Subte: gatos y perros, nuevos pasajeros los fines de semana
Podrán viajar también los feriados; deberán ser trasladados en bolsos o transportadoras en el último coche y tener la vacunación al día; el permiso rige desde mañana y por 180 días
LA NACION
La espera terminó para los entusiastas de las mascotas que viven en la Capital. Desde mañana, gatos y perros -excepto los de gran porte- podrán viajar de forma gratuita en los subtes porteños. El permiso regirá para los sábados, desde las 13, y para los domingos y feriados, durante todo el día, en el último coche de cada formación.
"El criterio es poder hacerlo en un momento en que el subterráneo no tiene un gran número de pasajeros", dijo Jorge Rauber, gerente general de Subterráneos de Buenos Aires (Sbase). "Hasta el sábado al mediodía tenés mucha más gente, luego la cantidad de usuarios baja a la mitad", añadió. Por ahora, el premetro está excluido.
Cualquier persona mayor de edad podrá transportar hasta una mascota, siempre que viajen dentro de un bolso o transportadora y tengan constancia de vacuna antirrábica al día.
Las estaciones tendrán un sector demarcado para que los pasajeros esperen con sus mascotas. Recorrer el interior de las formaciones con los caniles estará prohibido.
A pesar de que el universo de mascotas se ha ampliado en los últimos años y ya contempla a criaturas tan diversas como insectos y reptiles, las autoridades porteñas remarcaron que sólo podrán viajar perros y gatos, que componen el 98% de la población de animales domésticos en el distrito.
Los dueños serán los responsables exclusivos de la salud y la custodia de sus mascotas, que deberán encontrarse "en condiciones que no generen riesgos o molestias a terceros". En toda oportunidad, deberá otorgar prioridad de ascenso y descenso al resto de los usuarios del servicio.
Si no se cumplieran los requisitos, los empleados del subte podrán prohibir el ingreso de las mascotas. "El personal de Metrovías ya fue capacitado para lidiar con estas situaciones", sostuvo Rauber.
Antecedentes
La iniciativa, que fue habilitada por la aprobación de una ley el año pasado, tendrá validez por 180 días. Luego, el gobierno se propone volver a la Legislatura para dar un informe sobre el funcionamiento de la medida para evaluar desde posibles ampliaciones hasta su derogación.
La experiencia de otras ciudades de Europa y América alentó las ambiciones de la administración porteña. "Vimos que había ciudades que permitían, con ciertas restricciones, viajar con las mascotas en el subterráneo. Éste es el caso de Madrid, Nueva York, Londres, Vancouver y, más cerca, Santiago y Quito", dijo Federico Di Benedetto, subsecretario de Comunicación de la Jefatura de Gobierno.
Luego de discutir esta posibilidad con la cúpula de Subterráneos de Buenos Aires (Sbase) y la Agencia de Protección Ambiental (APRA), el gobierno dio el puntapié inicial durante septiembre, cuando una encuesta realizada en la plataforma de Participación Ciudadana reveló que el 72% de los 151.800 vecinos que votaron estaban a favor de la iniciativa.
Dos meses después, la Legislatura se hizo eco del proyecto y aprobó con 54 votos a favor, ninguno en contra y cuatro abstenciones la ley N° 5687, que habilita a la gente a viajar con sus mascotas en el subte.
A la hora de impulsar la iniciativa, también pesó la afinidad de los porteños con los animales domésticos. "Buenos Aires es una ciudad muy mascotera -agregó Di Benedetto-. En agosto hicimos una encuesta y el 37% de los vecinos nos dijo que tenía perros y el 19%, gatos."
Las cifras se condicen con los hallazgos de la última Encuesta Anual de Hogares, realizada por la Dirección General de Estadística y Censos de la ciudad en 2014, que contabilizó aproximadamente 430.000 perros y 250.000 gatos en las familias porteñas.
Reacciones
La medida ha generado opiniones diversas entre los usuarios del subte. Nora Kadener, una profesora de Villa Urquiza, lamentó que no podrá viajar con ninguno de sus dos perros ya que su gran porte impide llevarlos en bolsos.
"Me da pena, pero entiendo que de todos modos es un avance. Espero que funcione bien y que, más adelante, estén contemplados los ejemplares de mayor tamaño", añadió.
Leandro Barrios, un estudiante de derecho de Palermo, pidió que los controles sean férreos. "Espero que monitoreen el tema de la antirrábica. Tampoco estaría de más que se establezca una guardia veterinaria en las estaciones, en caso de que los animales se descompongan con el viaje."
Por lo pronto, el jefe de gobierno de la ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, oficiará como anfitrión del viaje inaugural con una mascota. La cita será este sábado, a las 12.45, en la estación Las Heras de la línea H.
Siete preguntas para entender la norma
Principales claves de la nueva disposición
¿Qué días se podrá viajar con perros y gatos?
Los sábados, a partir de las 13; domingos y feriados, toda la jornada.
¿Qué animales están permitidos?
Perros y gatos domésticos que entren en un bolso pequeño.
¿Qué otros requisitos se exigen?
Una constancia de vacuna antirrábica vigente y la custodia permanente del animal.
¿Quiénes pueden llevarlas?
Únicamente personas mayores de edad.
¿Las mascotas pagan pasaje?
No, sólo paga el dueño.
¿Se puede viajar en cualquier coche?
El traslado sólo se podrá realizar en el último vagón de cada formación.
¿Podrán utilizar escaleras mecánicas?
No, sólo escaleras comunes o ascensor.
Andrés Krom
A prueba
Un primer paso
La incipiente posibilidad de viajar con mascotas en el subte viene a reconocer, por un lado, la importancia que perros y gatos tienen como animales de compañía y los vínculos de cariño que con ellos se establecen. Por el otro, facilita que los dueños que carecen de auto propio y de recursos económicos para costear un taxi o remise puedan trasladar a las mascotas en casos de una necesidad impostergable. Paralelamente, los requisitos y las limitaciones impuestos a los viajes con perros y gatos promueven dos valores esenciales; el respeto hacia los demás pasajeros es uno de ellos. El otro, el cuidado responsable de las mascotas: animales en transportadora, con su vacuna antirrábica al día y no expuestos a aglomeraciones de hora pico.
Ángeles Castro
LA NACION
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