Tensión y cortes en otro desalojo de los manteros en la avenida Avellaneda
La Ciudad y la Policía Federal levantaron y decomisaron la mercadería de más de 1300 vendedores ambulantes; hubo disturbios y amenazas a comerciantes
Y un día, los manteros que desde hace años ocupan calles y veredas en la avenida Avellaneda, en Flores, fueron desalojados. En medio de un operativo donde la Policía Federal se enfrentó con los vendedores ambulantes, hasta los comerciantes cerraron sus puertas por precaución. Y algunos fueron amenazados. Los manteros, que cortaron la avenida como protesta, exigen que las autoridades porteñas les den un lugar en donde trabajar. Y aseguraron que cortarán calles del barrio si hoy no pueden tender sus mantas.
En las primeras horas de ayer, las veredas de Avellaneda y las calles aledañas estaban vacías. Son 1308 los manteros que venden a diario mercadería de manera ilegal, según el último relevamiento publicado por la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (Fecoba).
Algunos de ellos decían que efectivos de la Policía Federal les habían secuestrado sus productos; otros, que cuando llegaron a trabajar, a las 8, las autoridades les impidieron instalarse. En respuesta a esto, según contaron los vendedores, decidieron cortar la avenida e impedir la circulación al tránsito. Fue entonces cuando la policía impidió que interrumpieran la circulación y arrojó gas pimienta. Hubo corridas, empujones y algunos golpes, pero nadie resultó herido. Fuentes del Ministerio de Seguridad de la Ciudad desmintieron los dichos de los manteros, y aseguraron que la fuerza llegó al lugar cuando éstos cortaron la calle, para liberarla.
Según Maximiliano Kim, dueño de un local en Avellaneda y Cuenca, los vendedores bloquearon esa esquina y luego se trasladaron a Helguera y Avellaneda. "La policía trataba de contener la situación. Los manteros estuvieron a punto de prender fuego el contenedor que está en la esquina, pero se lo impidieron", contó Kim, que bajó la persiana de su local hasta la mitad por precaución.
"Llegué esta mañana y estaba sorprendida; me preguntaba qué había pasado que no estaban los vendedores", contó Vanesa Jang, dueña de otro local en la misma calle. A pesar de atender al público, la cortina de metal de su negocio estaba totalmente baja y sólo se podía acceder a su interior por una pequeña puerta. Jang dijo que tenía miedo. "A veces, cuando los manteros se enojan empiezan a saquear los locales", comentó.
La situación se repetía a lo largo de toda la avenida, en las calles transversales y paralelas. "Bajamos las persianas por las dudas, porque no sabemos qué puede pasar", decían los comerciantes.
Mientras los dueños de locales apenas se asomaban para ver qué pasaba afuera, los manteros se mantenían reunidos en grupos. La policía logró liberar dos carriles de la avenida. Con personal de la Guardia de Infantería y más de 12 vehículos, entre los que había camiones hidrantes, rodearon y contuvieron a los vendedores.
Unos pocos entre el grupo de manteros tomaron la voz y se pronunciaron en nombre de todos. "Vamos a organizar una asamblea y a seguir la lucha. Estamos manifestándonos y defendiendo nuestra fuente de trabajo", dijo Omar Guaraz, representante de Vendedores Libres. Este grupo opera también en Caballito, pero estaban en Flores "en apoyo a los compañeros trabajadores", aseguró Guaraz. "Estamos esperando que el gobierno de la ciudad nos dé una respuesta, porque nunca nos dio una", agregó Waldo Flores, otro vendedor.
Arturo Stabile, vicepresidente segundo de Fecoba, aseguró que desde su organización van a insistir con la continuidad de los operativos que buscan erradicar la venta ilegal. "Pedimos que sigan estas acciones para terminar con esta actividad, acá en Flores y luego en Once y Liniers".
Del editor: qué significa. La Ciudad, ahora con el manejo de la Policía Federal, avanza sobre la recuperación del espacio público usurpado en numerosos ámbitos.