Por un conflicto gremial, parte de la Capital amaneció repleta de basura
Trabajadores de dos de las empresas de recolección hicieron un paro contra el sindicato; el gobierno los denunció
Una vez más, gran parte de los porteños comenzaron el día entre olores desagradables y tuvieron que caminar por las calles esquivando las bolsas de residuos acumuladas.
Buena parte de la ciudad de Buenos Aires amaneció ayer tapada de basura como consecuencia de un conflicto gremial entre los empleados y el sindicato de camioneros. El gobierno porteño denunció a quienes efectuaron el bloqueo e impidieron la salida de los camiones de la playa de las empresas Cliba y AESA Buenos Aires.
El servicio comenzó a normalizarse por la tarde después de que los empleados levantaron la medida de fuerza, que había comenzado anteayer, a las 21, cuando un importante grupo de trabajadores bloqueó la salida de los camiones recolectores en la intersección de las avenidas Sarmiento y Carlos Casares (debajo del puente del ferrocarril Mitre), en el barrio de Palermo.
A raíz del bloqueo no pudieron circular las unidades que realizan el grueso de la recolección en el horario nocturno. Según informaron voceros de la empresa AESA Buenos Aires, el turno noche es el servicio más importante y abarca 35 rutas de recolección.
La situación se complicó aún más cuando los trabajadores de la mañana se solidarizaron con quienes llevaban adelante la protesta. Por esta razón también se vio afectado el servicio de recolección en el horario de la mañana.
La medida de fuerza afectó principalmente a los barrios de Barracas, La Boca, San Telmo, Colegiales, Palermo, Belgrano, Núñez, Once, Recoleta y el microcentro.
Un vocero de la empresa informó a LA NACION: "A las diez de la mañana se efectuó la reunión entre los trabajadores y el sindicato, y a las 13 nos anoticiaron desde el sindicato que se había llegado a un acuerdo. A las 14 se puso en marcha un operativo extraordinario de recolección". Y agregó: "Salieron a la calle 27 camiones para reforzar el turno de la tarde. Se logró que salieran esa cantidad de unidades en menos de media hora. A las 16 ya se contaba con 31 camiones en la calle".
El vocero anticipó: "La estimación, en base a la cantidad de unidades en la vía pública y el normal funcionamiento de la recolección nocturna del día lunes, es que el martes a la mañana [por hoy] la ciudad debería estar completamente limpia. Al mismo tiempo, el servicio de recolección estará normalizado".
El gobierno porteño reaccionó rápidamente ante el conflicto. Mediante un comunicado dado a conocer desde el Ministerio del Espacio Público, que comanda Diego Santilli, se informó que los trabajadores que bloquearon la salida de los camiones fueron denunciados ante el Ministerio Público Fiscal porteño por "obstaculizar un servicio público fundamental".
El comunicado indicó que "el gobierno formalizó esta mañana [por ayer] la denuncia contra los recolectores que bloquearon la salida de camiones por presunta infracción al artículo 69 del Código Contravencional, que prevé arresto de dos a diez días y multas de 1000 a 5000 pesos para quienes obstaculicen la prestación de un servicio público".
"Vamos a ir a fondo ante la Justicia, porque no podemos ser rehenes de un conflicto gremial que puede dejar en riesgo sanitario a la ciudad", fue la declaración de Santilli consignada en el mismo documento.
Las causas del conflicto
Según informó a LA NACION Hugo Pistone, secretario de prensa del sindicato de camioneros, el conflicto se originó "por un desacuerdo entre los médicos y los familiares de un paciente internado en un sanatorio de la obra social de la Federación de Camioneros [Oschoca], en la localidad de Avellaneda, en el sur del conurbano bonaerense".
Agregó Pistone: "Las bases presionaron por el compañero. Fueron recibidos a las diez de la mañana personalmente por Hugo Moyano [secretario general del gremio y líder de la CGT Azopardo], quien se comprometió a atender las cuestiones por las que los compañeros estaban reclamando". Pistone enfatizó que "se trata de una situación puntual".
La obra social de los camioneros ya había sido cuestionada en junio de 2011 tras la muerte de Gustavo González, un trabajador de Cliba, por un accidente cerebrovascular.
En ese momento, los familiares del fallecido denunciaron a la obra social por demoras en los traslados y por falta de equipamiento en los centros de salud donde el paciente fue atendido. Esto provocó que un grupo de trabajadores realizara un paro y señalara a Moyano como responsable de la muerte.
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