Restricciones. La Ciudad propone no frenar la circulación nocturna y analiza alternativas
El gobierno porteño se mantiene expectante de la publicación del decreto presidencial que confirmará la restricción de la circulación nocturna en todo el país para saber cuál es el margen de acción que tendrán las jurisdicciones. Si la medida que impulsa la Nación para frenar, o al menos, contener el rebrote de coronavirus en todas las provincias es flexible, lo llevarán a la práctica de una forma diferente al espíritu de la norma. En cambio, si no admite concesiones, se plegarán al pedido y evitarán otro choque político.
La Ciudad, como lo había adelantado LA NACION la semana pasada, mantenía la idea de esperar hasta la segunda semana de enero para confirmar si se mantenía el ascenso de la curva de contagios diarios de Covid-19 o si se trataba de una situación estacional como consecuencia de las manifestaciones populares en la calle y las fiestas de fin de año. Por tal razón sostenía que la mejor medida para estos momentos era controlar la actividad nocturna, pero no impedir la circulación de las personas.
En el gobierno entienden que con el cierre de los locales gastronómicos, especialmente, a partir de las 23 era suficiente, aunque admiten que si el repunte de casos continúa en ascenso se podrían sumar otras restricciones. "Nosotros creemos que hay que atacar los encuentros sociales que se están dando especialmente en boliches, bares, restaurantes, espacio público y privado, pero no restringir la circulación", sostiene una fuente oficial cercana a Horacio Rodríguez Larreta. Si la idea no puede ser implementada, acatarán la restricción total entre las 23 y las 6.
La Ciudad había compartido esta postura con el presidente de la Nación, Alberto Fernández, cuando el miércoles pasado comenzó a circular un borrador entre los gobernadores para informar los planes tendientes a darle una nueva batalla al Covid-19. Los mandatarios provinciales respaldaron la propuesta, pero Fernández terminó de tomar la decisión luego de la reunión que tuvo el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, con los intendentes provinciales. Los jefes comunales de Pinamar, Martín Yeza, y de General Pueyrredon, Guillermo Montenegro, entre otros, también rechazaron la medida.
"No tenemos la letra definitiva del decreto y hay que ver si el decreto le da cierta autonomía a las jurisdicciones. Hay que volver a recuperar la responsabilidad social y cívica que supimos tener antes del cierre de año. Es natural, por la época del año, el cansancio y la baja de casos, lo que posiblemente llevó al relajamiento", sostienen desde la Ciudad. Seguir trabajando con el rastreo, testeo, aislamiento y seguimiento de los contagios, explican voceros de gobierno, es la mejor estrategia que seguirán llevando adelante para intentar cortar la cadena de transmisión.
Esta semana, la mesura que se irradiaba desde el entorno de Rodríguez Larreta comenzó a tomar signos de preocupación de acuerdo a las declaraciones de algunos de sus funcionarios, por ejemplo, las del ministro de Salud, Fernán Quirós. "Hubo un aumento significativo de casos en los últimos días. Si la curva sigue en esta condición, decididamente habrá que tomar decisiones en el corto plazo", sostuvo el funcionario.
Según las cifras oficiales fueron 1556 los nuevos infectados ayer en una jornada con cinco fallecidos en la ciudad. En todo el país se reportaron 13.835 casos, la cifra más alta de los últimos dos meses y medio, para llegar a 1.690.006 infectados. De ese número, 1.484.794 ya se recuperaron, aunque el total de muertos por la pandemia llegó a 44.122 con los 146 decesos de ayer.
En la Ciudad de Buenos Aires, donde la letalidad es del 3,3%, el dato aún alentador es el porcentaje de camas de terapia intensiva (UTI) ocupadas, hoy alrededor de 26,2% (118 camas de 450 totales). Entre los pacientes moderados la ocupación es del 16,5% (248 camas de 1500) y en los leves el 5,5% (279 de 5000).
Al igual que lo ocurrido en los primeros meses de la cuarentena, el uso del transporte público estaría nuevamente limitado para los trabajadores esenciales con la nueva restricción de la circulación nocturna. En toda el área metropolitana mediante la tarjeta SUBE se realizaba el monitoreo de quiénes utilizaban los trenes, colectivos y subtes para tener un control y seguimiento del caudal de pasajeros en cada servicio. De esta forma se redujo drásticamente el flujo hasta llegar a los valores mínimos históricos de transporte de personas.
Lo que aún no está definido en la Ciudad de Buenos Aires es cómo serán los controles para que se cumpla con la restricción de circulación entre las 23 y las 6. Fuentes del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño manifestaron que debían esperar la publicación del decreto en el Boletín Oficial para implementar un plan de acción. Se descarta que estará involucrada la Policía de la Ciudad, aunque también podrían participar otras fuerzas como Gendarmería Nacional y Prefectura Naval Argentina.