Las obras se ubican en los cementerios Británico y de la Recoleta, en la Basílica de Nuestra Señora de la Piedad, y en las provincias de San Juan, Tucumán y Córdoba
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Un dato curioso llama la atención de historiadores y especialistas en patrimonio funerario. Mientras que los hombres notables de la historia argentina cuentan con 155 sepulcros considerados como monumento históricos nacionales, las mujeres célebres poseen tan solo ocho catalogados de ese modo. ¿Cuáles son y dónde se encuentran? ¿Por qué son tan pocos en comparación con los de los hombres? ¿Qué indica la ley? ¿Quiénes son las mujeres famosas de nuestro país cuyas tumbas aguardan elevar su rango para estar protegidas?
En la ciudad, los sepulcros de argentinas declarados monumentos históricos son: en el Cementerio de la Recoleta, los de María de los Remedios de Escalada, la esposa del general José de San Martín, cuya lápida es obra de Felipe Bertrés; la escritora Delfina Vedia de Mitre, que fue la primera esposa que acompañó a un presidente durante un mandato completo en la historia argentina; y Mariquita Sánchez de Thompson y Mendeville, la primera patriota. En la Basílica de Nuestra Señora de la Piedad, del barrio de San Nicolás, está el de la beata María Antonia de Paz y Figueroa, Mamá Antula, la monja arquitecta candidata a santa, y en el Cementerio Británico, el de la primera médica argentina, Cecilia Grierson.
Completan la breve lista tres sepulcros de mujeres ubicados en el interior del país: en San Juan, el de Paula Albarracín de Sarmiento, madre de Domingo Faustino; en Tucumán, el de la artista Dolores Candelaria Mora Vega, más conocida como Lola Mora; y por último, y tampoco exento de cierta curiosidad, en Córdoba, el de Margarita Weild, cuyos restos descansan junto a los de su esposo, el general José María Paz. “Este caso es similar al de Delfina Vedia, quien se encuentra en el mausoleo familiar de los Mitre, obra del escultor italiano Edoardo Rubino, declarado Monumento Histórico Nacional en 1946”, explica Carlos Nessi, asesor de Patrimonio funerario en la Comisión Nacional de Monumentos de Lugares y de Bienes Históricos.
Para el historiador Eduardo Lazzari, la poca cantidad de sepulcros de mujeres declarados monumentos se debe a que “las mujeres comienzan a destacarse tardíamente. Las pocas que se destacaron en la Independencia y hasta la Constitución Nacional, tienen que ver con episodios militares y ante todo fueron eje de la vida social, como Mariquita Sánchez de Thompson o Remedios de Escalada”.
Extranjeras
Según el relevamiento efectuado por Nessi las tumbas de mujeres notables fallecidas en nuestro país que fueron declaradas monumentos en la Argentina en realidad son trece. La lista incluye a las ocho anteriores más cinco extranjeras. En el Cementerio Británico de Buenos Aires, están los restos de las maestras estadounidenses sarmientinas Minnie Armstrong de Ridley, su hermana Frances Armstrong de Bessler, Jennie Howard y Sara Chamberlain de Eccleston. Y en el de la Recoleta, el sepulcro de la educadora polaca Emma Nicolay de Caprile, obra de Lucio Correa Morales, pionero de la escultura nacional.
¿Qué dice la ley?
¿A qué se debe esta marcada disparidad en cuanto a la cantidad de tumbas de mujeres y de hombres declarados en la Argentina?
La legislación sobre sepulcros históricos nacionales está regida por el decreto Nº 34.040 de 1947, que establece como necesario el transcurso de 50 años a partir de la muerte de la figura honrada para “posibilitar una evaluación más serena de los méritos de la persona cuya sepultura se declara”.
No es un dato menor que cuando se promulgó ese decreto, y se hicieron la mayor parte de las declaratorias sobre mausoleos, los debates sobre paridad de género no existían. “En el marco de esa impronta, si se hacía entonces un paneo de la historia colonial, la mayoría de los protagonistas eran hombres. Sería oportunista plantear una dicotomía sobre la cantidad de tumbas de mujeres y de hombres declaradas. Un oportunismo que la historia no tiene. El concepto de igualdad no se puede trasladar”, opina Lazzari.
De todos modos, la declaratoria implica, por una parte un galardón póstumo para quien recibe el reconocimiento, otorgado por su mérito biográfico. Pero también pueden ser declaradas aquellas tumbas que poseen valor artístico-arquitectónico prominente, aunque tal vez quienes allí descansen no sean celebridades tan reconocidas. En todos los casos, una declaratoria supone la protección de la sepultura, al tiempo que promueve la divulgación de la biografía del fallecido o del autor de la sepultura.
Entre las sepulturas de mujeres notables sin declaratoria nacional se pueden mencionar: en el Cementerio de la Recoleta, las de Encarnación Ezcurra de Rosas; de Eva Duarte de Perón; de las médicas Elvira Rawson y Julieta Lanteri; la legendaria Camila O’Gorman y Regina Pacini, célebre soprano casada con el expresidente Marcelo Torcuato de Alvear.
Llama la atención que aún no haya sido declarada la tumba de Eva Duarte como monumento, ubicada en su panteón familiar, no solo por su importancia histórica, sino por que es el mayor atractivo del Cementerio de Recoleta, visitado por miles de turistas del mundo todos los años.
En el Cementerio de la Chacarita, se encuentran las de la escritora Juana Manso; de la compositora y bandoneonista Paquita Bernardo, y de la poeta Alfonsina Storni, explica Hernán Vizzari, investigador de los cementerios de Buenos Aires.
Dejando de lado las biografías, y teniendo en cuenta los valores artístico-arquitectónicos de la obra funeraria, son muy valiosos los de Rufina Cambaceres, de estilo art nouveau, y de Liliana Crociati, neogótico, ambos en el Cementerio de la Recoleta. No menos destacado es el mausoleo monumental de Myriam Stefford, de 86 metros de altura, en el Paraje Los Cerrillos de Córdoba, mandado a construir por el escritor maldito Raúl Barón Biza.
Más allá de las declaratorias individuales, desde la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos adelantaron a LA NACIÓN que debido a su importante valor patrimonial se está trabajando en la declaratoria de cementerios en forma integral. Están en trámite las de la Recoleta, La Plata y de San Jerónimo, en Córdoba.