Subtes de remate: cuánto se llegó a pagar por los viejos vagones en desuso y qué destino les darían
Son las primeras diez unidades de un total de 45 que salieron a la venta; su antigüedad y las fallas mecánicas que tenían los volvieron obsoletos
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Más de 20 millones de pesos fueron recaudados en una subasta virtual de vagones de subte que fueron utilizados en distintas líneas de la red porteña y que habían salido de circulación por fallas mecánicas o porque su antigüedad no permitía adaptarlos a los nuevos requisitos de circulación del transporte bajo tierra. Aunque no se conoce la identidad de los compradores, se sabe que las unidades fueron adquiridas en la ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires.
El remate superó las expectativas de los organizadores ya que las unidades estaban publicadas con un precio de base de entre 25.000 y 30.000 pesos y las ofertas de los posibles compradores fueron subiendo el precio, principalmente sobre el cierre de la subasta ayer a las 14, y terminaron vendiéndose a un promedio de $2.000.000 cada una. Sobre el filo del tiempo establecido como límite aparecieron la mayor cantidad de propuestas y hubo una puja que se extendió durante varias horas entre 37 participantes que pugnaban por quedarse con uno de los vagones. Las ofertas también llegaron desde Córdoba, La Pampa y Mendoza.
Los vagones, fabricados en las décadas del 30 y 40, pasaron ahora a manos privadas para perdurar en la historia con diferentes usos, muy diferentes al de transporte de pasajeros: por ejemplo, convertirlos en emprendimientos gastronómicos o sumarlos a una vivienda como un quincho. Otros, en cambio, los buscan como chatarra y para vender sus piezas por separado, sobre todo, el hierro.
El remate virtual fue realizado por la empresa Narvaezbid que se encarga de hacer subastas nacionales e internacionales para empresas grandes o pequeñas. La recaudación total, de $21.290.000, será invertida en proyectos de la red aunque desde Subterráneos de Buenos Aires SA (Sbase) adelantaron que aún no tienen definido un destino específico.
La web donde estaba publicada la subasta recibió unas 23.000 visitas y hubo 1949 ofertas que se fueron filtrando hasta quedar 37 competidores que siguieron hasta el final.
“Cualquier persona podía participar, física o jurídica, de forma gratuita y sin obligación de compra solo registrándose en la web. Una vez que se aceptan las condiciones se debía hacer un depósito de $10.000 que se reintegraban en un 100%, sea comprador o no. Mientras la subasta estaba online, cualquier persona podía ofertar y la mayoría de las propuestas ingresaron a último minuto”, explicó Federico Failase, gerente de marketing de Narvaezbid.
“Poco antes de cerrar, ayer a las 14, se inició una cuenta regresiva para que los oferentes mejoren su oferta. Cuando había una nueva propuesta un reloj otorgaba tres minutos de margen para recibir otra oferta; si no llegaba ninguna, ganaba la anterior”, contó sobre el mecanismo de la subasta.
Los diez coches vendidos ayer forman parte de un lote de 45 unidades Siemens Schuckert en desuso. En próximas subastas se venderán los restantes 35. Los vagones fueron fabricados en 1934, 1937 y 1944 y circularon durante años en todas las líneas menos en la B. Cuando comenzaron a prestar servicio eran nuevos, pero con el correr de los años se fueron desgatando. En 2016, según informó Sbase, los trenes tenían una alta tasa de fallas: en la Línea H, sumaban 27 cada 100.000 km; para comparar, las unidades Alstom 300 tenían dos fallas cada 100.000 km. Además, por su antigüedad, tampoco era conveniente su adaptación a los nuevos sistemas de señalamiento que se estaban implementando en el subte y no cumplían con las tasas de aceleración y frenado, por lo tanto, la inversión de tiempo y dinero para mantenerlos operativos no era conveniente.
“Son vagones antiguos que quedaron obsoletos y no cumplían los requisitos para asegurar la seguridad y el servicio —agregó Failase—. El comprador se tiene que hacer cargo del retiro de los vagones con un camión grúa para trasladarlos. Las otras subastas se harán más adelante para garantizar un retiro prolijo y prudente de los vagones que subastados ayer”, contó.
Qué se hace en el mundo
El remate de ayer no fue el primero ya que Sbase realizó otros que tuvieron como protagonistas a los vagones de madera La Brugeoise, de origen belga, que fueron parte de la flota histórica de la línea A y que no contaban con la protección histórica como gran parte del lote, y otras unidades Siemens y Fiat que circularon en las líneas H y D.
En otros sitios del mundo el material rodante en desuso también se vende como rezago ferroviario, como chatarra, o los comercializan a otros países para ser reutilizados. También se usan en otros emprendimientos o los descartan en el mar. En Nueva York, en 2015, se arrojaron al mar más de 2000 coches para crear un arrecife artificial y solo 19 unidades, de distintas épocas del Subway, fueron restaurados y se exhiben en el Museo de Transporte de Nueva York.
¿Qué sucede en el resto del mundo? En Londres (Inglaterra) el Museo del Transporte conserva varios coches y locomotoras del Underground y del Metropolitan Railway, con un rol importante de la sociedad civil en la conversación del material rodante. En Montreal (Canadá) la Sociedad de Transporte lanzó una convocatoria pública para comprar y reutilizar algunos de los 336 coches originales del Métro de Montréal que prestaron servicio durante los últimos 50 años. Las autoridades del Metro decidieron preservar solo tres coches y habrá uno más en un museo ferroviario.
En Barcelona (España) la firma Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), en 1999, recuperó y restauró tres coches de la serie original (M1, M6 y M8) con motivo de la celebración del 75° aniversario del Metro. París (Francia), en tanto, a pesar del gran número de vehículos conservados y su gran diversidad, pocos están visibles al público; y en Budapest (Hungría) la vieja flota de coches de madera fue recarrozada metálicamente en la década del 70 y solo se conserva una tripla original en exhibición en un museo.