Según The Economist. Cuál es uno de los pocos puntos alentadores de la Argentina
La edición de esta semana de la prestigiosa publicación británica se refirió a una de las políticas que se están llevando adelante en el país, principalmente en la Ciudad de Buenos Aires, para integrar los barrios vulnerables
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El prestigioso medio británico The Economist, con sede en Londres y especializado en abordar las relaciones internacionales y de la economía desde un punto de vista global, puso foco en una de las políticas sociales que se están aplicando en la Argentina, más precisamente, en la ciudad de Buenos Aires, por la urbanización e integración de los barrios vulnerables.
La publicación semanal, en su portada del jueves pasado, compartió entre sus lectores el artículo titulado “La política de los barrios vulnerables de Argentina, uno de los pocos puntos alentadores en el país”, en el que destaca la inversión que está realizando la administración porteña, con el aporte de fondos del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en la Villa 31 de Retiro. Las intervenciones en el barrio son todo un símbolo de la urbanización que luego se replicó en otras villas.
“Mientras que un departamento con tres habitaciones en la calle Arroyo de Retiro se alquila en alrededor de US$3.000 por mes, una familia en la Villa 31 podría pagar entre US$150 y US$250 por su vivienda. Más que café de lujo, allí los vendedores ambulantes venden zapatillas deportivas usadas y bolsas de cereales”, comienza el texto.
The Economist resalta que la Villa 31 puede no resultar tan glamorosa, pero las condiciones generales del barrio están mejorando desde 2016 con la inversión de US$300 millones en la pavimentación de calles, escrituración de terrenos, tendido de tuberías de desagües y cables eléctricos. “El asentamiento solía tener una sola calle asfaltada. Al día de hoy, todas las calles están pavimentadas. En 2016, no existían escuelas públicas en el barrio y ahora hay tres. Desde 2019 los colectivos llegan a la Villa 31 y un banco abrió allí”, agrega.
“La integración de los barrios marginales es un punto álgido en la política fracturada de Argentina”, destaca la publicación que hace un repaso cronológico de lo que ocurrió con los barrios vulnerables. “En 2009, una ley promovida por Mauricio Macri buscaba mejorar la infraestructura de la Villa 31. La propuesta se detuvo hasta 2016 cuando Horacio Rodríguez Larreta lo sucedió como jefe de Gabinete. En 2017, con Macri en la presidencia, se creó un registro nacional para identificar los asentamientos y mejorar la vida en los barrios más vulnerables pasó a ser una prioridad nacional. Esto ha continuado bajo un gobierno liderado por los peronistas. El 27 de octubre, el Senado aprobó una ley que prohíbe los desalojos en los barrios vulnerables durante una década y suma otros 1.100 asentamientos al registro, llevándolo a 5.600″, agrega el texto.
La publicación compara los barrios vulnerables de la Argentina con las favelas de Brasil y los barrios bajo de México, pasando por el modelo chileno que con un enfoque pionero para la década de 1970, se trató de mejorar la infraestructura con exenciones fiscales a las empresas constructoras que edificaron viviendas sociales. Pero también mencionando la integración de las 158 favelas brasileras y los problemas que surgieron con el servicio de recolección de basura, los desagües y la delincuencia que a menudo busca reafirmar el control destruyendo el nuevo alumbrado público y el pavimento.
“La Villa 31 podría evitar estos problemas. Su ubicación central ayuda. La ciudad tiene poca delincuencia y desde 2016 hay mayor presencia policial en la villa lo que redujo la criminalidad”, detalla The Economist.
“El mayor cambio llegó para las 1200 familias que vivían debajo de una autopista. El Gobierno de la Ciudad construyó edificios con departamentos para solucionar su situación habitacional. Sin embargo, en dos encuestas recientes realizadas sobre los nuevos departamentos, la mayoría de los residentes tuvieron algunas quejas”, sostiene el artículo.
Para el final, The Economist se reserva un análisis y una proyección electoral hacia 2023: “Rodríguez Larreta espera que la publicidad de la Villa 31 pueda ayudarlo a ganar la presidencia el próximo año. Anuncios en Buenos Aires impulsan su eslogan: ‘La transformación no para’. Rodríguez Larreta, un tecnócrata formado en Harvard, puede carecer del atractivo de sus contrapartes populistas. Aunque Argentina necesita idoneidad más que carisma”.