Paternal: podrán construir once torres de hasta 48 metros en un pulmón verde
Los vecinos de Paternal, Parque Chas y Agronomía deberán acostumbrarse a convivir con un paisaje poco común en ese rincón porteño: las torres de 48 metros que se elevarán frente a una de las reservas naturales más grandes de la ciudad.
La construcción de once edificios que podrían incluir más de 2000 departamentos recibió la autorización final del oficialismo porteño con la aprobación de una ley que dictó normas especiales para cuatro parcelas del predio donde hasta 1991 funcionó el ex albergue Warnes. Los espacios forman parte del parque La Isla de la Paternal y para los vecinos de la zona son el eje de la resistencia al emprendimiento inmobiliario.
Se trata del proyecto de un grupo inversor privado respaldado por normas que le permitían construir edificios de hasta 48 metros, vigentes desde 1997 antes de la reforma del año pasado del Código Urbanístico. Ayer, en la Legislatura, recibió el aval definitivo luego de la discusión en primera lectura y el debate en audiencia pública. La aprobación final se logró por los 34 votos del oficialismo contra 23 votos negativos de la oposición.
El predio se encuentra entre las avenidas Chorroarín y Constituyentes y la calle Zabala, frente a un hipermercado y tienda de productos para el hogar y al pulmón verde de la Facultad de Agronomía de la UBA. En 2007 hubo un intento de construir allí edificios de departamentos, pero el rechazo vecinal frenó el proyecto. En esta oportunidad parece que el hormigón avanzará sobre el verde a pesar de los intentos de los vecinos.
Esta semana el colectivo barrial "No a las torres en la Isla Paternal" mantuvo una reunión con los dueños de esas parcelas. Según pudo saber LA NACION, Sadia Constructura estará a cargo del proyecto inmobiliario.
El encuentro había sido prometido a los vecinos por legisladores del oficialismo y funcionarios del gobierno porteño con el fin de analizar un proyecto alternativo o reveer el alcance de la propuesta original. Victoria Roldán Méndez, Cristina García y Gonzalo Straface, del bloque Vamos Juntos, y el subsecretario de Proyectos del Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte, Álvaro García Resta se comprometieron a ser el nexo entre los vecinos y el privado, aunque ese encuentro no colmó las expectativas de la gente.
"Estamos decepcionados porque no tomaron en cuenta nuestras opiniones ni el proyecto alternativo que elaboramos. Estuvimos trabajando cuatro meses para nada, para que se vote todo a favor de la construcción de las torres", resumió Macarena Simón, referente del colectivo barrial.
La propuesta a la que hace referencia Simón está en manos de legisladores de la oposición, pero con la ley ya sancionada es difícil pensar que avance. El objetivo de los vecinos era que las construcciones no superen los nueve metros, una altura similar al resto de las edificaciones del barrio.
Discutir cuál sería la altura máxima permitida de los edificios era la intención del colectivo en la reunión a la que asistieron Eduardo Lubrano y Christian Alvariñas Cantón, del grupo desarrollador inmobiliario, y funcionarios del gobierno porteño que aseguran que el diálogo seguirá abierto. LA NACION se comunicó con la constructora que no hizo comentarios, aunque anticipó que en las próximas horas podría emitir un comunicado.
Las once torres estarán en los terrenos donde en los años 50 se construyó un edificio para albergar un hospital pediátrico modelo en Sudamérica, pero con la caída del gobierno de Juan Domingo Perón, en 1955, entró en un período de decadencia y abandono que derivó en el nacimiento del Albergue Warnes. La estructura de hormigón fue el refugio de familias sin techo hasta que durante la intendencia de Carlos Grosso fue demolido.
En 1995 la empresa Carrefour se hizo cargo de una deuda que mantenía la Municipalidad con la familia Echevarne, propietaria de las tierras hasta que fueron expropiadas para la instalación del hospital. A cambio obtuvo la titularidad de esos terrenos para construir un hipermercado y otras tiendas además de un espacio verde y público y otras mejoras para la zona.
Las cuatro parcelas donde se elevarán las torres están cerradas sin acceso al público. En poco tiempo podría comenzar allí un emprendimiento de viviendas, comercios y otros usos.