En un año y 98 discursos, la Presidenta sólo dijo "tragedia de Once" dos veces
Desde el 22 de febrero de 2012 hasta hoy, Cristina Kirchner se refirió públicamente al fútbol en 28 oportunidades y a los medios, en 101; al accidente ferroviario, apenas en un par de ocasiones
Pasaron un año y un centenar de discursos . La Presidenta pronunció en ellos 464.584 palabras. Sólo dos veces dijo "tragedia de Once".
Los datos sirven para mensurar la cantidad de oportunidades que la Presidenta pudo haberse referido en un discurso a la trágica mañana del 22 de febrero de 2012. Desde entonces y hasta ayer, hubo sólo dos. La primera fue el 1° de marzo del año pasado, a poco más de una semana de ocurrido el hecho. Se trataba de la inauguración del período ordinario de sesiones del Legislativo. "Quiero referirme ahora a dos temas, uno que es una tragedia, fue una tragedia la semana pasada, exactamente no este miércoles sino el miércoles anterior, que fue la tragedia de Once. Y quiero referirme a otro que no fue una tragedia sino que fue un episodio bochornoso en el día de ayer [Mauricio Macri anunció que devolvería los subtes a la Nación]. Referido al primero a los trenes y el otro referido a los subtes", fueron las palabras presidenciales. Luego llegó un rosario de enumeración de cifras y obras que se realizaron en los ferrocarriles. Después pidió tiempo para los peritajes (15 días) y remató: "Esto es la tragedia, que algunos quisieron utilizar y que realmente se puede hacer política y oposición con cualquier cosa menos con la muerte. Por eso creo que las decisiones que tengamos que tomar las vamos a tomar, no tengan dudas".
La segunda vez fue el jueves a la noche, en un acto en Tecnópolis en el lanzamiento del canal público DeporTV. La Presidenta pronunció 2063 palabras esa noche, la mayoría de ellas para destacar el rendimiento deportivo de los argentinos. Al promediar el discurso destinó 120 de ellas a la tragedia de Once. Luego siguió con lo que tenía programado y se dedicó a la puja dialéctica que mantiene con Mauricio Macri por la tala de árboles. Con la ayuda de una proyección, dedicó 513 palabras para destacar la gestión forestal oficial en la construcción de Tecnópolis.
Durante el año, jamás volvió a pronunciar "tragedia de Once". El vocablo "once" se escuchó nuevamente el 29 de marzo pasado. Ese día dijo: "Estuve buscando, le estaba diciendo al ministro de Planificación [Federal, Julio De Vido] el otro día que si pudiéramos rescatar viejas imágenes de lo que era la estación de Once, antes de que la remodeláramos íntegramente, o la estación de Constitución, pero no hemos podido encontrar esas imágenes de esas estaciones prácticamente abandonadas. No quiero con esto decir que está todo bien, que está todo perfecto y que están todas las cosas hechas, faltan muchas cosas por hacer, pero se han hecho muchas cosas después de décadas de abandono".
El 5 de julio pasado repitió "once" tres veces. "Y cuando le preguntaba al ministro me quise interiorizar de cómo era esto, cómo se fijaba y quiénes la fijaban; le pregunté al ministro de Economía y parece ser que todos los días, a las once de la mañana, [los bancos] miran no qué cosa, para fijar la tasa Libor". Era otro contexto, claro está. No hubo otra mención.
LA NACION compiló todos los discursos presidenciales que están publicados en el sitio oficial de la Presidencia ( www.presidencia.gov.ar ) y de allí surgen los datos que se detallan. Hubo una referencia a Lucas (Menghini Rey), tres para Trenes de Buenos Aires y una para Cirigliano. Tragedia se pronunció 28 veces; sólo dos para referirse a la ferroviaria.
El fútbol corrió mejor suerte: el deporte más popular de la Argentina se escuchó en 28 oportunidades, nueve veces dijo River, 19 Boca y 12 Racing. A la AMIA se refirió 23 veces y 223 pronunció "Néstor", sin contar los momentos en que se refirió al ex presidente como Él.
La autocrítica no sólo estuvo ausente en los micrófonos: también faltó en los hechos. El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, mandamás de los transportes desde 2003 hasta 2012, se mantiene en el gabinete. Jamás se refirió a la tragedia que sucedió en un sector que estaba dentro de su órbita. Tan lejos estuvo el Gobierno del mea culpa que cuando el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, se fue del cargo, pocos días después de la tragedia, la Casa Rosada se excusó en los problemas de salud del funcionario y lo despidió en un acto con aplausos.
El jefe de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte cuando sucedió el accidente, Antonio Sícaro, fue promovido por Florencio Randazzo y sólo la queja de los familiares de las víctimas logró que renunciara. Sin embargo, aún es el secretario en las sombras (va a diario a la Casa Rosada) ante la opacidad de Alejandro Ramos, actual secretario de Transporte.
Sólo los entendidos en el juego del poder ven las consecuencias políticas que pagó De Vido por la gestión en transporte de la última década. A mediados del año pasado dejó de tener esa área a cargo. Con esa decisión perdió el control de muchos millones que se destinan a subsidios y obras. Sus viejos amigos ferroviarios que tantos favores le hicieron ya no golpean su puerta.
Con la colaboración de Catalina Fairstein