A casi tres meses de la inauguración del Paseo del Bajo-el corredor de 7,1 kilómetros que separó el tránsito pesado del liviano en la zona de Puerto Madero- un estudio realizado por la empresa de seguridad LoJack sobre más de tres mil camiones muestra que la obra permite un ahorro de tiempo del 75% a los transportistas.
LA NACION recorrió un mediodía en camión el Paseo del Bajo y cronometró 7 minutos exactos de norte a sur (desde la Autopista Illia a la Autopista Buenos Aires-La Plata) y 7 minutos 50 segundos de sur a norte, con el tránsito levemente más cargado.
El relevamiento de la empresa de seguridad implicó el seguimiento y análisis sobre el comportamiento de los vehículos de carga que recorrieron la nueva vía antes y después de la obra. Por medio de los dispositivos Strix, una tecnología de Internet de las cosas que las empresas instalan en sus flotas de vehículos, fue posible comprobar que el nuevo corredor vial le permite al conductor de transporte pesado ahorrar un 75% de tiempo en un recorrido en sentido Norte-Sur.
"Previo a la construcción de la obra, el trayecto que a un camionero en un día hábil le podía llevar hasta 1 hora 10 minutos, según nuestros registros, partiendo del Puerto de Buenos Aires hacia el Sur. Hoy, luego de la apertura del corredor, lo puede hacer en tan solo 5 minutos 50 segundos, señala Fernando Arrieta, Director de Tecnología y Sistemas de LoJack.
Pero los vehículos pesados no fueron los únicos beneficiados. "Si analizamos el flujo de circulación un día hábil a las 11 AM antes de la construcción de la obra y un día hábil en el mismo horario, un mes posterior a la inauguración, nuestro mapa de calor de congestión del tránsito muestra un evidente alivio de las vías periféricas y arterias principales de avenidas que confluyen hacia la zona del bajo y Puerto Madero, así como la conexión de Retiro con Puerto Madero. Los puntos rojos indican zonas de congestión y circulación a bajas velocidades mientras los verdes demuestran fluidez", asegura el ejecutivo.
Antes del Paseo del Bajo, los micros y camiones compartían el tránsito con autos, motos, bicicletas y peatones, lo que producía un caos constante de tránsito y frecuentes accidentes.
"El Paseo del Bajo además de repercutir de manera positiva en los costos de fletes y pasajes, tiene un efecto poderoso en cuanto al cuidado del ambiente: las estimaciones indican que se emitirán 12.500 toneladas menos de dióxido de carbono al año, que equivalen a plantar 8500 árboles. Esta mejora del aire en una de las zonas más densas de la ciudad se traduce en un día a día más saludable para quienes transitan el Bajo porteño", señaló Franco Moccia, ministro de Desarrollo Urbano y Transporte.
Pablo Galvano, el chofer que condujo el camión Iveco Cursor al que subió LA NACION, tiene 50 años y hace 30 que trabaja como camionero, los últimos 15 para la empresa de logística Loginter, que tiene una flota de 150 vehículos, además de depósitos fiscales, remolcadores y dos dragas. "Tardaba mínimo una hora de ida y una hora de vuelta y renegaba con el tráfico. Era arrancar y parar todo el tiempo, con mucho desgaste físico y mental ", recuerda Pablo, que dice que ahora se siente más relajado al volante. "Uno de los mayores peligros eran las motos, que van zigzagueando", apunta.
El camionero recuerda lo difícil que era manejar por la avenida Madero. "El tema es que vos ibas calculando el semáforo, pero por ahí se te cruzaba un auto y quedaba con medio remolque en la senda peatonal y el peatón me decía de todo menos lindo. Ahora voy por el Paseo del Bajo, respetando la máxima de 60 kilómetros y tardo siete, ocho minutos, como mucho. Era un trayecto imposible. Ahora voy a velocidad crucero, sin semáforos", relata.
El trayecto es tan rápido que hay que estar atento para descubrir las novedades urbanísticas que el Paseo muestra, como las nuevas viviendas para los vecinos de la villa 31 y el proyecto de viviendas Quartier, justo enfrente, donde estaba el Hospital Ferroviario.
Federico Fiocca, gerente de operaciones de Transporte de Loginter, asegura que el Paseo del Bajo "reduce el costo de logística y mejora la seguridad vial". Los camiones pueden hacer más viajes en un tiempo mucho menor, aunque en el Puerto se siguen produciendo atascos.
Los camiones y los micros pagan un peaje de $ 70, pero el cobro es automático, con lectores de patentes, lo que agiliza aún más el traslado. Sobre la superficie, los vehículos particulares tienen cuatro carriles con sentido al sur por el eje Madero-Huergo y otros cuatro con sentido al norte por la avenida Moreau de Justo.