que combinará un parque público elevado con espacios gastronómicos, oficinas y comercios. El objetivo es vincular el Rosedal y los Lagos de Palermo con ese rincón porteño que, hasta hace algunos meses, podía albergar unos 1000 vehículos.
La demolición comenzó en junio del año pasado y en el lugar hoy se ven los efectos de ese avance en las dos plantas que quedaron en pie donde sobresalen redes de hierro con restos de escombros. En la planta baja todavía puede verse el piso de cemento articulado, los cordones que separan las plataformas y los distintos sectores del estacionamiento donde hoy están apiladas cientos de bolsas de cemento, las cuadrillas doblan varillas de acero y se realiza el encofrado en los subsuelos.
El predio en transformación se encuentra en un terreno público delimitado por las avenidas Dorrego, Freyre y Del Libertador y las vías del Ferrocarril General Bartolomé Mitre, con una superficie total de 12.406 metros cuadrados. El nuevo proyecto prevé que en un 33% del espacio, de 4024 m², se construya un parque público elevado con senderos peatonales que se complementará con un nuevo polo gastronómico y de servicios.
A través de una rampa desde la intersección de la avenida Marcelino Freyre y las vías del ferrocarril hasta la esquina de Dorrego y avenida Del Libertador se accederá a la terraza verde. En otro 33% de la construcción habrá oficinas y en el resto, locales gastronómicos y comerciales. El edificio será de cinco plantas de entre 400 y 8000 m² con vista al Rosedal, el Hipódromo y el Campo de Polo; además habrá 250 cocheras. Se prevé que la obra en general finalice en febrero del año próximo y, dos meses después, la de los locales comerciales.
El nuevo proyecto comenzó a gestarse en 2018, cuando la Legislatura porteña aprobó la ley N° 6086 que autorizó al Poder Ejecutivo a otorgar en concesión el uso y la explotación del llamado Ámbito Gigena por un plazo de 15 años, con la posibilidad de prorrogarlo por cinco años más. Allí funcionaba desde 2002 el estacionamiento que explotaba la empresa Hipódromo Argentino de Palermo SA (Hapsa).
La operación del espacio estaba vigente desde la década del 90 cuando el Gobierno nacional lo entregó en concesión al sector privado. En 1999, el entonces jefe de gobierno porteño, Fernando de la Rúa, dejó que caducara el contrato con la adjudicataria del estacionamiento.
Años más tarde, en 2007, Jorge Telerman concedió un permiso de ocupación gratuito por cinco años y, en 2008, Mauricio Macri firmó un decreto en el que ordenó el desalojo del predio, por considerarlo afectado de “nulidad absoluta e insanable”. Hapsa SA presentó un recurso ante la Ciudad para que se reconsiderara esa anulación, pero el pedido fue desestimado.
A partir de allí hubo cuatro causas judiciales vinculadas al estacionamiento por una cuestión jurisdiccional. El Gobierno porteño entendía que el espacio no formaba parte de la concesión original ya que el terreno pertenecía a la Ciudad, mientras que desde la empresa consideraban que el acuerdo concretado era de índole nacional y el pliego incluía el uso del sector. Tres expedientes se resolvieron primero y determinaron la jurisdicción porteña sobre el inmueble. El pedido de desalojo efectuado por el Gobierno porteño se destrabó luego a favor de la Ciudad. “La Ciudad ganó los juicios, por lo que se ordenó el desalojo y el dominio público en el espacio del Gobierno”, explicaban hace tres años desde la Procuración General de la Ciudad.
Desde el Gobierno porteño entienden que la playa de estacionamiento originalmente fue dominio de la Ciudad porque está dentro del Parque Tres de Febrero y que luego la concesión del hipódromo la tomó como parte del pliego otorgado por el Gobierno nacional. En 2020 el Gobierno porteño concesionó el terreno por 15 años, prorrogables por única vez por el plazo máximo de cinco años, al Fideicomiso Dorrego y Libertador y BSD Grupo Asesor. La modificación del espacio avanza a ritmo constante y promete ser una integración más acorde con todo el sector que lo rodea. Será un complemento de la oferta gastronómica que ya funciona en el Paseo de la Infanta, a pocos metros del nuevo emprendimiento y en pleno Rosedal.