Once: a cuatro años, las condenas no frenaron el reclamo de justicia
Ayer se conmemoró el primer aniversario tras el fallo que impuso penas a 21 de los 28 acusados; familiares de las víctimas volvieron a pedir que se investigue al ex ministro Julio De Vido
El andén 1 de la estación de trenes de Once estaba repleto de gente. Eran las 8.30, pero el tumulto no se debía a la hora pico. En la pared, 52 corazones contenían cada uno de los nombres de las víctimas de la tragedia: 51 pasajeros y una beba que murió dentro del vientre de su madre. Del techo colgaban grullas blancas de papel. Allegados a los fallecidos permanecían de pie entre carteles, remeras y banderas con la leyenda "Ju5t1cia". Dos minutos después, una sirena recordó el momento exacto en el que, cuatro años atrás, el tren de la línea Sarmiento identificado como Chapa 16 embistió contra los paragolpes del andén. "En este lugar empezó todo y aquí venimos a traer el resultado de tanta lucha", anunció María Luján, la mamá de Lucas Menghini Rey, una de las víctimas.
El de ayer fue el primer aniversario de la tragedia de Once celebrado después de conocerse la sentencia judicial que condenó a 21 de los 28 procesados, entre ellos ex funcionarios kirchneristas y empresarios. Sobrevivientes, familiares y amigos de las víctimas expresaron su satisfacción con el fallo, pero aclararon que no van a descansar hasta que las penas estén firmes; los culpables, tras las rejas de una cárcel común, y los acusados que fueron absueltos o los olvidados en la causa, como el ex ministro de Planificación Julio De Vido, condenados.
Después de pronunciar los nombres de los fallecidos y de un número musical del charanguista Rolando Goldman, Mónica Bottega de Pontiroli, mamá de una de las víctimas llamada Tatiana, compartió fragmentos del libro Mente abierta, corazón creyente, escrito por el papa Francisco. "Que nada ni nadie sea capaz de extinguir las semillas de la justicia. El pueblo es memoria viva y la justicia es más fuerte que la muerte", leyó.
María Luján Rey y Paolo Menghini fueron los encargados de transmitir el documento consensuado por el grupo de familiares de los fallecidos aquel 22 de febrero de 2012. "Hoy hace cuatro años, la muerte nos arrebataba 52 inocentes. Y la corrupción política y empresarial nos llevaba a ocupar este camino: el de encontrar, juzgar y condenar a los responsables", sostuvo Paolo.
"Nos preguntan hasta cuándo vamos a seguir. Vamos a seguir exigiendo justicia hasta que las condenas estén firmes y los condenados encerrados en una cárcel común", afirmo María Luján. Como restan la lectura de los fundamentos y las instancias de apelación, los sentenciados siguen libres.
Reforma penal
Los familiares volvieron a hacer énfasis en la corrupción como principal responsable de las muertes y en la necesidad de que se reformen los códigos vigentes para que sea considerada como un agravante de los delitos comunes cometidos por funcionarios públicos. "La condena de Once dejó en evidencia la deuda de la legislación para juzgar a los funcionarios. Los funcionarios corruptos no son delincuentes comunes, son peores porque dañan a toda la sociedad", afirmaron.
"Faltás vos", se leía en una remera con la cara del ex ministro De Vido estampada en ella. "Queremos que se investigue a Julio De Vido, a quien consideramos culpable de lo sucedido", sostuvieron.
El ex funcionario kirchnerista no es el único que, para los familiares, también debería ser condenado. Creen que deben revisarse las absoluciones de los ex responsables de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CRNT) Eduardo Sícaro y Pedro Ochoa Romero, y del ex presidente del Grupo Plaza Mario Cirigliano.
Para cerrar el acto, el sobreviviente de Cromagnon Facundo Dima tocó con su acordeón la canción "Yo vengo a ofrecer mi corazón".
Además de familiares y sobrevivientes, asistieron al acto el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj; el ex titular de la Auditoría General de la Nación Leandro Despouy y el fiscal Fernando Arrigo, a cargo de la investigación por la tragedia.
Luego, familiares y amigos se trasladaron a la Plaza Miserere, para hacer una ofrenda floral en el monumento a las víctimas. Allí, ya alejado de los flashes y los micrófonos, Paolo Menghini le regaló unos lápices de colores a su nieta Paz, de 8 años, la hija de Lucas. "Sabe que su papá está vivo en ella y en nosotros. Y que todo el amor que su papá le dio le va a durar toda la vida", describió.
Y recordó ante LA NACIÓN una emotiva anécdota. Cuando Paz tenía 5 años, dijo, la llevaron al hospital Garrahan. Al pasar por la puerta de la ex cárcel de Caseros, Paz preguntó a Paolo qué era ese edificio tan grande. Paolo le contestó que era una cárcel. La nena le preguntó entonces si los que habían matado a su papá iban a ir ahí. Él le respondió que sí.
Denuncian que un tren paró bruscamente
- Jennifer Bonzi tenía los ojos vidriosos y respiraba con dificultad. Se acercó a María Luján Rey al terminar el acto por la tragedia de Once. "El tren frenó de golpe bruscamente, nos caímos y nos golpeamos. Un señor mayor se lastimó mucho", le dijo la joven, de 29 años.
- Según Jennifer, mientras en el andén 1 de la terminal se conmemoraba el cuarto aniversario de la tragedia, en otro andén un tren frenaba violentamente dejando paralizados a los usuarios.
- "Fue horrible. Nos quedamos todos helados porque enseguida recordamos el choque de hace cuatro años", relató. Ni bien bajó del tren, la joven presentó una denuncia en el Centro de Atención al Pasajero de la estación. "Encima el motorman nos insultó y nadie nos preguntó siquiera cómo estábamos", agregó.
- Claudio Manceñido, supervisor de la terminal del Sarmiento, dijo a la nacion que en la mesa de control no había registro alguno de un incidente con algún tren y que el único reclamo recibido había sido el de Jennifer.