Nostalgia: una cita con amigos y la adrenalina
Cuando pienso en el Italpark, siempre me brota una sonrisa. Teníamos 11, 12, 13 años. Y la tradición de festejar los cumpleaños en el megaparque de diversiones. Los padres del cumpleañero le pagaban a todo el grupo de amigos el "pasaporte" para acceso irrestricto a casi todos los juegos.
Recuerdo haber hecho cola varias veces en una tarde para subir a la montaña rusa Corkscrew, para desafiar la gravedad al pasar a toda velocidad por sus rulos, boca abajo. Era el juego más moderno, y una cita con la adrenalina para una generación que se iniciaba mucho después en otros vértigos.
Corrían los primeros años del retorno de la democracia. Nos sacudíamos en el samba, el dispositivo circular en el que el objetivo era mantener el equilibrio, al ritmo del tema de Charly García "Nos siguen pegando abajo", que reflejaba los abusos del poder precedente. Ajenos a todo, para nosotros, niños, esas horas eran de pura diversión.