Proponen expropiar y recuperar la histórica Confitería del Molino
Cerrado desde 1997, el clásico café porteño podría reabrir sus puertas si alguno de los proyectos legislativos que buscan recuperarlo se convirtiera en ley; pasaría a la órbita del Congreso
La Confitería del Molino, edificio emblemático de Buenos Aires y uno de los ejemplos más notables de arquitectura art nouveau de la ciudad, espera una ley de ese Congreso que tiene enfrente para volver a brillar.
El Molino cerró sus puertas a comienzos de 1997. Y ahora, tras 16 años de abandono, dos proyectos presentados en el Congreso Nacional intentan recuperarlo e incorporarlo a la órbita del Parlamento. Las iniciativas son del senador Samuel Cabanchik (Probafe) y del diputado Roy Cortina (FAP).
El proyecto de Cabanchik, aprobado en el Senado el último 29 de noviembre, declara el inmueble de utilidad pública y sujeto a expropiación por su valor histórico y cultural; autoriza al Poder Ejecutivo Nacional a adquirirlo a un precio establecido por el Tribunal de Tasaciones de la Nación, y ordena al Ejecutivo transferir sin cargo el edificio al patrimonio del Congreso.
La iniciativa de Cabanchik prevé que los subsuelos y la planta baja se otorguen en concesión para su uso como confitería y restaurante y pide que en el resto del edificio funcionen un museo dedicado a la historia de la confitería y un centro cultural destinado a difundir obras de artistas jóvenes.
Al margen de lo que ocurra con la propuesta del senador, cabe señalar que desde hace tiempo se escuchan en el Senado y en Diputados pedidos de diferentes bloques políticos a favor de la recuperación y puesta en valor del edificio.
De hecho, el año pasado, los diputados Roy Cortina (FAP) y Margarita Ferrá de Bartol (FPV), en su carácter de presidente y vicepresidenta de la Comisión de Cultura, respectivamente, presentaron en la Cámara baja un proyecto de expropiación que contiene el espíritu de proyectos anteriores presentados por Héctor Piemonte (CC), el año pasado; Roy Cortina (FAP) y Ricardo Alfonsín (UCR), en 2010; Ferrá de Bartol y Carlos Gioja, en 2010, y Carlos Kunkel y Jorge Coscia (FPV), en 2009. De todos, el de Alfonsín y Cortina llegó a obtener dictamen en las dos comisiones a las que se giró, pero en 2011 perdió estado parlamentario por el recambio de la cámara.
La expropiación de la Confitería del Molino fue un tema recurrente en los últimos años. En la Legislatura porteña, de 2006 a 2012 se presentaron seis proyectos en ese sentido. En 2008, la legisladora Teresa de Anchorena (ARI) presentó un proyecto de expropiación del 45% del edificio. En 2010, en tanto, los diputados Eduardo Epszteyn (Diálogo por Buenos Aires) y Antonio Rubén Campos (UCR) también presentaron sendos proyectos. En diciembre de 2011, el gobierno de la ciudad, a través del Ministerio de Desarrollo Urbano (MDU), elevó a la Legislatura porteña otro proyecto de expropiación. El expediente autorizaba al Poder Ejecutivo a llamar a "concurso para la puesta en valor y explotación del inmueble", mediante la correspondiente concesión. Sin embargo, ni éste ni los proyectos anteriores obtuvieron dictamen en las comisiones, y finalmente perdieron estado parlamentario.
Qué dicen los proyectos
El proyecto vigente de Cortina y Ferrá de Bartol asigna a los tres subsuelos, la confitería y los salones los mismos usos que tenía la firma, y destina el resto de los pisos a actividades culturales de extensión legislativa que difundan los valores de la democracia y el federalismo.
Mientras el proyecto con media sanción de Cabanchik fue girado a las comisiones de Cultura, Presupuesto y Hacienda, Asuntos Constitucionales y Legislación General, el de Cortina y Ferrá de Bartol ya obtuvo dictamen en la Comisión de Cultura en 2012 y ahora espera ser tratado en Presupuesto y Hacienda, algo que en el despacho del legislador del Frente Amplio Progresista (FAP) creen que ocurrirá en las próximas semanas.
Cortina intentará llegar a un acuerdo entre los jefes de bloque y presidentes de las comisiones para que ambos proyectos sean tratados a la vez y, también, para que sólo sean tratados en las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Cultura.
"Los proyectos son similares. Sería bueno consensuar y unificarlos", señaló una estrecha colaboradora de Cortina. Según el diputado socialista, su proyecto, a diferencia del de Cabanchik, contempla la expropiación de la marca para que la confitería funcione con su nombre.
De todas formas, señaló el legislador del FAP, "mantener o no tal cual el proyecto de Cabanchik dependerá de los diputados de las comisiones que lo traten". El senador Cabanchik, por su parte, explicó: "Aceptaría algunos cambios menores en mi proyecto siempre y cuando tuviera la garantía de que una vez aprobado con modificaciones en la Cámara de Diputados los senadores de los mismos bloques votarán en coincidencia". De esta forma, la tan ansiada recuperación de la Confitería del Molino se convertiría en ley.
Más allá de todo, a pocos metros del Congreso Nacional, la histórica Confitería del Molino espera una mano que la rescate y le devuelva el esplendor que supo tener durante gran parte de sus 80 años de historia.
Un problema: los vecinos que aún viven en el edificio
En el mismo Congreso donde se discuten proyectos de ley para recuperar el Molino, algunos legisladores señalan que en el edificio de Callao 32 hay departamentos ocupados. La versión fue desmentida por Ana Aguilar, esposa del encargado del edificio, para quien "en el tercer y cuarto piso vive gente, pero no se trata de una toma porque pagan alquiler y expensas". Aguilar no supo decir a qué propietario ni a qué administración de consorcios se realizan esos pagos.
Según Aguilar, en el segundo piso vivieron durante muchos años María Roccatagliata y Ada Brenna de Varese, quienes habrían sido las dueñas del edificio. En el Congreso se dice que la sucesión habría puesto la situación legal del predio en conflicto y por eso se habría demorado tanto el proceso de expropiación y recuperación.
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