Terminó el conflicto, la basura sigue
Suspendida la protesta, continuaron ayer las restricciones a la recolección de residuos, lo que dejó a la capital con 3000 t de desechos; la normalización del servicio demandaría 48 horas
Una vez más, durante casi toda la jornada de ayer , los porteños quedaron rehenes de un conflicto gremial y político que derivó en la acumulación de 3000 toneladas de basura en las calles de la ciudad, con una única -y precaria- solución a la vista: exhortar a los vecinos a no depositar más residuos en contenedores ni en la vía pública, hasta que se normalice el acceso a los predios en los que los camiones recolectores vacían su contenido y quedan listos para volver a prestar servicio.
La regularización de la higiene urbana podría comenzar a cristalizarse hoy: según informaron anoche a LA NACION voceros de la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse), al caer la tarde los trabajadores dependientes del organismo habían comunicado a las autoridades el cese de las asambleas que, desde el viernes pasado, obstruyeron intermitentemente la normal operatoria de las plantas de transferencia y los rellenos sanitarios.
De todos modos, sólo dentro de 48 horas las calles porteñas recobrarían su nivel habitual de limpieza. Ayer, por segundo día consecutivo, la postal de la Capital se vio perfilada por contenedores saturados de basura, bolsas apiladas en esquinas y olores nauseabundos. Las zonas más afectadas fueron Belgrano, Palermo, Núñez y el centro, donde se producen más residuos.
Desde el viernes, la recolección estuvo restringida porque los camiones recolectores no podían descargar al ritmo acostumbrado, a raíz de los bloqueos de la Asociación Gremial de Obreros y Empleados de la Ceamse (Agoec) en las plantas de transferencia que funcionan en Colegiales, Flores y Pompeya. Largas colas se formaron en el ingreso en esos predios: incluso en los momentos en los que se habilitaba el paso a los camiones, sólo accedían diez vehículos por hora, cuando lo suelen hacer entre 40 y 50, según señalaron voceros del Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño.
Al cierre de esta edición, pese a que la información oficial señalaba que las asambleas habían sido suspendidas, aún era lento el ingreso de los camiones en las plantas, por lo que se preveía que la ronda nocturna de recolección se vería nuevamente afectada.
Temprano, Fabio López -secretario de Prensa del sindicato que dirige el diputado provincial Jorge Mancini- había recordado los motivos del estado deliberativo entre los trabajadores: el reclamo por la ampliación del relleno sanitario Norte III, situado en el partido bonaerense de San Martín.
En declaraciones periodísticas, López exigió a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner que autorice el uso de unas "70 hectáreas" contiguas al colapsado relleno sanitario, hoy bajo la órbita del Ejército.
El sindicalista reiteró, en declaraciones radiales, la necesidad de "expandir su capacidad" y extender así "unos cinco años su vida útil", para asegurar las fuentes de empleo de los trabajadores del sector.
La posición de Agoec es rechazada por grupos ecologistas que consideran que el terreno en el que funciona está "contaminado" y "no puede continuar con esas tareas", al igual que los dos restantes, situados en La Matanza y Ensenada, respectivamente.
Tampoco coinciden con el reclamo los intendentes de la zona. Hace poco más de un mes, cuando el secretario de Espacio Público bonaerense, Eduardo Aparicio, informó que la vida útil del Norte III sería extendida hasta 2016, los jefes comunales de Tigre, San Martín, San Miguel y San Fernando hicieron un frente común para rechazar la iniciativa.
Sergio Massa, Gabriel Katopodis, Joaquín de la Torre y Luis Andreotti, respectivamente, acusaron de imprevisión a las administraciones del gobernador Daniel Scioli y del jefe del gobierno porteño, Mauricio Macri, y amenazan con clausurar plantas de residuos que funcionan en sus respectivos distritos, así como con prohibir la circulación de camiones de basura si su negativa no es atendida.