Problemas para pagar el aumento del ABL
Los vecinos recibieron facturas defectuosas que sólo se pueden abonar en los centros comunales
Casi dos horas de cola debieron realizar los vecinos de Palermo para abonar la nueva factura de Alumbrado, Barrido y Limpieza (ABL) la semana pasada en los centros comunales. Hasta allí llegaron a pocos días del primer vencimiento del impuesto, luego de no haber logrado pagar en los locales habilitados con ese propósito debido a que los códigos de barras de las facturas están incompletos y los lectores electrónicos no los reconocen.
Así, el dolor de cabeza (y de bolsillo) que de por sí implica el tributo actualizado por la Dirección General de Rentas porteña -un ajuste que en todos los casos analizados por LA NACION ronda el 100%- se multiplica al hacer las filas para abonar, no lograrlo y tener que hacer una nueva cola en el centro comunal N° 3.
Es que para quienes tuvieron el infortunio de recibir las facturas falladas, la única opción para lograr cancelar la deuda del tributo es asistir a la sede comunal, donde se realizan muchos otros trámites. "Hice la fila en Pago Fácil durante casi media hora. Cuando les di la factura de ABL me dijeron que no la podían leer, que era una de las que vinieron falladas y que sólo podía pagarla acá", resumió, cansado, Juan D'Andrea, de 25 años, que trabaja en un bar de Palermo.
Sin comunicaciones formales, los vecinos se cuentan los problemas y también las posibles soluciones unos a otros. "El dueño de un local el otro día estaba furioso porque no pudo pagar la factura, me contó que los códigos de barras no son reconocidos, así que vine directamente a pagar al centro comunal", explicó María Luz Alvarez, de 72 años.
Fuentes de la Dirección General de Rentas explicaron a LA NACION que no tienen registrados estos inconvenientes y que "no existen reportes de incidentes masivos" en este sentido. Relacionaron los problemas para pagar con el posible "mal funcionamiento de los lectores de códigos de barras" y con que "las impresiones de las facturas se hayan hecho en impresoras que no poseían suficiente tinta en los cartuchos".
Según confirmaron, de 1.700.000 contribuyentes que recibieron las facturas actualizadas, 522.000 ya pagaron. Entre ellos, Josefina, que sólo lo logró tras hacer malabares. "Es una vergüenza, tuve que bajar todas las facturas por Internet. Me enteré cuando quise pagar en Pago Fácil, hice el reclamo en el centro comunal y me dijeron que el problema era mío, no de ellos", describió. La mujer trabaja en el garaje Prada de Palermo y debió imprimir unas 200 facturas, una por cada cochera.