Quejas en una ciudad en la que todo falla
Aumentan las protestas de los vecinos por los extensos y reiterados cortes de energía, las inundaciones y problemas de presión de agua; también son motivo diario de padecimientos los baches y veredas rotas y los semáforos fuera de servicio
Vivir en la ciudad de Buenos Aires es, muchas veces, un desafío para la ya desgastada paciencia de los porteños. Cortes reiterados de energía eléctrica, problemas con el agua, semáforos que no funcionan, baches en las calzadas, roturas de veredas y fallas en el alumbrado público son los motivos más frecuentes de queja.
Los cortes de luz son, en esta época del año, un problema frecuente. Más allá de los grandes apagones registrados el 6 de noviembre y el 24 de diciembre pasados, para muchos la falta de servicio es un drama cotidiano. Eso les pasa a los vecinos de Villa Crespo, que comenzaron a organizarse para exigir soluciones a Edesur .
"El problema tiene más de dos años. Hay vecinos que llegaron a estar una semana sin luz", dijo Carlos Méndez, integrante de la junta vecinal que instrumenta manifestaciones en la vía pública para r eclamar por una solución . Las calles más afectadas por la falta de suministro son Acoyte, Gurruchaga, Malabia y Scalabrini Ortiz.
Los cortes de luz frecuentes no son exclusivos de ese barrio. Silvia Domeño, de Parque Avellaneda, relató: "En el pasaje Antonio Bermúdez, entre Junta y Monte, somos rehenes de Edesur. Nos viven cortando la luz". Germán Rozo, de Barracas, dice, indignado: "La luz acá se corta a cada rato. Tenemos más de un corte por día, varias veces por semana".
En lo que va del año la falta de suministro también ha sido un problema cotidiano en San Cristóbal, Congreso, Villa Devoto y Almagro. Roxana Gabriela Rodríguez, que vive en un edificio en Villa Devoto, dijo: "Desde el 13 de enero estamos con muy baja tensión; luego se cortó la luz por dos días. Edesur lo arregló, pero nuevamente estamos con baja tensión; no se puede enchufar ni la heladera".
En Almagro, María Alejandra Frega sufrió varios daños por los cortes de luz: "En la zona del Hospital Italiano todas las semanas nos cortan la luz. En 15 días estuvimos seis días consecutivos sin luz y nadie respondió ni se hace cargo de los arreglos ni de los daños económicos".
Las inundaciones también son una amenaza latente cada vez que una tormenta fuerte se desata en la ciudad. El 10 de este mes LA NACION informó de la preocupación de los vecinos del barrio de Saavedra, que comenzaron a manifestarse cada semana en busca de una respuesta.
Hernán Sánchez, uno de los organizadores de la protesta, explicó que el reclamo es por dos cuestiones: las inundaciones que está padeciendo el barrio desde la instalación del shopping Dot Baires y de Tecnópolis, y los "juegos de agua" que se pretenden instalar en el parque Saavedra. También reclaman la limpieza del arroyo Medrano como una forma de lograr que a través de él escurra el agua.
El diluvio que afectó a Buenos Aires en los primeros días de noviembre expuso gravemente a una de las zonas más críticas, Belgrano, por donde corre entubado el arroyo Vega. Como informó LA NACION el 10 de noviembre , parte del problema de las inundaciones está en la antigüedad de los drenajes pluviales, construidos entre 1930 y 1940, que ya no responden como deberían por las recurrentes manifestaciones de un clima propio de la región subtropical más que de la templada de Buenos Aires, y por la falta de inversión en infraestructura que acompañó el crecimiento de la ciudad.
Otros problemas que identificaron los vecinos es la falta de presión de agua o su turbiedad. "En Belgrano el agua sale de color marrón; tengo que dejarla correr un rato para que salga bien", dijo Franqui Mallol. Lo mismo sucede en zonas aledañas al Hospital Italiano, en Almagro.
Semáforos y alumbrado
Circular por las calles y veredas también implica dificultades. Como informó LA NACION el 18 de diciembre, fallan 40 semáforos por día en la ciudad. Sólo el 30% de ellos son monitoreados por computadoras que alertan si alguno se salió del sistema. Al 70% restante lo vigilan 27 equipos de asistencia que recorren las calles.
Mariana Rodríguez, vecina de Flores, advierte que ese problema se reitera en la esquina de avenida Cobo y Curapaligüe. Romina Perpetual, de Belgrano, relata: "Los problemas con los semáforos son constantes. Quedan titilando en amarillo; a veces los reparan, pero luego de unos días, y sobre todo después de las lluvias y tormentas, dejan de funcionar".
Germán Lionel, de Villa Crespo, señala que el semáforo de Espinosa y la avenida Juan B. Justo suele salir de circulación. También en Palermo fallan las señales lumínicas de tránsito; afirma la vecina Jolie Gil Casails: "En el cruce de Salguero y Cabello el semáforo dejó de funcionar".
La falta de alumbrado público también obliga a muchos porteños a transitar a oscuras o bien a elegir caminos alternativos más iluminados para llegar a su destino.
Mercedes Rosado hace notar la situación en Caballito: "Eduardo Acevedo, Otamendi y Campichuelo son extremadamente oscuras; siempre hay faroles que no funcionan y por eso se vuelven calles muy inseguras".
La esquina de Finochietto y Tacuarí, en Barracas, es "una boca de lobo", según los vecinos. Ana Valenzuela suele transitar esas cuadras con miedo. "A veces me desvío si el farol de la esquina está apagado, porque es oscuro y peligroso", dijo.
En la esquina donde se cruzan las avenidas Caseros y Boedo, en el límite entre Pompeya y Parque Patricios, tampoco funciona el alumbrado público. Mirta Susana Latorre, vecina del lugar, definió: "Esa esquina, de noche, es tierra de nadie"
Desde el gobierno porteño se están planificando y ejecutando obras para solucionar algunos de estos problemas (ver aparte). Mientras, los vecinos siguen exigiendo respuestas definitivas a desperfectos cada vez más frecuentes.
La hora de las movilizaciones
Los vecinos se organizan y exigen soluciones
- Cortes de luz
Los vecinos de Villa Crespo protestan cada miércoles en las calles por los cortes de energía cotidianos - Inundaciones
En Saavedra se organizan y reclaman que se eviten los anegamientos que sufren desde hace años - Alumbrado público
Una queja que se repite: "Las calles oscuras son las más peligrosas", dicen los vecinos de varios barrios