Pabellón de las Fieras: el nuevo destino que en el Ecoparque le dieron a las jaulas donde estaban los grandes felinos
En el edificio, de inspiración renacentista, hoy funciona un espacio gastronómico; el exzoo transformó sus usos y dejó de ser un lugar de exhibición de animales
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Las crepes humeantes viajan en las bandejas y llegan hasta las mesas que están pegadas a las rejas donde esperan comensales “enjaulados”, mientras ven pasar a las personas que caminan por los senderos del otro lado, en la libertad del espacio público. Están dentro del Pabellón de las Fieras, el último de los edificios del Ecoparque que fue convertido en una atracción gastronómica en la transformación que atraviesa el lugar con la relocalización de animales que dejaron de estar en exhibición.
El lugar, construido en 1900 durante la gestión de Eduardo Holmberg para albergar grandes felinos, tuvo un profundo proceso de restauración en sus más de 2600 metros cuadrados de superficie para sumarse al resto de las instalaciones que ya fueron intervenidas. En el mismo proceso se encuentro, por ejemplo, la Casa de los Osos, de 1897, que podría convertirse en un mercado gastronómico o un uso similar.
La restauración de la fachada y la obra edilicia consistió en la restauración de los pisos calcáreos, las aberturas, las antiguas rejas, los techos y la modificación de los espacios para convertirlos en un centro de entretenimiento educativo.
Además de las opciones gastronómicas, a cargo del concesionario Crepas, la magnitud del edificio ofrece la posibilidad de realizar otras actividades como una exposición sobre dinosaurios que vivieron en la Argentina, simuladores, cine 4D con películas documentales de las ecorregiones argentinas, un auditorio para obras de teatro infantiles y espacios para conferencias o charlas con organizaciones ambientales.
El Pabellón de las Fieras es un edificio de inspiración renacentista, réplica del pabellón que existe en el Zoológico de Breslavia, en Polonia, aunque de escala mayor. Los grandes felinos, como tigres y leones, estaban cerca de los visitantes del exzoológico que podían observar a los ejemplares desde el frente exterior y también desde el interior, ingresando a la nave principal del edificio.
“En el subsuelo se encontraba la zona de manejo de estos grandes predadores con dos sectores de cocina donde se preparaban las dietas y se cortaban las medias reses y otros alimentos almacenados en las cámaras frigoríficas ubicadas en el sector central del área técnica de este nivel”, cuentan desde Ecoparque.
“La evolución en las exhibiciones zoológicas y la búsqueda progresiva de una mejor calidad de vida para los animales fue dando origen a nuevos recintos para felinos. Las jaulas del Pabellón de la Fieras cayeron en desuso y el edificio dejó de ser utilizado definitivamente como recinto de animales hacia los años 90″, agregan.
Otras intervenciones
La restauración del pabellón es parte de las obras de reapertura del Ecoparque que ya tiene un 85% de superficie intervenida, lo que representa un total de 14 hectáreas y la puesta en valor de 32 de los 43 edificios patrimoniales, muchos de los cuales también ofrecen atractivos gastronómicos.
En 2022, habían sido 8,5 hectáreas las que estaban abiertas al público y el 35% de los edificios restaurados. Para fines de este año, se prevé que se completen las obras de senderos y parquización que permitirán abrir la totalidad del parque. En relación a los usos destinados el 51% de la superficie se destinó a conservación, el 32% a educación y el 11% a servicios al público incluyendo sanitarios.
Además del Pabellón de las Fieras hubo otras obras importantes que también se realizaron, entre ellas, el ambiente del cóndor, un espacio creado para los programas de conservación de la especie, y el exrecinto del oso polar que se reconstruyó para el proyecto de conservación lobo gargantilla, una especie amenazada y muy importante para los ecosistemas del noreste de la Argentina. Hace pocos días llegaron ejemplares desde Alemania y República Checa.
La exleonera se reconvirtió en un ambiente para pumas donde, por ejemplo, fue trasladado un felino rescatado de una casa familiar en Mataderos. Para dejarlo en condiciones, el ambiente fue restaurado por completo tanto en la fachada, la fosa perimetral, las paredes y el perímetro.
Los guacamayos rojos son los nuevos habitantes del área que tiempo atrás ocupaban los felinos y que se convirtió en un ambiente multifuncional. Para ello se reemplazaron vidrios, la malla superior, se consolidó la herrería portante y la seguridad del lugar para albergar a una especie considerada extinta y que ya tiene más de 20 individuos criados en Ecoparque que vuelan libres en su hábitat natural, los Esteros del Iberá.
Además, se consolidó una zona multifuncional de mamíferos con la intervención de más de 4000 m². Los trabajos consistieron en construir un ambiente para recibir mamíferos de rescate de gran tamaño (por ejemplo, tapires). Se modificaron los miradores para ofrecer una vista amplia y segura, la nueva fosa perimetral, las piletas y las áreas de manejo de los animales.