Parque Lezama, en estado de abandono
La primera parte del plan oficial para su remodelación debió estar lista en diciembre, pero aún no comenzó; falta mantenimiento, hay monumentos rotos y vive gente en situación de calle
El parque Lezama, en el barrio de San Telmo, es uno de los más grandes, antiguos y bellos de Buenos Aires, y, al mismo tiempo, es uno de los más abandonados y deteriorados. La primera parte del plan oficial para recuperarlo debió haber estado lista a fines de 2012: aún no comenzó.
Transitar por sus senderos es peligroso, ya que el piso está levantado por las raíces de los árboles o cubiertos con escombros y basura. En varios sectores faltan el césped y ejemplares únicos de su arboleda. Los monumentos están rotos y pintados con aerosol. El deterioro también se ve en la zona de juegos, donde faltan hasta las hamacas. Algunos de los balcones que dan a la avenida Paseo Colón están rotos y son casi una ventana al vacío; y hay gente en situación de calle que improvisó, contra otros, frágiles campamentos para guarecerse de la lluvia o del inclemente sol.
En junio de 2012, el ministro de Espacio Público, Diego Santilli, adelantó a LA NACION el plan para reciclar el parque. La primera etapa, consistente en la puesta en valor de los monumentos y obras de arte, y la colocación de la reja perimetral, debía estar finalizada en diciembre de 2012. La segunda, que comprende tareas sobre el anfiteatro que da a la calle Brasil y la zona de juegos cercana a Defensa, y la recuperación de sanitarios y equipamiento, debería concluir a mediados de 2013.
Vencido el primer plazo, lo único que se ve en el parque Lezama es el inicio de la construcción de un canil en la zona orientada hacia la calle Martín García. Del resto del plan aún no se comenzó con ninguna obra.
Según explicó Santilli a la nacion: "Se necesitaba un dictamen de aprobación de [la Dirección General de] Casco Histórico y esa aprobación demoró; eso retrasó el inicio de la obra. Ya se encuentra licitada y el inicio será en febrero".
Las demoras se habrían originado, en gran medida, en las diferencias de criterios sobre la colocación de las rejas perimetrales. Sobre este punto las opiniones de los vecinos están divididas: algunos destacan que la falta de rejas facilita el vandalismo y el delito; otros reflexionan sobre la necesidad de respetar el espacio público como tal y ven las rejas como una limitación.
Otro de los puntos de discordia es "Ferizama", la feria que los fines de semana atraviesa el parque. Los vecinos reconocen el derecho a trabajar de los feriantes, pero creen que deberían ser relocalizados para que el parque sea recuperado.
Los vecinos reclaman
Graciela Fernández preside la ONG Mirador del Lezama, que llevó adelante varias acciones en pos de la recuperación del parque; consultada por la nacion, dijo: "Es un potrero; no pierdo las esperanzas, pero no se sabe cuándo van a empezar las obras, que ya deberían haberse iniciado". Respecto de la duración total de la obra, Fernández es escéptica: "Cualquiera se da cuenta, sin ser técnico, que un parque de 80.000 metros cuadrados requiere más de un año de trabajo".
La opinión de Fernández se repite en la mayoría de los vecinos del lugar. Alba, que vive en Defensa y Brasil desde hace más de 70 años, definió el estado del parque como "una ruina". Continuó: "Está totalmente abandonado, no hay mantenimiento, es un espanto. Por la zona de Martín García a la noche no se puede entrar, es un peligro".
María Vázquez vivió siempre en el barrio: "En mi infancia la fuente de la calle Brasil tenía agua y no cemento, las laderas tenían pasto y no tierra. Cruzábamos el parque por el medio a las tres de la mañana. Ahora hay abandono, desidia y falta de planificación. Si no se invierte pronto, en unos años esto va a ser irrecuperable".
Fabián Álvarez vive en La Boca y pasea su perro por el parque. Reconoce que fue una buena decisión la construcción del canil para los animales, pero enfáticamente se refirió al estado del parque como "un desastre". "Hay suciedad, deterioro y vandalismo en los monumentos. No hay presencia del Estado", sostuvo.
El parque Lezama es uno de los mayores pulmones verdes del sur de la ciudad. Sus ocho hectáreas delimitadas por la avenidas Brasil, Paseo Colón, Martín García y Caseros fueron, y siguen siendo, un paseo elegido por los porteños y los visitantes. Fue declarado Área de Protección Histórica. El diseño del parque fue realizado a principios del siglo XX por el prestigioso paisajista Carlos Thays. Recorrer sus senderos y espacios verdes es hoy una experiencia paradójica. Se espera que las obras demoradas le devuelvan la belleza perdida.
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