Once, entre calles sin manteros y protestas frecuentes
Comerciantes y peatones festejan la zona liberada; ayer hubo disturbios
"Esto es una tranquilidad total, ahora se puede caminar", dice Mari, mientras va con lentitud al quiosco de la otra cuadra, sobre la calle Pueyrredón, casi esquina Mitre. La tranquilidad es relativa si se observa que en la vereda de enfrente están apostados decenas de policías con sus camiones; también hay un camión de bomberos y cientos de manteros que discuten, arman estrategias, se reagrupan y definen los pasos a seguir para los próximos dos meses.
El GCBA acordó con la mayor parte de los manteros para liberar el tránsito en la zona de Once y reacomodarlos en galpones cercanos a la terminal del tren Sarmiento, en Perón y Ecuador, y en Rivadavia y La Rioja.
Sin embargo, varios manteros quedaron disconformes con la propuesta y ayer por la mañana cortaron el tránsito en Pueyrredón y Bartolomé Mitre, hasta que el fiscal Matías Michienzi firmó la orden de desalojo. Hubo algunos disturbios y cinco personas quedaron detenidas.
"Fueron llevados a la comisaría por resistencia a la autoridad y daño", dijeron a la nacion fuentes del Ministerio de Seguridad y Justicia. Detallaron, además, que los detenidos eran "cuatro hombres y una mujer, todos extranjeros".
El martes pasado comenzó el conflicto entre los manteros y el gobierno de la ciudad. La mayoría aceptó la propuesta oficial de dejar las calles de Once a cambio de dos meses de capacitación que ofreció la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), más un subsidio de 11.700 por dos meses.
De la totalidad de manteros que trabajaban en la zona, unos 1900, 800 fueron censados y hay 450 con el proceso en trámite.
Sin embargo, los manteros que reclamaban ayer a los funcionarios de la ciudad no fueron censados aún. Muchos descreen de este trámite. Omar Guaraz afirmó que "los manteros no confiamos en lo que están haciendo los funcionarios, quieren la información para luego utilizarla para hacer inteligencia y para deportar a los extranjeros".
Además, muchos se mostraron preocupados por la falta de liderazgo en el reclamo. Una mantera remarcó la ausencia del Chipi (Rodrigo Valdez), que encabezó el reclamo al principio, y "ahora brilla por su ausencia".
A su vez había varios manteros que intentaban ayer encabezar el reclamo. La propuesta más firme era que todos trajeran su mercadería para vender en la plaza hasta tanto estén los galpones disponibles para la venta. Sin embargo, en el Ministerio de Ambiente y Espacio Público aseguraron que "la plaza es parte del espacio público y no les van a permitir instalarse tampoco allí".
Los comerciantes de la zona están satisfechos con la medida tomada por el gobierno. aunque muchos aclaran que "los tendrían que haber sacado hace rato".
Claudio Díaz, que tiene 36 años y hace 13 que trabaja en el barrio, estaba molesto con los manteros. "Antes había un respeto, nosotros vendíamos ropa y ellos fundas de celulares y otros productos. Pero desde que los sacaron de Flores vinieron muchos más y también venden ropa y a mitad de precio; se rompieron los códigos."
"A mí los manteros me rompen el alma", dijo Natalia Degese, comerciante. Con la multiplicación de esta actividad ilegal tuvo que echar a su empleada y ahora trabaja sola. "Es imposible competir con gente que no paga impuestos, ni luz ni nada", dijo la mujer, con enojo.
Los vecinos rescataron la posibilidad de caminar por la calle con tranquilidad. Sin embargo, varios coinciden en que no toda la culpa es de los manteros. "Es un tema complicado, son todos cómplices de lo que pasa", dijo Diego, vecino del barrio.