Núñez y Belgrano, en alerta por el caos del superclásico
Refuerzan el control; preocupación por barras y trapitos
Para evitar que los "trapitos" se adueñen de las playas de estacionamiento de la Ciudad Universitaria y prevenir desmanes e incidentes provocados por barras bravas en el campus, las autoridades de la Universidad de Buenos Aires (UBA) se vieron obligadas a cambiar la seguridad privada y, además, planean reforzar el operativo de prevención de cara al partido de mañana entre River y Boca por la Copa Libertadores, en el Monumental.
Pero el conflicto no termina allí. El caos invade toda la zona cercana al estadio cada vez que River juega de local. La problemática de los "cuidacoches" altera a los vecinos de Núñez y Belgrano, que el año pasado hicieron casi 600 denuncias (el 35 % del total) por personas que exigieron una retribución para el cuidado de autos en la vía pública, según datos del Ministerio Público Fiscal porteño.
La suma que piden los trapitos en esos barrios habitualmente ronda los 100 pesos, pero mañana podrían llegar a pedir 200.
En los últimos encuentros de River, las playas de estacionamiento de la Ciudad Universitaria, donde funciona la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, fueron escenario de incidentes con los trapitos.
Rompieron vidrios, hubo robos a particulares y de materiales de las obras que se realizan en el campus, peleas entre hinchas y, sobre todo, creció la población de trapitos.
Para garantizar el bienestar y la seguridad de los estudiantes, autoridades de la UBA se reunieron ayer con el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, y con Rodolfo D'Onofrio, presidente de River. Ariel Pradelli, secretario operativo de la FADU, dijo a LA NACIÓN que en el ministerio prometieron multiplicar los oficiales de la policía ligados al operativo, tanto dentro de la Ciudad Universitaria como en el perímetro del predio.
"El encuentro fue para coordinar el operativo de seguridad entre todas las entidades involucradas. Por suerte tuvimos una buena recepción de las autoridades de River y del ministerio. Está todo preparado para que no pase absolutamente nada", explicó Pradelli.
Semanas atrás, el rector de la FADU, Luis Bruno, en su cuenta de Facebook, había reclamado mayor apoyo de las fuerzas de seguridad. "Esto sólo puede resolverse con la colaboración del ministro de Seguridad de la Nación. Desde ese nivel del Estado, con un operativo policial serio y a escala con la situación. No podemos entregar nuestra actividad académica porque un grupo de vándalos toma a su antojo nuestras playas sin una fuerza que les haga frente y les ponga límites."
Desde el 17 de abril, la FADU decidió contratar una nueva empresa de seguridad para controlar las rotondas, las puertas de ingreso, la zona del bar y la entrada al estacionamiento del pabellón 3. Están ligados a los operativos 16 personas por turno, entre las 8.30 y 23.30.
Para el partido de mañana, la seguridad privada se multiplicará. Más de 60 personas, especializadas en este tipo de eventos, se abocarán al operativo de prevención, que rodeará todo el perímetro del predio y se agrupará en los ingresos desde las principales vías, según explicó Paul Anderson, el jefe a cargo del operativo.
Otra medida preventiva será adelantar el turno noche una hora (de 18 a 22). La puerta norte de Ciudad Universitaria estará abierta hasta las 19. También, durante todo el día sólo estará admitido el ingreso a miembros de la FADU.
"Mañana no voy a venir. ¿Para qué? Prefiero perder dos horas de clase y ahorrarme el disgusto de que me rompan el auto o que los trapitos me aprieten", contó Santiago Martin, estudiante de Arquitectura.
El estacionamiento en la Ciudad Universitaria es gratuito. Sólo hay un sector pago: cuesta 50 pesos. En el resto de los playones sobrevive un trapito que es aceptado por las autoridades de la FADU: Ricardo Benítez. Un paraguayo de 55 años que trabaja allí desde hace seis, de las 8 a las 23. De lunes a lunes. Su tarifa es a "consideración" del cliente.
"Acá el problema es cuando vienen trapitos de otras zonas. Agreden a los chicos, a los profesores; rompen autos. A mí me conocen todos y saben que soy buena gente", asegura Benítez, mientras recibe una moneda de dos pesos de parte de un adolescente.
Caos en el barrio
Claro que la problemática de los trapitos cada vez que juega River de local no termina en Ciudad Universitaria. Las avenidas Cantilo y Lugones, y las calles del bajo Belgrano y Núñez, en las cercanías al estadio, son cooptadas por los cuidacoches.
Según cifras de la fiscalía porteña, durante 2014 en Belgrano y Núñez se labró el 35% de las 1682 denuncias por personas que exigen dinero para estacionar en la vía pública en la ciudad.
Aprovechando el escaso control, los trapitos llegan horas antes o incluso la noche anterior al partido para reservar un lugar. Algunas calles son propiedad exclusiva de los cuidacoches más veteranos, donde todos los partidos les reservan el mismo lugar a los mismos hinchas.
Los vecinos arden de bronca. Los cuidacoches no sólo no respetan los espacios de los garajes, sino que también ocupan las veredas. Últimamente, hasta las de Libertador. "Esto es un desastre. No hay control y nunca lo habrá. No puede ser que nadie escuche nuestros reclamos", se quejó Teresa, vecina de un barrio donde mandan los trapitos.
La opinión de los perjudicados
Agustín Palmetta, estudiante
"Cuando hay partidos trato de no venir a clases. Ciudad Universitaria es un caos. Desde temprano se llena de autos y también de trapitos. La verdad que da temor que te increpen, que te rayen el auto o que te roben. Es díficil que haya una solución, siempre se las van a arreglar para seguir viniendo"
Diego Panich, hincha de River
"En Ciudad Universitaria te cobran 50 pesos, a veces 100, pero mañana la tarifa va a subir. En Cantilo no conviene dejarlo, porque, además de lo que te cobra el trapito, después te viene una multa por estar mal estacionado. Los clásicos son un lío, para ahorrar tiempo y estar tranquilo voy a ir en moto"
Agustín Almodóvar, vecino de Núñez
"El barrio se convierte en un caos, pero porque nadie controla. Están todos arreglados. Yo mismo he visto cómo los trapitos les pagan a los mismos policías de la Federal y la Metropolitana. Estamos hartos de reclamar. Nadie se hace cargo y estos tipos [los cuidacoches] cada vez tienen más poder".
Sofía Bruno, estudiante
"Los profesores nos dijeron que para evitarnos problemas no vengamos a clase. Los días de partido es un lío y un gran problema para todos los que estudiamos acá en la FADU. Siempre trato de quedarme hasta que se vayan los hinchas y volver tranquila. Si se fortalece la seguridad, creo que esto se puede revertir"